En menos de 24 horas de enterarse que finalmente había vencido el cáncer, el técnico de línea Tyler Manick estaba de camino desde Old Fort, Carolina del Norte, a Lake Charles, Louisiana. Se despidió de su esposa e hijo y se dirigió rápidamente a unirse a su tripulación, ayudando a restaurar la energía a cientos de miles de personas tras los huracanes Laura y Delta.
El 16 de mayo de 2018, Manick recibió la noticia que solo le quedaban seis semanas de vida. Su esposa, Chelsey, estaba embarazada de ocho meses en ese momento. Manick tenía leucemia linfoblástica aguda, y su única opción era realizarse un tratamiento radical.
«Nos refugiamos y nos aferramos a Dios», dijo Manick, que ha trabajado para Duke Energy durante seis años, a Entergy.
El futuro padre se sometió a su programa de tratamiento, dejando el trabajo que amaba y soportando 27 meses de dificultades físicas y mentales. Manick se debilitó, perdió peso y extrañaba desesperadamente su trabajo.
«Me retiré por discapacidad cuando estaba enfermo y no podía trabajar», dijo Manick, «pero me decía a mí mismo: ‘Si pudiera volver a ese lugar una vez más, si pudiera volver a la carretera una vez más’. Solo quería volver a eso».
Los compañeros de trabajo de Manick lo apoyaron en su batalla contra la leucemia, llevándolo a sus citas y ayudando a Chelsey con las tareas domésticas. Increíblemente, incluso recaudaron suficiente dinero para cubrir la mayoría del deducible de su seguro médico.
Gradualmente, Manick comenzó a atravesarlo.
El 21 de agosto, el técnico tuvo su último día de tratamiento, seguido de una biopsia. El 8 de octubre, Manick, Chelsey y su hija de 2 años, Samaira, recibieron una noticia que les cambió la vida: Manick estaba en periodo de recuperación.
«Tuvo 812 días de tratamiento. Fue un camino largo y difícil, pero Dios es bueno», dijo Manick a Duke Energy’s Illumination. La familia de tres personas estaba feliz, agradeciendo a Dios por el resultado, durante un par de horas antes que Manick empezara a empacar sus maletas para irse a trabajar a algún lugar.
Alrededor de 500 miembros de la tripulación de Duke Energy unieron fuerzas con Entergy Louisiana después que el huracán Delta tocó tierra en el suroeste de Louisiana. Al llegar a Lake Charles, Manick volvió a su antigua rutina, ayudando a Entergy a restaurar la energía a más de 300,000 personas que han tenido que prescindir de ella.
«Lo siento por esta gente; han pasado por esto en los últimos meses o dos,» dijo Manick a Entergy el 14 de octubre. «Uno ve montones de escombros a un lado de la carretera y piensa que toda la vida de estas personas ha cambiado. No sé qué podemos hacer aparte de volver a encender la electricidad, pero es lo que vamos a hacer».
Pero reconstruir la infraestructura después de una tormenta, dijo Manick, es la mejor parte de ser un técnico de línea.
«Es mi primera vez en este estado y mi primera vez que veo el río Mississippi», explicó. «Me encanta Louisiana, y parece que entre más al sur, más amable es la gente. Estoy feliz de volver a encender las luces para ellos».
La vida, reflexionaba el técnico, es corta. Si puede darle esperanza a alguien con su historia de superar el cáncer, entonces eso es lo que se quiere hacer. Mientras tanto, Manick sigue haciendo lo que más le gusta con la gente que más quiere.
«Es una confraternidad», dijo. «Cuando tuve mala suerte, ellos fueron los primeros en acogerme. Es una familia, y así es como es cuando se es un técnico de línea».
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