Con temperaturas gélidas a punto de descender peligrosamente en Georgia, un indigente necesitado de calor se encuentra de pie junto a una salida de la interestatal. Sostiene un cartel en el que se lee: «Esperando una bendición, cualquier cosa ayuda».
Esta fue la escena que presenció el sargento Todd Heller, de 39 años, de la policía del condado de Gwinnett, mientras conducía por una rampa de salida de la autopista el 17 de enero. «Fue sobre las 11 de la mañana, creo», cuenta el agente a The Epoch Times, al hablar del encuentro. Describe al individuo como un hombre negro de unos 20 o 30 años.
En especial, las palabras «Waiting on a blessing» («Esperando una bendición») llamaron la atención del oficial. Como persona de fe, percibió la ocasión de asistir a otro ser humano mientras cumplía con su deber como agente de policía —una labor que considera su vocación. Fue entonces cuando el oficial se detuvo.
«Le pregunté qué tipo de bendición estaba esperando y me dijo ‘cualquier cosa’, y me preguntó si tenía una manta», cuenta el sargento Heller al periódico.
Como se había quedado sin mantas, se ofreció a llevarle al Walmart que hay justo al otro lado de la interestatal y comprarle una.
«Al principio él dudó un poco, pero le tendí la mano, me presenté y le dije que yo invitaba y que estaría encantado de ayudarle», explica el agente. «Al final decidió acompañarme».
No fueron sólo la fe y el deber, ni simplemente la señal del hombre, lo que impulsó al agente a realizar ese día un acto de compasión; también sabía algo que el vagabundo tal vez no supiese: esa noche las temperaturas iban a descender muy por debajo del punto de congelación, y necesitaría protección.
Para conseguirle el equipo que necesitaba, el agente le llevó de compras a Walmart, visitó el área de suministros para camping con un carrito y se aprovisionó de artículos y material.
«Sabía que necesitaba prendas de abrigo para estar al aire libre», dice el sargento Heller. «Le conseguí la mejor manta para dormir, la más cálida que tenían, le compré guantes, calcetines, ropa interior térmica, calentadores de manos, calentadores de pies y de todo, porque iba a hacer 16 grados».
Durante todo el tiempo, hablaron de lo que había llevado al hombre a su situación de sin techo. «Había caído en tiempos difíciles y no había recibido mucho apoyo de la familia», dice el sargento Heller. «Actualmente buscaba trabajo, pero aún no había encontrado uno estable».
Imágenes de la cámara corporal del sargento Heller que muestran el viaje de compras. (Cortesía de la policía del condado de Gwinnett)
Los gastos ascendieron a más de 150 dólares. La generosidad fue mayor cuando el sargento Heller se ofreció a comprarle comida. «Me dijo: ‘No, ya has hecho bastante'», cuenta el agente. «Parecía muy agradecido».
No se sabe si las mantas acabaron abrigando al vagabundo esa noche, ya que el agente no lo ha vuelto a ver desde su viaje de compras a Walmart.
La buena acción del sargento Heller también podría haber pasado inadvertida si no hubiera presentado la grabación de su cámara corporal a su superior, y si no hubiera sido seleccionada para ser auditada por su teniente, Roger Bell, que descubrió el acto de bondad y contribuyó a que se hiciera viral.
«Supongo que se tropezó con este vídeo», dice el sargento Heller. «Me dijo que estaba muy orgulloso de mí y que había hecho algo muy bueno por alguien».
Actos de caridad como éste no son inusuales para este oficial que lleva unos 17 años en el departamento. Ha participado en bancos de alimentos, en Hábitat para la Humanidad y en la compra de regalos de navidad para niños de familias necesitadas.
Y, basándose en su ejemplo —después de que las imágenes se publicaran en el Facebook de la policía del condado de Gwinnett, suscitando la atención de los medios de comunicación—, uno de los dos hijos del sargento Heller quiso comprar comida para un indigente con el que se cruzaron. Fueron a la tienda de comestibles «y [mi hijo] eligió qué alimentos y qué bebidas», dice el sargento Heller. «Tuvo que salir y darle la comida y las bebidas al indigente».
El oficial ha inspirado un impacto tangible en los demás. Pero, ¿qué le lleva a servir a los demás con tanto fervor?
Cada día, mientras trabaja y sirve a su comunidad, la fe desempeña un papel importante en la forma en que el oficial se comporta y trata a los demás, dice. Es una de las razones por las que se hizo policía.
«Para mí, es seguir siendo un servidor», dice. «Los policías hacen este trabajo porque es una vocación, no es sólo un trabajo, es una vocación».
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