Hombre con obesidad mórbida pierde 160 lbs por su hijo: «Con 406 lbs, se necesita un cambio de vida»

Por Louise Bevan
22 de octubre de 2021 1:53 PM Actualizado: 22 de octubre de 2021 1:53 PM

Este californiano con sobrepeso desde la infancia, llegó a un peso máximo de 406 libras (aprox. 184 kg), y ya había renunciado a perder peso hasta que nació su hijo. Desde entonces, se dio cuenta de que estar sano, aunque fuera lo más difícil de hacer, era una elección.

Y lo hizo por su hijo.

Tony Reyes, de Anaheim, es el director creativo de una empresa de fitness. Sin embargo, aunque era un » tipo gordo y divertido», admite que solía odiarse a sí mismo.

(Cortesía de Tony Reyes)

«Cuando uno tiene obesidad mórbida, hay muchas cosas que simplemente no puede hacer», dijo Tony, de 34 años, a The Epoch Times. «Era toda una vida en la que me decían que era demasiado grande para esto, o que tenía que comprar dos asientos, o que no cabía en esta atracción, o que no podía sentarme en esa silla».

«Algunos momentos más oscuros de mi vida fueron cuando tenía más peso, y estoy muy agradecido de haber salido adelante», añadió Tony.

Cuando era niño, Tony adquirió malos hábitos alimenticios en casa de sus cariñosos abuelos mexicanos, comiendo frijoles refritos, dulces y carbohidratos a su antojo. Aumentó de peso en primer grado y más tarde tuvo que afrontar el acoso escolar durante sus años de estudio.

«Tuve que aprender a defenderme muy bien», recuerda.

Algunas de las experiencias de acoso de su infancia le causaron una impresión tan profunda que le quedaron grabadas a través de los años.

Tony, cansado de ser el «gordo», abandonó todos los equipos deportivos en los que sus padres le animaron a participar. Su peso se disparó en la universidad y se descontroló después de que su abuela y su mejor amigo fallecieron con solo dos meses de diferencia.

En su momento álgido, Tony empezó a comer comida chatarra solo en su auto, no podía seguir una dieta y quedó al borde de una crisis médica.

(Cortesía de Tony Reyes)

«Era prediabético, tenía el hígado graso, el colesterol muy alto, la presión arterial alta, de todo; mi cuerpo no estaba bien», explicó.

Los médicos de Tony le advirtieron que si no cambiaba su estilo de vida, moriría prematuramente. Su preocupada madre, enfermera, coincidió con la advertencia.

Ante el historial de varios tíos y su abuelo, que fallecieron de enfermedades cardíacas, Tony estaba asustado.

Además, con sus 400 libras de peso aplastando sus pulmones cuando estaba en la cama, también desarrolló una peligrosa apnea del sueño. Se requirió que usara un respirador de oxígeno CPAP.

El futuro de Tony se veía sombrío. Hasta que nació su hijo, Ryder.

(Cortesía de Tony Reyes)

«Cuando él nació, me dije: ‘No puedo ser un padre obeso'», dijo Tony. «Tuve la pesadilla de ir a recoger a mi hijo al colegio y que sus amigos se burlaran de él por tener un padre gordo, como los niños se burlaban de mí. No quise que él pasara por eso (…) eso fue una fuerza motriz muy, muy importante para que empezara a perder peso».

Tony se fijó un objetivo: perder 22.7 kg en 100 días, a tiempo para el primer cumpleaños de su hijo. Sin embargo, fue muy consciente de que con solo una dieta no sería suficiente.

«Si uno pesa 406 libras, no necesita una dieta, ¡necesita un cambio de vida!», afirmó Tony en video para Power of Positivity que ha recibido más de 200,000 visitas.

«Me dije: voy a regresar directamente a lo básico», explicó a The Epoch Times. «Desde la cantidad de pollo que ponía en mi almuerzo hasta la cantidad de miel que ponía en mi avena, pesé y registré todo».

(Cortesía de Tony Reyes)
(Cortesía de Tony Reyes)

Tony cambió sus platos favoritos —pizza, galletas, alcohol— por alimentos orgánicos, carne magra, verduras de hoja verde y carbohidratos complejos, y renunció a los «días para hacer trampa» para hacer todo más simple.

Todos los días se levantaba a las 4 de la mañana y empezaba un entrenamiento de dos horas a las 4.30 en el gimnasio, y luego ayudaba a Ryder a conducir desde el condado de Orange hasta Los Ángeles, donde trabajaba en publicidad, para empezar la jornada laboral a las 9 de la mañana.

Motivado como nunca antes, Tony empezó a compartir su proceso de fitness en las redes sociales. En un video sobre el exceso de comida —el «mayor demonio» de Tony— que publicó en YouTube recibió una avalancha de apoyo y, a partir de ahí, su presencia en Internet ha ido creciendo.

(Cortesía de Tony Reyes)

Aunque «bajar de 136 kg fue algo enorme», Tony afirma que el verdadero trabajo comenzó después de seis meses, cuando la acelerada pérdida de peso disminuyó. Se enfocó en los desafíos físicos y se inscribió en un maratón de 26 millas en diciembre de 2020.

Aunque la pandemia restringió su participación en las carreras de práctica de 5 y 10 kilómetros, Tony no se dejó intimidar y decidió correrlas por su cuenta. Terminar esta última en la playa —bajo la lluvia, la oscuridad y el frío— se convirtió en uno de los momentos de mayor orgullo para Tony.

«Estaba tan emocionado y tan feliz (…) que grité», dijo. «Ese grito salió de un lugar tan real y gutural; me enciende cada vez que lo pienso».

Resistiendo a una lesión en el pie, Tony cruzó «trotando» la línea de meta del maratón de diciembre seguido por su esposa, su hermana y un amigo.

(Cortesía de Tony Reyes)

«Me sentía imparable», dijo. «Sentí que si podía perder 160 libras y pasar de ser un obeso mórbido a correr una maratón, ¿qué no podía hacer? Sentí esta poderosa sensación de autoestima y confianza, que había fingido durante la mayor parte de mi vida».

«Si he aprendido algo de este proceso, es que si uno no lo quiere por sí mismo, sobre todo, nadie va a convencerlo de perder peso», reflexionó, asegurando que su éxito ha motivado a sus familiares a adoptar estilos de vida más saludables y que, con suerte, esto tendrá sentido para su hijo algún día.

«Él acaba de cumplir 3 años», dijo Tony. «Quizá algún día, y sobre todo cuando sea padre, entienda por qué me motivó tanto como padre hacer todo lo posible para vivir más tiempo, para verlo crecer».

Tony continúa compartiendo su proceso, sus consejos y sus ideas en Facebook e Instagram. Espera que otros se inspiren para tener «conversaciones reales, abiertas, honestas y francas» consigo mismos, y «se aferren al largo plazo», ya que un estilo de vida saludable es un compromiso para toda la vida.

(Cortesía de Tony Reyes)

«Nunca había sido atlético», dijo, «simplemente decidí un día que ya era suficiente; fue como si se encendiera un interruptor en mi mente (…) todas las personas son capaces de hacer ese cambio».

Tony aún se siente imparable. Su siguiente meta es completar un triatlón Ironman, y se siente «100% seguro» de que puede hacerlo.

La filosofía del padre luchador sigue siendo la misma: «Cuando finalmente muera, me encontraré con la persona que podría haber sido, la versión con mayor potencial de mí mismo, y espero que ese tipo no sea un completo desconocido para mí (…) Nunca voy a ser ese tipo», aclaró, «pero, quiero estar lo más cerca posible de ese tipo».

Vea el extraordinario proceso de pérdida de peso de Tony en el siguiente video:


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