Cuando Emma Ruscoe comenzó a notar cambios extraños en el comportamiento de su marido Simon, sus peores temores la atormentaron. ¿Acaso la estaba engañando? Aquella sospecha se apoderó de ella, hasta que finalmente la verdad salió a la luz.
Durante años, la Sra. Ruscoe luchó incansablemente para encontrar respuestas a lo que le estaba sucediendo a su marido. Notaba cómo Simon se iba distanciando, cómo su personalidad cambiaba. Incluso durante unas vacaciones en Grecia, la situación se volvió alarmante. «Simon se volvió contencioso y comenzó a olvidar conversaciones que acababan de suceder», recordó Ruscoe.
Cuando la situación se tornó demasiado fuera de lo normal decidieron buscar atención médica. Pero a pesar de sus esfuerzos nadie podía decir con certeza qué estaba pasando.
«Después de dos años de lucha, volvimos a los médicos en marzo de 2018, ya que las cosas no iban bien», explicó Ruscoe. «Conseguimos una cita en la clínica de la memoria en junio de 2018, nos esquivaron. No hubo pruebas, hablamos con un psicólogo y nos dijo que Simon estaba estresado».
Finalmente, en enero de 2020, Emma y Simon recibieron la devastadora noticia: Simon padecía demencia de inicio precoz.
Aceptando la nueva realidad
Aunque el diagnóstico fue un duro golpe, Ruscoe sintió un profundo alivio. «Sabía que algo iba mal y estuve luchando durante tanto tiempo: nadie creía que le pasaba algo», aseguró. Ahora, con un nombre para la enfermedad que aquejaba a su esposo, pudo comenzar a enfrentar la realidad y prepararse para lo que les esperaba.
La pandemia del COVID-19 llegó poco después del diagnóstico y, con ello, la prueba más dificil: el confinamiento. «Desde mi punto de vista, el cierre fue duro, pero al menos pude trabajar desde casa para que Simon se ocupe de sus cuidados personales ya que estaba en la fase leve de la enfermedad».
Pero la condición de Simon fue empeorado considerablemente. «En solo 12 meses pasamos de pedirle que corte el césped a que no pueda hacer nada por sí mismo», compartió Ruscoe con tristeza. No obstante, aunque la cruel enfermedad le fue robando la mente poco a poco, su amor por él se hizo más fuerte que cualquier adversidad.
Un amor más allá de la demencia
«Lo que facilita las cosas con Simon es que es una persona encantadora, y la demencia no cambió eso», manifestó. Ruscoe. Aunque el futuro es incierto, ella está decidida a mantener a su marido en casa el mayor tiempo posible, rodeado del apoyo de su familia.
«Es un duelo en vida: ves cómo se deteriora esa persona. Llevamos 31 años juntos. Ver desaparecer a la persona con la que he crecido me rompe el corazón», confesó. «Pero los días buenos pienso que tengo suerte de que siga aquí. Es mi alma gemela, el amor de mi vida, y siempre lo será».
La historia de Emma y Simon es un poderoso recordatorio de que el amor verdadero puede superar incluso las peores adversidades. A pesar de las dificultades que enfrentan, su inquebrantable vínculo les da la fortaleza para seguir adelante, día a día. Porque cuando se trata de proteger a los seres amados, no hay nada que pueda detener el poder del corazón.
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