Carlos Herrera, cuyo padre y tío trabajan en las fuerzas del orden, siempre supo que quería seguir sus pasos. Cuando su padre, el investigador Mario Herrera, recibió un disparo en acto de servicio el año pasado y murió días después, el objetivo de Carlos adquirió un nuevo impulso: continuar el legado del agente caído.
Carlos se matriculó en la Academia de Policía del Departamento de Policía de Lincoln, Nebraska, en enero, cuatro meses después del fallecimiento de su padre.
Mario prestó servicio en el Departamento de Policía de Lincoln durante 23 años. Al ponerse el uniforme y la placa cada mañana, el investigador dejó una gran impresión en su hijo, Carlos.
«El simple hecho de escuchar cómo lograba ayudar a la gente y tener un impacto positivo en su vida me marcó profundamente», dijo Carlos a KLKN-TV.
Carlos asistió a la Universidad de Nebraska-Lincoln durante un breve periodo de tiempo y luego se enlistó en el Cuerpo de Marines de los Estados Unidos durante cuatro años. Al igual que Carlos, muchos de sus compañeros marines también se enlistaron en las fuerzas del orden, reportó el Lincoln Journal Star.
La orgullosa madre de Carlos, Carrie Herrera, dijo que sería un «buen acuerdo» si su hijo pudiera seguir los pasos de su difunto marido. Los Herrera cenan juntos regularmente y mantienen vivo el recuerdo de Mario compartiendo historias de los archivos familiares.
Además del apoyo de su madre, de sus tres hermanas y de su prometida, Tasha Bredvick, Carlos hizo una serie de amistades duraderas en la Academia. Pero quizás lo que más lo ha conmovido es que sus estudios le han ayudado con el proceso de duelo, y que su padre ha estado a su lado en cada paso del camino.
El 26 de agosto de 2020, la policía estaba atendiendo una orden judicial en una casa cerca de las calles 33 y Vine cuando el padre de Carlos recibió un disparo. Tras unos días en el hospital, Mario falleció.
«Mi padre me motiva y me hace seguir adelante, incluso cuando las cosas se ponen difíciles», reflexionó. «[Él] me hace avanzar y me empuja a dar lo mejor de mí cada día».
Carlos, ahora cadete de la Academia de Policía, espera poder ser investigador de narcóticos para el Departamento de Policía de Puerto Rico, y quiere ayudar a aquellos cuyas vidas han sido afectadas. Su mayor objetivo, afirmó, es simplemente salir y ayudar a la gente todos los días, lo mejor que pueda.
Carlos se graduará y comenzará su nueva vida en la policía en junio.
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