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Un hombre de Texas agradece al removedor de verrugas por ayudarle a descubrir un melanoma, que piensa que evitó que el cáncer no se extendiera a sus ganglios linfáticos.
Greg Ewing, de 68 años, de Houston, tiene un pequeño negocio de lavado a presión y diversos trabajos de mantenimiento. En noviembre de 2017, visitó a un dermatólogo por la insistencia de su esposa por una aparente mancha negra en su piel en la parte superior de la muñeca.
«Mi esposa me había dicho que fuera a revisar esto varias veces», dijo Ewing a The Epoch Times por correo electrónico. Sin embargo, durante años «encogía los hombros» porque tenía pecas y otras manchas en la piel.
«En realidad, no lo consideré inusual», dijo Ewing.
En su primera visita al dermatólogo, la doctora revisó varias cosas que consideraba precancerosas, pero le aseguró a Ewing que la mancha negra no parecía ser algo de qué preocuparse.
En ese momento, Ewing, padre de cuatro hijos, decidió tomar medidas por su cuenta y eliminar la mancha con un removedor de verrugas.
«Lo había utilizado en el pasado para eliminar con éxito algunas verrugas, así que pensé… ¿por qué no?», dijo Ewing. «Supongo que fue una idea tonta, pero en cuestión de semanas, la pequeña mancha negra creció hasta convertirse en una masa costrosa, sangrante, que tenía al menos una pulgada de alto y dos de alrededor».
Otro dermatólogo le había extirpado un tumor del tamaño de una pelota de golf, y Ewing esperó durante ocho semanas el diagnóstico definitivo. Durante ese tiempo, se sometió a un escáner de todo el cuerpo, porque aún no se sabía realmente de qué se trataba.
«Los resultados del escáner corporal parecían indicar que tenía algo que ver con mis riñones, entre otras cosas». dijo Ewing. «Me dieron una copia en CD del escáner para que se la llevara al médico que me había practicado una prostatectomía dos años antes en el hospital Metodista de Houston».
«Todavía no se había llegado a un consenso sobre lo que era, así que el laboratorio de biopsias lo entregó básicamente al Metodista para que diera su opinión».
Sin embargo, unos minutos después de ver el CD, el médico le dijo a Ewing que sus riñones estaban perfectamente bien.
Después de unas semanas de espera, mientras Ewing recibió una llamada en la que le informaban que se trataba de un melanoma en segunda fase, un tipo grave de cáncer de piel que se desarrolla en las células que producen melanina, el pigmento que da el color a la piel, según la Clínica Mayo.
«El médico no quiso operarme de inmediato porque quería ver si una mancha que tenía debajo de una de mis uñas podía ser también un melanoma», dijo Ewing a The Epoch Times. «[Pero] la mancha bajo mi uña resultó ser una de las muchas veces que me había golpeado con un martillo, así que no hubo necesidad de quitar la uña».
El equipo médico programó una operación adicional porque les preocupaba que el cáncer de Ewing pudiera haber crecido hasta los ganglios linfáticos y, por lo tanto, querían ampliar y profundizar en la mancha original para garantizar su extirpación total.
Sin embargo, Ewing recibió una llamada de su cirujano para informarle que era un «hombre muy afortunado», ya que los resultados de la última biopsia de los ganglios linfáticos resultaron negativos.
«Esperaban totalmente lo contrario, porque tuve el melanoma durante bastante tiempo», dijo Ewing.
Desde entonces es un hombre sano, dice, y ahora lleva cinco años libre de cáncer de próstata y tres de melanoma.
«No sé si alguien estaría de acuerdo en que usar el removedor de verrugas fue una buena idea, pero tengo que creer que ‘todas las cosas funcionan para bien, para aquellos que aman a Dios'», dijo Ewing.
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