Un hombre sin hogar que se llevó unas herramientas por valor de 10,000 dólares de una obra de construcción regresó más tarde a la escena del crimen para reparar el daño. El propietario del negocio estaba enfadado, pero rápidamente cambió de opinión y contrató al ladrón.
Las imágenes de vigilancia captaron a Travis Sueyoshi, de 33 años, robando en la obra de TSW Fabrication, en la calle Koaki de Waipahu (Hawái), en dos ocasiones distintas en enero. El propietario, John Paul Cates, estaba comprensiblemente enfadado por el robo.
«Trabajamos duro por nuestras cosas. Es un negocio familiar», dijo a Hawaii News Now. «Me dije: vamos a encontrar a este tipo». Cates colocó volantes por el barrio ofreciendo una recompensa de 1000 dólares a quien pudiera identificar al ladrón de las herramientas.
Tres días más tarde, Sueyoshi regresó al lugar por tercera vez, pero no para cometer otro robo, sino para confesar que había sido él. Afirma que estaba pasando un mal momento, lo que le llevó a cometer la acción.
«Me sentí mal por lo que hice», dijo.
Cates recordó: «Dijo: ‘Lo solucionaré. Haré lo que sea’. En algún momento de esa conversación, la situación cambió».
El dueño del negocio tuvo una idea mejor.
En lugar de llamar a la policía, o reportar al vagabundo para que saldara su deuda, Cates lo contrató.
«Realmente queremos que crezca con nosotros», explicó Cates. «Y realmente queremos encontrarle un lugar donde pueda apoyar su cabeza por la noche. Un lugar apropiado».
Cates dijo a The Epoch Times: «Si fuera por mí, odiaría a cualquiera que me robara, y como humano querría un castigo por ello. Sin embargo, como creyente en Cristo y en la salvación, mi corazón cambió por Travis y algo me inspiró a ayudar a cambiar su vida, en lugar de seguir el mal camino que llevaba».
Desde que lo contrataron a finales de enero, Sueyoshi se ha presentado obedientemente a las 7 de la mañana todos los días, a pesar de no tener casa ni medios de transporte. Se toma muy en serio sus responsabilidades: mantiene el lugar limpio y bien organizado.
Cates espera que su nuevo empleado termine dedicándose a la siderurgia, y ya está practicando sus habilidades en la construcción.
«Una parte de mí espera que dure mucho tiempo [en TSW Fabrication] y que me convierta en uno de esos tipos del tejado», dijo. Al recuperarse, Sueyoshi, padre de tres hijos, espera reencontrarse con ellos.
Ha pasado más de un mes y sigue en la empresa, parece que le va mejor.
El propietario insiste en que su gesto no tiene que ver con él ni con su empresa, sino con «la misericordia de Dios», a pesar de haber actuado mal. Y esa es la parte más importante.
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