Un grito de auxilio en las redes sociales de una madre con un hijo autista de 20 años le permitió encontrar un salvavidas. No solo recibió dos ofertas de trabajo, sino también calidez en medio de la aplastante soledad del cierre.
A Khobe Tyre le encantan las parodias de películas, los abrazos y contar chistes. Trabajó como acomodador en el cine Harkins de Queen Creek, Arizona, después de terminar la escuela secundaria. Cuando el cine tuvo que cerrar durante la pandemia, Khobe quedó desconsolado.
El aislamiento incluso lo hizo pensar en suicidarse.
En ese momento, su madre, Shalayna, se puso en contacto con otros padres de personas con necesidades especiales en Instagram.
En pocas horas, se acumularon cientos de mensajes.
Pero uno de ellos se destacó.
Amy Kennett es madre de cuatro hijos y propietaria de Old West Homebrew Saloon, una empresa que comenzó en un remolque. En diciembre se convirtió en una tienda en la calle principal de Florence, donde vende tés, refrescos y helados.
Su hija, Abigail, tiene parálisis cerebral, y su hijo, Thomas, hermano mellizo de Abigail, es autista.
«Empezamos el negocio por nuestros hijos y por nuestra familia, y también con la esperanza de hacerlo crecer y poder contratar a otras personas con necesidades especiales», dijo Amy a The Epoch Times.
Amy inmediatamente decidió ponerse en contacto con Khobe. Se reunieron por primera vez en marzo y anunciaron en Facebook su colaboración.
«Este es el joven cuya historia me conmovió en las redes sociales y tuve que tenderle la mano», publicó Amy. «Estamos emocionados de que se una a la familia de Old West».
Old West enseña habilidades laborales y vitales a las personas con necesidades especiales contratadas en el lugar, incluyendo la interacción con los clientes, tomar pedidos y trabajar en la caja. El hijo de Amy, Thomas, fue el encargado de entrenar a Khobe.
Después de un día de trabajo, «lo hizo de maravilla (…) Él es divertido», dijo Amy. «Les cuenta chistes a todos los clientes. De inmediato encajó muy bien con mi familia y mis hijos».
«Es realmente genial», dijo Khobe a ABC. «Pude ver a algunas personas con las que me podía relacionar, eran como yo».
Además de trabajar en Old West, a Khobe le ofrecieron un segundo trabajo de fin de semana como saludador en Schnepf Farms, donde distribuye mapas del lugar y consigue charlar con los visitantes.
Shalayna dijo que dejar de trabajar durante casi un año fue muy duro para su hijo.
«Ahora, tener dos lugares para trabajar ha sido muy, muy bueno para él», dijo. «Está logrando interactuar con la gente y contar sus chistes, ¡que es lo que más le gusta en el mundo!».
Desde que contrató a Khobe, más padres con niños con necesidades especiales se pusieron en contacto con Amy, por lo que le propuso a la Cámara de Comercio de Florencia organizar un evento anual de contratación.
Su próximo objetivo es convertir a Florencia en una ciudad certificada en materia de autismo, garantizando que la salud, la educación, el gobierno local y el sector de la hotelería estén preparados para atender a las personas con trastornos cognitivos.
«Creo que la amabilidad es muy importante», dice Amy.
«Mis hijos, otras personas afectadas o cualquier otra discapacidad, son como usted y yo y quieren que se les den oportunidades y la posibilidad de prosperar, de tener éxito».
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