Una joven irlandesa de 17 años encontró su vocación para trabajar en la salud, ayudando a los discapacitados, después que su hermano pequeño sufrió un terrible accidente que cambió su vida para siempre.
Aunque los hermanos de Bushmills, Irlanda del Norte, no son parientes de sangre, cuando Lucy McCallum vio por primera vez al pequeño Liam, fue amor a primera vista.
Sus padres adoptaron a Liam, quien había sido acogido por la abuela de Lucy. La hermana mayor recuerda con cariño sus grandes ojos marrones y su contagiosa sonrisa.
«Mi madre tuvo niñas, solo niñas», dijo a The Epoch Times. «Mi abuelita acogía niños, así que cada vez que veía a Liam, era como, ‘¡Oh, Dios mío! Teníamos una conexión de inmediato».
Se unió oficialmente a la familia a los dos años y medio, después de haber sido acogido desde los dos meses de edad. «Estaba destinado a estar en nuestra familia», dijo Lucy.
Liam era un niño normal que disfrutaba de la vida. Jugaba fútbol con sus amigos, iba a exposiciones de autos y le encantaba ir al mar con su hermana mayor, un recuerdo vívido e «irreal» para Lucy.
Hasta el día de la tragedia.
Recuerda que Liam estaba jugando al fútbol con sus amigos en 2017, cuando escuchó un gran estruendo y tuvo la «peor sensación en [su] estómago» cuando vio que un auto atropellaba a Liam, una visión que la persigue desde entonces.
«Un día, estaba en la escuela secundaria, y me estaba bajando del autobús, y eran alrededor de las cuatro y cinco», dijo. «Iba caminando cuando vi a mi hermano ser atropellado por un auto. Salió volando por el aire y se golpeó la cabeza contra el bordillo».
«Y para mí ver eso, fue horrible. Sentí como si hubiera perdido algo, como si mi corazón se hubiera desplomado, porque sentí: ‘Dios mío, es mi hermanito'».
Corrió a buscar a sus padres y encontraron a Liam en el suelo, sin moverse e inconsciente.
Llegaron los primeros equipos de respuesta y consideraron pertinente trasladarlo por aire al Royal Hospital de Belfast, donde permaneció los siguientes seis meses y medio, recibiendo tratamiento para la cabeza y aprendiendo a respirar por sí mismo.
Desafortunadamente, no se recuperó por completo.
«Durante los primeros días y las primeras semanas, los médicos nos dijeron que Liam no iba a sobrevivir», recuerda Lucy. «Así que pensamos: ‘Este es nuestro hermanito, no podemos dejar de luchar y necesitamos decirle a los médicos que tienen que seguir intentándolo'».
Lucy dijo que su madre le impidió ver a Liam porque sabía que eso la habría destrozado.
Los médicos dijeron que nunca podría volver a comer sin ayuda. Estaba conectado a oxígeno y a máquinas que respiraban por él. Cuando intentaron retirar las máquinas al principio, Liam no pudo respirar por sí mismo. Al segundo intento, empezó a respirar solo.
Lamentablemente, sufrió lesiones permanentes que lo dejaron discapacitado. «El cerebro de Liam estaba completamente muerto», dijo Lucy. Al principio no podía caminar ni comer. Sufrió convulsiones. No podía hablar.
Liam se sometió a fisioterapia y finalmente se recuperó utilizando una silla de ruedas. Hicieron la casa accesible para la silla de ruedas, y más tarde pudo utilizar un andador, lo que sorprendió a la familia. Al regresar a casa del hospital, podía comer pero sus familiares tenían que alimentarlo. Aprendieron sus medicamentos. Lucy aprendió a lavar y vestir a su hermano pequeño.
Pero eso no impidió que el joven Liam amara la vida. Siempre sonriente, ha aportado luz y alegría al hogar.
El accidente de su hermano cambió a Lucy. «Mi madre y mi padre me mantuvieron fuerte», dijo, aunque todavía sufría graves recuerdos en las noches. Ese momento, que todavía la acompaña, la destrozó; es algo que nunca quiso ver.
Sin embargo, Liam ha inspirado a su hermana mayor.
«Liam pasó otros seis meses en Londres recibiendo un tratamiento especial para ayudarle a mejorar aspectos como el movimiento, el aprendizaje y todas sus habilidades físicas, y decir que estoy orgullosa de todo lo que ha logrado se quedaría corto, es realmente mi héroe», dijo Lucy a BelfastLive.
Su hermano pequeño incluso la llevó a encontrar su vocación.
«Liam me ha hecho querer cuidar de la gente, a la gente decidida», dijo Lucy, que actualmente está estudiando el nivel 2 de atención médica y social en el Northern Regional College de Coleraine. Espera pasar al nivel 3 el año que viene, y luego ir a la Universidad de Liverpool para estudiar enfermería y trabajar con niños discapacitados.
Lucy añadió: «Decidí que trabajar con niños con necesidades especiales y discapacidades es lo que quiero hacer en mi carrera, ya que ayudar a cuidar a mi hermano me ha dado algo que no sabía que necesitaba y sé que esto es lo que quiero hacer en mi vida».
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