Un adolescente canadiense muy trabajador hizo valer su dinero después de invertir en los residuos de plástico.
Con los ahorros de tres trabajos, este joven creó una empresa que convierte los plásticos usados destinados a los basureros en materiales de construcción asequibles —una revolucionaria solución interna a la acumulación de residuos de plástico— haciendo «el trabajo de los recicladores chinos» después de que China prohibiera la importación desde hace tres años.
A sus 18 años, Myles Peterson, de Castlegar, Columbia Británica, es el director general y fundador de la Compañía Terracore Plastic. Y el primer producto de este joven innovador, una prometedora alternativa a la madera laminada, ya está en el mercado.
En una entrevista con The Epoch Times, el joven empresario dijo: «A diferencia de las empresas que compran plástico reciclado en lugar de plástico de desecho, nosotros podemos aprovechar la prohibición para garantizar no solo un precio más bajo para nuestros clientes, sino para asegurar que no se desperdicie nada de plástico».
El director general adolescente, que trabaja casi 11 horas al día en su fábrica, atribuye su éxito a decisiones inteligentes, trabajo duro, perseverancia, un poco de suerte y, sobre todo, al apoyo de su padre y su abuela. Peterson, al que le gusta cocinar, la música y ver películas de «La guerra de las galaxias» en su escaso tiempo libre, dijo que también sacó tiempo para terminar recientemente un curso de psicología en la Universidad de Alberta.
Peterson dice que todo empezó durante un viaje a India para asistir a la boda de su jefe. Relacionó la niebla tóxica que vio en India con la quema de basura de plástico. Al descubrir que la inhalación de microplásticos puede causar graves problemas neurológicos, el adolescente se sintió obligado a hacer algo.
«Decidí crear una empresa para solucionar los problemas de fondo, proporcionar puestos de trabajo dignos y garantizar que el plástico se recicle correctamente», dijo.
«La mejor manera de utilizar este plástico es mantenerlo fuera del medio ambiente, sin dejar de utilizarlo, y pensé que la mejor manera de hacerlo es ponerlo en materiales de construcción».
«Me tomó meses de extensas jornadas de trabajo para llegar a una composición de varios componentes, principalmente plástico con algo de madera, acompañados de otros materiales, que fuera lo suficientemente fuerte como para competir con la madera laminada».
Al recordar cómo creció sin mucho dinero, Peterson dijo que su vida no fue fácil, pero está «más que agradecido» por el apoyo de su padre y su abuela.
«En un momento, después del divorcio de mis padres, mi padre y yo vivíamos en una casa rodante sin terminar donde usábamos una vieja escalera de mano para pasar por la puerta», dijo. «Había un lavadero corriente conectado al tanque de nuestro vecino; no podíamos costear nada más».
«Estas circunstancias impulsaron mi deseo de tener éxito y, con suerte, de ayudar a otros como yo en el proceso».
Después que su padre quedó incapacitado para trabajar debido a una enfermedad mal diagnosticada, Peterson aceptó su primer trabajo en McDonald’s y lo ascendieron a jefe de departamento. Después trabajó en Humble Bean y en Waf-Pho, durante y después de la escuela secundaria.
Con ahorros y una sólida motivación, Peterson dejó su ciudad natal y se trasladó a Camrose, Alberta, a finales de enero para montar su negocio. Muy pronto, las largas horas de trabajo se convirtieron en costumbre.
El primer producto de Peterson, el Terra-Panel, es un panel compuesto de plástico resistente al agua y a la intemperie, capaz de superar a la madera laminada. Para fabricarlos, se trituran los residuos de plástico en bruto, se lavan, se secan, se mezclan con virutas de madera y aditivos, se funden y se comprimen en una prensa de 90 toneladas.
El panel terminado —que cuesta un 30 por ciento menos que la madera laminada— se puede cortar, atornillar y clavar igual que la madera laminada normal, pero puede soportar temperaturas de congelación y dejar a la intemperie sin romperse.
«Es lo único que existe en el mercado que combina rentabilidad, resistencia a la intemperie y solidez», afirma.
La crisis mundial de los residuos plásticos es un problema constante, y las leyes comerciales en constante evolución están cambiando el panorama.
En enero de 2018, el Partido Comunista Chino (PCCh) prohibió la importación de 24 grados de residuos sólidos, incluidos los plásticos postconsumo, lo que supuso una enorme e inmediata presión sobre las propias capacidades de gestión y reciclaje de residuos de otros países.
Sin embargo, Peterson, con su visión innovadora, ve la luz al final del túnel.
«Al realizar el reciclaje de principio a fin en la propia empresa, Terracore desempeña el papel de los recicladores chinos», dijo. «Compramos fardos de plástico de desecho sin clasificar en una instalación municipal [Centra-Cam, Camrose] que es muy económica, y lo procesamos para terminar con plástico limpio, separado y listo para usar».
«Las empresas de todo el mundo que están preparadas y dispuestas a innovar no solo pueden beneficiarse económicamente de la prohibición, sino que pueden hacer un bien al medio ambiente al aumentar el porcentaje de plástico que se convierte en nuevos productos».
Peterson ya vende los Terra-Panels en la tienda de su empresa y ha recibido solicitudes de inversionistas. Terracore está en conversaciones con varias empresas constructoras para utilizar los paneles en proyectos de construcción de viviendas, «todos los cuales parecen muy prometedores en este momento», dijo.
Al aconsejar a otros a arriesgarse por sus sueños, dice: «Elija un objetivo, elabore un plan y trabaje todo lo que pueda para alcanzar su meta».
«Trabajar duro para intentar alcanzar la siguiente meta es, fue y seguirá siendo lo más importante que contribuye a todo lo que hago», dijo.
Con información de Arshdeep Sarao.
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