Sin detenerse a pensar en su integridad física, un joven no dudó en lanzarse al río Támesis cuando vio que una mujer gritaba pidiendo auxilio.
Folajimi Olubunmi-Adewole, de 20 años, vivía en Bermondsey, al sur de Londres, y era un ex alumno de la Academia Harris en Peckham.
«Jimi era un joven muy agradable y amable, era el corazón de nuestra familia», dijo el padre del joven, Michael Adewola, de 63 años, en entrevista a The Sun.
Y lo demostró, hasta el último momento de su vida. El pasado 24 de abril, el joven había salido de trabajar del restaurante de alta cocina The Cinnamon Club en Westminster, cuando, a altas horas de la noche, escuchó los gritos de una mujer mientras cruzaba el puente del río Tamesis, en Inglaterra.
De inmediato, el joven llamó a la policía. Pero no solo eso, además, el joven bajó corriendo las escaleras del puente de Londres para llegar a la orilla del río, donde se quitó la ropa y se lanzó al agua, de acuerdo a Daily Mail.
Joaquín García, otro joven, también acudió al llamado de la mujer que gritaba desesperada que no sabía nadar. Ambos intentaron nadar y avanzar 40 metros, pero cuando llegó la policía poco después, solo encontraron a la mujer y a García.
Debido a que no lograban encontrar a Olubunmi, se destinó un helicóptero de la policía para ayudar en su búsqueda. Finalmente fue encontrado a las 5:45 de la mañana, sin vida, cinco horas después de que saltó para ayudar a la mujer.
La madre del joven, Olasunkanmi Adewole, de 54 años, dijo que ella y su esposo se sentían «orgullosos» del noble acto de su hijo, pero al mismo tiempo estaban «devastados».
El alcalde de Londres, Sadiq Khan, también reconoció al valiente joven como un «heroe»en su cuenta personal de Twitter.
«Folajimi Olubunmi-Adewole era el mejor de nosotros. Un verdadero héroe de nuestra ciudad que dio su vida intentando salvar otra. Mis pensamientos y oraciones están con su familia y amigos en este momento de trágica pérdida», publicó el alcalde.
Olubunmi, que era de origen Nigeriano, tuvo un funeral en el Best Way International Christian Center en el sureste de Londres, donde solo pudieron estar 30 personas, debido a las restricciones por la pandemia mundial. Sin embargo, recibió diversas muestras de reconocimiento y cariño de amigos y profesores.
«Fue un privilegio conocer a Jimi. Transformaba todas las sesiones de entrenamiento en diversión con su sonrisa. La vida era divertida para él», dijo entre lágrimas James Robinson, su entrenador de futbol americano, informó Evening Standard.
«Sin embargo, en una fría y húmeda mañana de invierno prefería estar en casa con su madre«, agregó.
«El mundo lo recordará para siempre como un héroe. Nunca te olvidaremos», agregó Hannah Davies, maestra de matemáticas de Olubunmi.
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