Luego de titularse como abogada, una joven de Paraguay decidió compartir en sus redes sociales la emotiva historia de cómo lo consiguió gracias a su trabajo como ayudante de albañil junto a su padre.
El pasado 12 de noviembre se convirtió en el día que Magalí Giménez Bogarin, de 24 años, alcanzó una meta que parecía difícil de lograr: convertirse en abogada.
«No puedo negar que tuve muchos obstáculos en mi camino que hoy le dan a este día el sabor más glorioso que pudiera tener», publicó la joven en su Facebook.
Seis años atrás, cuando la joven decidió estudiar para abogada en la Universidad Nacional de Asunción (UNA), el panorama no se era alentador, al grado que muchos le dijeron que no podría concretarlo. Sin embargo, la joven decidió intentarlo, con la firma convicción de no rendirse.
Giménez todavía recuerda cuando se enfrentó a la dura realidad en la que su familia no tenía cómo pagar la matrícula para que ella ingresara a la universidad. Pero la tenaz joven tuvo una idea que, en ese momento, iluminó el incierto camino.
Mariano Giménez, el padre de la joven, es albañil en San Estanislao, en San Pedro, Paraguay, y ya que iniciaría una obra, la joven le propuso que no contratara un ayudante y, en su lugar, ella hiciera el trabajo.
Sin miedo a ensuciarse las manos y a lo pesado del trabajo, la hoy contenta abogada, recordó en entrevista a El Canal 13 de Asunción, cómo el fruto del trabajo en esa primera obra de construcción sirvió para pagar aquella inaccesible matrícula. Posteriormente, el trabajo como albañil junto a su padre y hermanos sería una actividad que alternaría junto a sus estudios profesionales.
«Siempre le ayudé a mi papá las veces que podía porque también tenía que ir a la facultad y como él era mi jefe, no había mucho problema», recordó Giménez.
Aunque para la familia Giménez se convirtió en algo habitual que casi todos trabajaran duro para apoyar a la joven, en redes sociales se viralizó la publicación donde la abogada explica la historia detrás de la culminación de sus estudios para convertirse en licenciada en derecho por la UNA.
Con el apoyo de seis fotografías donde la hoy abogada aparece en plena labor trabajando de albañil, explica cómo decidió perseverar para poder estudiar y convertirse en una profesional del Derecho en su país.
«Hoy solo tengo gratitud con mi familia y con todas esas personas que se convirtieron en angeles en mi vida para que hoy pueda ser oficialmente una abogada», compartió en Facebook Giménez.
Sin embargo, la modesta joven cree que hay muchos jóvenes como ella que incluso tienen «situaciones más difíciles», y que probablemente no tienen la oportunidad de trabajo que ella tuvo, lo que considera una «bendición del Señor», relató en El Canal 13 de Asunción.
«Quiero dejar un precedente que refleje todo este proceso que no solo yo sino muchos jóvenes pasamos en busca de nuestros sueños. Solo puedo decirte a vos que no te rindas y que el que persevera alcanza», reflexionó la abogada.
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