Joven madre con menopausia y sin posibilidades de embarazo da a luz a un bebé: «Los milagros ocurren»

Por Louise Bevan
30 de septiembre de 2021 12:42 PM Actualizado: 30 de septiembre de 2021 6:13 PM

Una joven madre de dos hijos que empezó a tener una menopausia prematura a los 28 años pensó que sus sueños de tener un tercer hijo se habían esfumado. Sin embargo, un año más tarde, cuando una prueba de embarazo dio positivo, fue difícilo de creer.

Dio a luz a una preciosa niña, pero el asunto no terminó ahí: sufrió una hemorragia, perdió dos litros de sangre y estuvo a punto de morir.

Jade Pankhurst, de 31 años, vive con su esposo, Gary Pankhurst, de 40, en la localidad inglesa de Cheshunt, en Hertfordshire, Inglaterra. Juntos son los padres de los dos hijos de Jade, fruto de una relación anterior: Aaron, de 12 años, y Kaiden, de 9. Su bebé, Mireya, que significa «milagro», tiene 5 meses.

En declaraciones a The Epoch Times, la orgullosa madre dijo que no pasa un día sin que su familia se sienta bendecida.

Jade durante su embarazo. (Cortesía de Jade Pankhurst)

«Me diagnosticaron menopausia prematura en junio de 2019», dijo Jade. «Estaba en un estado de negación cuando el médico me lo dijo».

Jade estaba desconsolada por Gary, que no tenía hijos propios. «Sentí que lo había defraudado», dijo.

Después de casi un año de terapia hormonal sustitutiva (THS), Jade empezó a sentirse mal, tenía náuseas y estaba tan cansada que empezó a dormir durante el día. Extrañada, se hizo una prueba de embarazo. El resultado fue positivo.

«Tuve que mirar dos veces, no lo podía creer», recuerda. «Me preguntaba si la terapia de reemplazo hormonal había causado un falso positivo. Primero llamé a mi madre y a mi hermana. Se alegraron mucho por mí y por mi esposo, y enseguida me dijeron que el bebé era un ‘milagro'».

Jade con Mireya, su bebé «milagro». (Cortesía de Jade Pankhurst)

Jade, incapaz de esperar, llamó a Gary cuando regresaba a casa del trabajo, y él tampoco lo podía creer. La pareja estaba emocionada.

Cuando supieron que iban a tener una niña, Jade quiso encontrar un nombre especial. «Buscábamos nombres únicos que tuvieran el significado de ‘milagro’, sin que fuera demasiado obvio», dijo.

Finalmente, su madre encontró el nombre Mireya, y se quedó con él.

Gary Pankhurst con su hija, Mireya. (Cortesía de Jade Pankhurst)

Mireya nació en abril. Sin embargo, la alegría de Jade y Gary se vio rápidamente empañada por el pánico cuando Jade sufrió una hemorragia después del parto. Perdió 0.7 litros de sangre, pero luego de un examen interno, los médicos le aseguraron que toda la placenta se había expulsado.

La pérdida de sangre de Jade se controló con medicamentos. Pero horas más tarde, sufrió una segunda hemorragia, se desmayó y tuvo una mini convulsión. Al examinar nuevamente a Jade, los médicos encontraron dos lóbulos de placenta y varios coágulos de sangre dentro del útero.

En ese momento, la presión arterial de Jade era tan baja que no se podía medir. Sufrió un shock hipovolémico y sus órganos empezaron a fallar.

«Había perdido aproximadamente 2 litros de sangre en total», dijo Jade. «Necesité una operación manual de urgencia en la sala de partos, de la que era plenamente consciente, y terminé requiriendo una transfusión de sangre. Tuve suerte de seguir viva».

(Cortesía de Jade Pankhurst)

Después de pasar dos noches en el hospital, Jade fue dada de alta. Se tuvo que autoadministrar inyecciones durante 10 días para evitar los coágulos de sangre y tomó un tratamiento de 3 meses de pastillas de hierro para la hemoglobina baja, pero Jade estaba fuera de peligro. Al reflexionar sobre su experiencia, Jade afirmó que se siente «realmente bendecida» por tener a su bebé y poder contar su historia a los demás.

«Ha sido una montaña rusa de emociones», dijo. «Desde tener que aceptar el hecho de que no podía tener más hijos, lo que nos rompió el corazón, hasta descubrir que estaba embarazada. Los acontecimientos que sucedieron después del parto también fueron muy traumáticos para todos nosotros como familia».

«Nunca olvidaré lo que sentí cuando regresé a casa del hospital con Mireya», dice. «Me sentí realmente bendecida, y que alguien estaba velando por nosotros ese día».

Mireya se unió a su familia de forma maravillosa, y a sus orgullosos y protectores hermanos, que ayudan a su madre todos los días.

De izquierda a derecha: Aaron North, de 12 años, el bebé Mireya y Kaiden North, de 9 años (Cortesía de Jade Pankhurst)

El lazo entre Mireya y Jade es realmente irrompible. «Una parte de mí piensa que esto se debe a que ella conoce todas las luchas por las que hemos pasado», dijo Jade. «Ser bendecida con un bebé es algo que no todas las mujeres llegan a experimentar, y por eso, nunca la daré por hecho».

A pocas semanas de empezar la carrera de enfermería Jade quedó embarazada de Mireya, y ahora disfruta de la vida como ama de casa cerca de su familia en Cheshunt.

«Mi familia siempre me decía: ‘No pierda la esperanza de tener otro bebé'», dice Jade. «Siempre tuve en mente que tal vez tendría otro bebé cuando fuera el momento adecuado, y en cambio me enfoqué en mi carrera. Nunca perdí la esperanza.

«Puede resultar difícil aceptar circunstancias que están fuera de nuestro control, y quizá por eso a veces debemos dejar la puerta abierta. A veces, tener fe en lo desconocido puede tomarnos por sorpresa, y nos demuestra que los milagros sí ocurren».

Gary y Jade con sus hijos. (Cortesía de Jade Pankhurst)

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