Un hombre de Kentucky, que sentía triste después de notar que tenía muy pocos objetos para recordar a su difunta madre, emprendió una búsqueda para encontrar y comprar su amado descapotable de 1971. Veinte años después, por fin lo logró, y encontró una nostálgica sorpresa en la guantera.
«A finales del verano de 1971, mi papá compró un Oldsmobile Cutlass Supreme convertible de color verde lima en nuestro concesionario local de Oldsmobile, para mi mamá», dijo John Berry, de 61 años, a The Epoch Times. «Por lo que recuerdo, fue una completa sorpresa, y mi mamá apreciaba mucho ese auto».
«Nos llevaba a los niños a pasear con la capota abajo y hacía de cada viaje una aventura», dijo. «Recuerdo que pensaba que parecía una estrella de cine en el auto, con sus grandes gafas de sol puestas y el pelo envuelto en una bufanda del mismo color».
Cuando la mamá de John, Janis, murió repentinamente en 1975, su esposo, Lathrop, se quedó con el auto. Sin embargo, unos años más tarde, en la década de 1980, lo vendió a un ejecutivo local de General Motors como objeto de colección.
Una década después, John empezó a pensar mucho en el auto. Con apenas algunas fotos y videos de su mamá —una cantante muy talentosa— de recuerdo, decidió buscar al dueño. Con la ayuda de su papá y de contactos en General Motors, descubrió que el entonces propietario del auto era Mike Hamilton, un jubilado de Michigan.
Esto fue antes de que se popularizara Internet.
«Realicé una profunda investigación para localizar a Mike, y finalmente descubrí una dirección de correo electrónico poco antes de 2001», dijo John. «Le envié un correo electrónico preguntando por el auto. Me confirmó que era el propietario y me dijo que estaba disfrutando del auto y cuidándolo, pero que no quería venderlo».
John, que vive en Union, Kentucky, con sus dos hijos y su esposa, Shannon, permaneció en contacto con Mike durante los últimos 20 años, enviándole un correo electrónico dos o tres veces al año con la misma consulta cordial, sin perder nunca la esperanza.
Finalmente, en septiembre de 2021, el correo electrónico que había estado esperando apareció en su bandeja de entrada.
«Estaba dispuesto a vender el Cutlass», dijo John. «Conduje hasta su casa en Rapid City, Michigan, con mi hermano (…) El Cutlass estaba exactamente como lo recordaba; verlo, sentarme en él y encenderlo fue un momento muy emotivo».
Luego, John abrió la guantera y encontró una bolsa Ziploc que Mike había guardado desde que compró el auto. En ella había algunas cosas personales de su mamá, como un sello sin cancelar de 1973, un mapa, un arete y las gafas de sol que Janis usaba mientras conducía el auto hace más de 40 años.
«Este fue un regalo extra especial que creó una poderosa conexión con ella, por encima de la experiencia de poseer y conducir el auto», dijo John.
El empresario, nacido en Michigan, dijo que siempre tuvo un estrecho vínculo con su mamá, una graduada de la Universidad Estatal de Michigan que conoció a su futuro esposo, Lathrop, cuando era adolescente. John tiene dos hermanos biológicos, Doug y Susie, y dos medias hermanas, Allison y Alexandra.
Lathrop, que aún vive y tiene 95 años, era cirujano en Defiance, Ohio.
Recordando la especial relación que John compartía con su mamá, dijo que su personalidad amable y compasiva era parte del «vínculo especial» que compartían.
«Me enseñó la importancia de mantener esos rasgos, además de impulsarme a alcanzar logros académicos y espirituales», añadió John.
Sin embargo, cuando John tenía 13 años, sus padres se divorciaron y se fue a vivir con su hermano y su papá, mientras que su hermana vivía con su mamá.
«[Dos años más tarde], mi hermana nos visitó durante un par de semanas, y nadie tuvo contacto con mi mamá durante varios días. Un control de bienestar que realizó la policía la encontró muerta en su casa».
«Todos los niños luchamos por asimilar esa terrible pérdida».
Pero el impacto de la tragedia fue mayor para John y su hermana.
John, un coleccionista de autos clásicos con tres Corvettes a su nombre, envió el auto de su mamá a su depósito y lo limpiaron. Luego llevó a sus propios hijos —Arden, de 10 años, y Hudson, de 7— a dar un paseo con la capota abajo, como solía hacer Janis.
Fue un momento «muy poderoso», dijo. «Para mí, encontrar y finalmente poseer el Cutlass de mi mamá fue un acontecimiento que cerró el círculo, uniendo los recuerdos del pasado con el presente, así como el futuro».
«El auto siempre será parte de mi familia, y es un tesoro que vivirá para siempre».
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