Equipado con una descabellada idea y un equipo dispuesto a ayudar a hacerla realidad, un ex marine real británico lanzó un verdadero traje jet volador que ahora está siendo probado por la Marina Real. Unas impresionantes imágenes de una prueba en el mar muestran la realidad de esta tecnología.
Richard Browning, piloto jefe de pruebas y cofundador de Gravity Industries, declaró a The Epoch Times que su traje aéreo jet Gravity «ha sido utilizado por los Marines Reales para realizar abordajes marítimos» y «llevar a las fuerzas amigas a la cubierta de un rehén o de un buque capturado».
«Se me ocurrió esta idea aparentemente descabellada: ¿se podría unir el equilibrio y la fuerza humanos, añadiendo un poco de potencia, y así reinventar el vuelo humano?», añadió. «Empezó como ese modesto experimento del tipo ‘¿y si se pudiera?'».
En agosto de 2021, los Marines Reales compartieron imágenes de un ejercicio en el que Browning utilizó el traje jet desde la plataforma de aterrizaje del barco naval HMS TMR hasta un bote inflable rígido viajando a 15 nudos. Aterrizó de espaldas y luego maniobró de regreso a la cubierta desde la que se lanzó.
El impresionante video ya cuenta con más de 20 millones de visitas hasta la fecha.
«La experiencia es un poco como esa sensación que uno tiene cuando sueña con volar», dijo Browning. «Es realmente muy emocionante. Uno se siente completamente libre, puede ir a donde quiera; es como un tipo de placentera experiencia de completa libertad».
El traje jet emplea microturbinas de gas —»pequeños motores a reacción», a los llama Browning— con dos en cada brazo y uno en la espalda, pequeñas versiones de lo que propulsan los aviones de combate o las aeronaves civiles que expulsan el aire suficiente para levantar al piloto del suelo.
El traje se controla mediante la vectorización del empuje, «en otras palabras, apuntando con los brazos hacia abajo para subir, [o] hacia los lados y se desciende», dijo Browning, que añadió que usar el traje es tan intuitivo como hacer surf, esquiar o montar en bicicleta. El Sr. Browning agradece a su equipo por la construcción de todo el traje, la mayor parte del cual está impreso en 3D.
Con respecto a los espectadores del video que podrían cuestionar su autenticidad, Browning es firme.
«Nunca, nunca hemos hecho ninguna [manipulación digital], porque tan pronto se hace eso, ¿por qué molestarse en salir de la cama por la mañana?», dijo. «También se podría falsificar todo. Jamás hemos falsificado algo».
Gravity Industries se creó en 2017 en el Reino Unido; Browning, que fue comerciante de petróleo en British Petroleum durante 16 años, tiene experiencia en aviación e ingeniería, pero quería un gran reto.
Sin embargo, no ha sido fácil. El equipo de Browning ha sufrido muchas caídas y fracasos en el desarrollo del traje jet, pero ha aceptado el fracaso como parte de la innovación. Dos cosas que permanecen constantes en Gravity son mantener la seguridad en primera línea y volver a montar el caballo proverbial para intentarlo de nuevo.
«Volamos tan alto como aceptamos caernos involuntariamente», dice Browning, que ahora tiene su sede en Los Ángeles. «Nos hemos caído bastante, pero nadie se ha lastimado (…) es tan peligroso como uno quiera usarlo; se puede ser muy estúpido con él, o se puede ser muy sensato con él, y nosotros elegimos la segunda opción».
El innovador empresario atribuye a sus seis años en los Marines Reales británicos el éxito de la conexión de Gravity con ocho ejércitos diferentes de todo el mundo. Cuatro años después de la creación de la empresa, Gravity no tiene deudas, ha realizado 145 eventos en 35 países —más de 500 en Los Ángeles—, tiene muchos convenios con marcas y hace de todo, desde formación hasta búsqueda y rescate militar.
Muchas de las 500 personas a las que la empresa ha formado para utilizar el traje jet son paramédicos y personal militar.
(Cortesía de Gravity Industries @takeongravity)
«Nadie más sabe cómo hacer esto», dijo Browning. «Nosotros fuimos los que desarrollamos el equipo. Se le coloca una cuerda de escalada para evitar que se caiga, y luego solo tiene que aprender a mantener el equilibrio a muy baja potencia. Algunos lo aprenden en un día, otros tardan un par de días más, pero por lo general en una semana tenemos a la gente volando».
Añadió que no tenía «ningún tipo de intención» cuando desarrolló el traje de vuelo; fue simplemente por la «alegría del desafío».
«¿Quién lo iba a creer? Cuando uno tiene una loca idea, a veces puede convertirla en algo que tiene toda una serie de aplicaciones prácticas», añadió. «Esta sigue siendo una exploración bastante loca sobre el uso de una tecnología totalmente nueva».
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