Cuando una madre profesional empleada por la empresa de software industrial Siemens solicitó una reducción de la jornada laboral para ocuparse del aprendizaje por Internet de sus hijos en estos tiempos excepcionales de pandemia mundial, la respuesta de su jefe fue sencilla: no.
Pero resulta que él tenía en mente mejores planes para ella.
Aaron Genest, ingeniero de aplicaciones de Siemens, publicó un tweet que se hizo viral cuando una de sus empleadas le pidió reducir su horario a tiempo parcial durante la COVID. Explicó que no le pareció correcto aceptar su petición.
«Una empleada se me acercó la semana pasada y me pidió que la pasara a tiempo del 80%», escribió el 11 de enero. «Su marido, dijo, estaba asumiendo algunas responsabilidades adicionales y estaban teniendo problemas para mantener a los niños en el proceso de aprendizaje a distancia».
«Dije que no».
Compartió que su respuesta no fue por falta de simpatía, sino porque su petición se basaba en una falacia lógica.
«Las mujeres en el lugar de trabajo se han visto desproporcionadamente afectadas por el COVID, borrando décadas de logros», dijo. «Y es fácil ver por qué las mujeres suelen ganar menos (incluso por los mismos trabajos) que sus parejas. Todas las razones que dio mi empleada eran válidas y racionales (…) pero la suposición de base era errónea».
Esta suposición, dijo, era la idea de que las empresas «esperan lo mismo de nuestra vida laboral ahora» que antes de la pandemia.
«No deberíamos [esperar eso]», dijo. «Tengo un equipo de alto rendimiento que se superó de nuevo este año, sobrepasando de hecho a casi todos los demás equipos de mi empresa y ganando premios por esto. Lo hicieron con los niños en casa, con el aislamiento de COVID y con el aumento del estrés y la soledad».
Añadió que el éxito de su equipo no se debió a unas expectativas poco razonables frente a los cierres:
«No lo lograron trabajando de 9 a 5 o dedicando 40 horas a la semana. No lo hicieron cerrando la puerta y no viendo a sus hijos o utilizando cada momento de las llamadas de Zoom para trabajar. Lo hicieron siendo un grupo solidario y trabajando juntos.
«Cuando alguien tiene que salir a recoger a sus hijos, otro le cubre. Cuando un niño de 2 años entra en una llamada de trabajo, sonríen y todos lo entienden. Cuando un día es menos productivo porque ya no soportan mirar las paredes, salen para que el siguiente sea mejor».
Así que rechazó la petición de su empleada. Consideró que ella no debía sacrificar su carrera para afrontar los cambios a los que se enfrentan las familias ahora, en la era de la pandemia:
«Le dije que no. No, no puede convertirse en una de las mujeres que ganan menos por culpa del COVID. No, no puede sacrificar su ascenso profesional por una supuesta falta de productividad. No, no tiene que sentirse culpable por dedicar tiempo a que sus hijos aprendan».
Genest, en cambio, le propuso tomar un rumbo diferente:
«Estamos trabajando juntos para asegurarnos que siga siendo productiva y feliz, que se sienta cómoda bloqueando el tiempo que necesita en su calendario para apoyar a su familia, y que ella y su familia estarán sanos y preparados para cuando salgamos al otro lado».
Siemens dijo a The Epoch Times que Genest pudo hacerlo porque le permite a los directivos herramientas como la flexibilidad de horarios y la reducción de la jornada laboral. La empresa mencionó que el hecho de que Aaron llamara la atención sobre las preocupaciones de los profesionales que son padres es un ejemplo para otros líderes de Siemens.
«Es algo pequeño», terminó Genest en su hilo de Twitter. «Soy un solo jefe en una gran empresa entre muchos empleadores. Pero permítanme animar a cualquiera que tenga el poder de hacerlo a negar este cambio. Trabajen con su equipo desde dentro, desde arriba o desde abajo para apoyar a la gente que está luchando por esto».
«Por favor».
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