En muchos rincones del mundo aún es habitual ver a niños carecer de las comodidades más básicas, como los zapatos. Sin embargo, un empresario que vio esta situación personalmente tuvo una brillante idea: The Shoe That Grows «El zapato que crece».
Al inventar una sandalia de cuero que se expande cinco tallas y dura años, Kenton Lee, de 37 años, ha logrado hacer una diferencia en miles de vidas en todo el mundo.
En 2007, cuando Lee, de Nampa, Idaho, estaba como voluntario en un pequeño orfanato de Nairobi, Kenia, tuvo un momento de inspiración.
«Un día, iba caminando con todos los niños por una carretera polvorienta de la aldea», dijo a The Epoch Times. «Una niña con un vestido blanco caminaba a mi lado, y me di cuenta que sus zapatos eran demasiado pequeños para sus pies».
La niña tuvo que abrir la parte delantera de sus zapatos para que sobresalieran sus dedos. Al ver esto, a Lee se le ocurrió la idea de fabricar un zapato que pudiera durar muchos años.
Ese fue el comienzo de un proceso de seis años que requirió determinación e ingenio por parte de Lee y su equipo.
«Intentamos darle la idea a una gran empresa de calzado, pero nadie quiso ayudarnos», afirmó Lee.
En lugar de rendirse, Lee decidió fabricar un prototipo en su garaje. Sin embargo, sin tener idea sobre diseño, Lee dijo que no realizó un buen trabajo. Afortunadamente encontró una pequeña empresa de diseño de calzado que le ayudó a hacer realidad su sueño. Aunque el proceso de diseño duró un año, resultó en un «gran prototipo».
«Probamos 100 pares del prototipo en cuatro escuelas diferentes de Kenia», explicó Lee. «Y luego trabajamos con una fábrica para hacer nuestro primer lote de 3000 pares de El zapato que crece».
Lee, que estudió administración de empresas y organizaciones sin ánimo de lucro en la universidad, creó su propia empresa, «Because International», con un objetivo en mente.
«Nuestra misión es usar productos como soluciones para aliviar la pobreza», dijo. «Nuestra visión es distribuir The Shoe That Grows a los niños de todo el mundo y crear tantos puestos de trabajo como sea posible a través de nuestro programa de formación de emprendedores Because Accelerator».
Entonces, ¿cómo funciona realmente el zapato que está fabricado con materiales duraderos?
«Básicamente, los niños pueden ajustar el zapato en la parte superior con correas de velcro y una pieza de puntera ajustable», explicó Lee. «Luego, la parte inferior del zapato se despliega a medida que el pie crece de forma natural».
Según el sitio web de Because International, el zapato se expande en tres lugares diferentes para crecer cinco tallas y está disponible para niños de todas las edades.
El zapato cambia el panorama en un mundo en el que casi 1500 millones de personas padecen enfermedades transmitidas por el suelo. El sitio web afirma que, sin zapatos, los niños son los más «vulnerables a las enfermedades transmitidas por el suelo y a los parásitos que pueden causar enfermedades e incluso la muerte», cuyo impacto es que los niños faltan a la escuela y no pueden ayudar a sus familias.
Debido a que los pies de los niños crecen cada año, los zapatos donados tampoco parecen funcionar, por lo que este concepto sencillo pero eficaz ha llamado la atención en todo el mundo.
Hasta ahora, trabajando con socios de muchos países diferentes, la organización sin ánimo de lucro ha enviado sus zapatos a 100 países de todo el mundo, la mayoría de África, especialmente a África Oriental, dijo Lee a The Epoch Times.
Durante estos años, la empresa ha distribuido más de 350,000 pares y ha ayudado a los niños a llevar una vida más sana, a asistir a la escuela con más regularidad y a tener confianza en sí mismos.
La organización sin ánimo de lucro también ha recibido un inmenso apoyo de niños y adultos de Estados Unidos y de todo el mundo.
«A la gente le encanta la innovación y la compasión de nuestros zapatos», dijo Lee. » Es un honor para nosotros recibir tanto apoyo».
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