Inspirada por un viaje a Etiopía en 2013, una fotógrafa rumana pasó los siguientes cuatro años viajando por el mundo en busca de la belleza femenina. Cuanto más encontraba, más ilimitado era su concepto de la belleza.
Mihaela Noroc recopiló 500 impresionantes retratos de mujeres de 50 países diferentes en un libro de 352 páginas, «El Atlas de la Belleza».
Lejos de encontrar una fórmula universal, la fotógrafa llegó a la conclusión de que la verdadera belleza no tiene nada que ver con la moda, la raza o el estatus social, sino que la belleza reside en «nuestras diferencias».
«Mientras viajaba, me di cuenta que hay mucha presión sobre las mujeres para que luzcan y se comporten de una determinada manera», dijo Noroc a My Modern Met.
«En algunos ambientes, la presión radica en parecer atractivas. En otros, por el contrario, la presión es que luzcan modestas».
«Pero cada mujer debería ser libre de explorar su propia belleza sin sentir ninguna presión de las campañas de marketing, las tendencias o las normas sociales», añadió.
Viajando libremente como turista por muchos países, en todos los continentes excepto la Antártida, Noroc también eligió explorar países aislados por conflictos o por política, como Corea del Norte e Irán, según el reporte.
Al ampliar la diversidad de su catálogo, descubrió que las mujeres iraníes estaban entre sus personajes más acogedores y dispuestos.
Noroc, que es políglota, siempre se toma tiempo para hablar con sus modelos y se asegura de capturar a las mujeres en su contexto, ya sea en casa, en el trabajo, en un festival o en la naturaleza, prefiriendo los rostros naturales y sin maquillaje.
«Si nuestro exterior es natural y auténtico, nuestro interior será más visible», explica a My Modern Met. «Tenemos que aprender a ser nosotros mismos, pero para eso también tenemos que aprender a dejar que los demás sean ellos mismos».
«A través de mi cámara, trato de sumergirme en sus ojos, porque sus ojos siempre dirán una historia interesante», explicó a Insider.
Los hombres también tienen su belleza aclara, pero eligió a las mujeres como protagonistas por su sencillez y afinidad: como mujer, ella misma empatiza tanto con sus sueños como con sus luchas.
A medida que el trabajo de Noroc ganaba en popularidad, las donaciones se fueron multiplicando, lo que le permitió a la fotógrafa empezar a viajar todo el tiempo. Sin embargo, a medida que el proyecto crecía, también lo hizo el sentido de imperativo de Noroc.
«Sentí mucha presión, pero también entendí que tenía que trabajar más», dijo a Insider, «tengo que capturar más diversidad, encontrar más historias inspiradoras y poder enviar un mensaje que se escuche».
Noroc lleva tomando fotografías desde los 16 años. Su hermana y su madre fueron sus primeros modelos, y así nació su amor por capturar la belleza de las mujeres.
Sus profesores le desaconsejaron dedicarse a la fotografía, pero hasta el viaje que Noroc hizo a Etiopía en 2013, se reencontró con su pasión y su vocación, según Insider.
Noroc muestra retratos de su colección «Atlas de la Belleza» en su página web y en Instagram, donde continúan sus aventuras por el mundo.
Actualmente, Noroc está acompañada por su hija Natalia.
Noroc sostiene que la verdadera belleza viene del interior e inspira «serenidad y humanidad». Espera que su libro, su obra y su mensaje lleguen a personas de todo el mundo.
«La diversidad es un tesoro y no un desencadenante de conflictos y odio», dijo a My Modern Met. «Somos muy diferentes, pero al mismo tiempo todos formamos parte de la misma familia».
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