Una estudiante neozelandesa está concientizando sobre el desperdicio de alimentos y la sustentabilidad con un proyecto artesanal: hizo un hermoso vestido con la piel de la semilla de mango y lo exhibió para un proyecto de la clase.
Jessica Collins, de 18 años, utilizó la cascara de las semillas de más de 700 mangos Calypso para confeccionar un vestido completo de color marfil que nunca se imaginaría que está hecho con algo de la sección de productos agrícolas.
«Huele a mango seco, en todo caso, porque hemos secado todas las semillas», dijo Jessica en una entrevista con la CBC, y añadió que huele «como un mango andante», cuando lleva el vestido.
«Tiene una especie de color perlado tornasolado, así que cuando sales a la luz del sol, en realidad brilla», dijo, describiendo el vestido. «Así que es muy bonito», agregó.
Jessica, que cursa el 12º grado en la escuela Abbotsleigh, diseñó el vestido para el final de su clase de diseño y tecnología. Fue un proyecto personal para ella, alimentado por su propia experiencia de ver tanto desperdicio de alimentos en las granjas.
Después de crecer en la granja de su familia y ayudar a empacar mangos, Jessica dijo que nunca le gustó ver la cantidad de fruta que se desperdiciaba porque no cumplía con los estándares de los supermercados.
«Siempre he visto todos los residuos de los mangos, y quería utilizar algo así, porque simplemente se tira y se abandona en la granja y nunca se vuelve a ver», dijo. «Así que, si puedo utilizar algo así y hacer una fuente de ingresos alternativa para los agricultores que están luchando, sería realmente bueno», añadió la estudiante.
Incluso después de que su profesor le dijera que la idea del proyecto era descabellada, decidió intentarlo de todos modos.
«Eso no me detuvo», dijo.
Aun así, el proceso fue bastante tedioso. Según Daily Mail, Jessica cortó 700 semillas de mango por la mitad, lo que dio como resultado más de 1400 piezas para la falda. Luego las cosió en filas de 20, dejando el lado brillante hacia afuera.
Su pasión por el proyecto se refleja en el resultado final. El precioso vestido, de color marfil, parece un vestido de baile con vuelos y una parte superior blanca tipo corsé.
Jessica espera que su vestido abra la mente a diferentes formas de reducir los residuos. En lugar de coser las cascaras de semilla de forma individual, Jessica señaló que las fibras de las semillas de mango podrían utilizarse para fabricar telas u otros materiales fibrosos.
«Sería como el algodón, la seda o el lino […] Eso sería definitivamente más adecuado», dijo a CBC. «Hay muchas granjas por aquí a las que definitivamente les encantaría poder ver esos mangos utilizados de alguna manera, en lugar de simplemente tirarlos en la granja. Así que definitivamente creo que los agricultores se lanzarían a ello», expresó la joven.
En una entrevista con Daily Mail, Jessica también señaló que la idea de combinar la ropa sostenible con una carrera en la moda le resulta atractiva.
«Me encanta la idea de mezclar la sustentabilidad con la moda. Creo que es una posibilidad muy grande», dijo. «Me encantaría que eso ocurriera».
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