La artista Emi Nakajima dice que es una «viajera soñadora». Esta ilustradora japonesa que reside en Tailandia recorre el mundo con su imaginación, creando cautivadores dibujos arquitectónicos.
Describiendo el poder transportista del arte, Nakajima, de 27 años, dijo a The Epoch Times que empezó a mirar fotos de edificios cuando era niña. Su inquietud por descubrir tierras extranjeras llevó a Nakajima, medio japonesa y medio tailandesa, a empezar a hacer dibujos arquitectónicos detallados cuando era estudiante de secundaria. Aunque parezca increíble, nunca ha tomado clases de arte.
«Me enamoré de su grandeza, especialmente de las góticas y barrocas. Son muy singulares y elegantes», dice. «De niña, le decía a mi padre: ‘¡Vamos a viajar por el mundo cuando sea mayor!»
«Nunca estudié arte. Empecé haciendo pequeños dibujos y descubrí que se me daba bien dibujar. Cada vez que hago un dibujo aprendo algo nuevo y evoluciono, porque siempre me reto a mí misma haciendo dibujos más grandes y detallados».
Diez años después, Nakajima cuenta con una colección de maravillosas obras, entre ellas el templo Wat Rong Khun de Tailandia y Notre Dame de París. La talentosa artista también ha reunido decenas de miles de seguidores en Instagram.
Nakajima compartió que el templo Wat Rong Khun, diseñado por Chalermchai Kositpipat, era un lugar que podía ir a visitar. Después de ir en persona para observar los detalles, Nakajima empezó a dibujar con lápices. Luego, empezó a utilizar bolígrafos de tinta para añadir líneas detalladas, desarrollando su estilo característico.
«La capilla blanca y plateada es de una belleza sobrenatural», dice. «Al principio, me preocupaba que no saliera bien».
Al estar empleada en una empresa como coordinadora jefe en el extranjero, la artista se limitaba a dibujar solo por las noches y los fines de semana. Tardó seis meses en completar el cuadro del templo de Wat Rong Khun, pero Nakajima dice que el tiempo y el esfuerzo merecieron la pena.
«Recibí muchos comentarios positivos. Gracias a ello, tuve mucha más exposición y más gente se interesó por los dibujos que son más que bocetos», recuerda.
Aunque pueda parecer que el arte y su trabajo en la empresa están reñidos, Nakajima dice que no es así. «Aunque mis dos trabajos parezcan diferentes, soy una persona muy concentrada y presto mucha atención a los detalles», dice. «Esto puede ser lo que me permite hacer dibujos muy detallados».
Aplicando diferentes pesos, presiones y velocidades de los movimientos de la muñeca, Nakajima crea líneas con diferentes grosores, añadiendo dimensionalidad a su obra. Rompiendo con las normas de la arquitectura, Nakajima no se atiene al principio estándar de poner más detalles en los objetos cercanos que en los lejanos.
«Quiero recoger todos los detalles. Quiero que mi dibujo presente todos los detalles atractivos de mi objeto arquitectónico», dice. «De este modo, puede que no parezca tan profesional como los que tienen formación en dibujo arquitectónico; hago lo que muchos otros rechazan».
Nakajima dice que se necesita «una determinación inquebrantable y una voluntad suficientemente fuerte» para dibujar de esta manera. Se desafía constantemente a sí misma para mejorar sus técnicas. Su objetivo es sorprender al espectador con todos los detalles.
En una impresionante representación de Notre Dame de París, Nakajima utilizó lápices para añadir sombras. Dice que empezó con el rosetón en el centro del cuadro, y luego dibujó los edificios de la izquierda y la derecha junto con las plantaciones de los alrededores. «Uno de mis seguidores dijo que mi dibujo parecía más realista que una fotografía monocromática», dijo.
Sentada en una cafetería un domingo, o en casa con música de fondo, Nakajima es capaz de sumergirse en su arte.
La ilustración de 2020 «Dream Traveler» está protagonizada por la propia artista. «Me apetecía dibujarme a mí misma en este cuadro», dice. «Todos los lugares son los destinos de mis sueños. Me apetecía dibujar mis sueños en esta obra».
Desde la representación de la Basílica de San Pedro, bellamente coloreada, hasta la captación del Big Ben de Londres, Nakajima está cumpliendo, a su manera, ese deseo infantil de viajar y conocer el mundo. Como joven y una profesional ocupada, aún no ha podido ir a muchos de los lugares que sueña con visitar de verdad.
Dibujar también es un reto en esta etapa de su vida, ya que tiene un trabajo a tiempo completo. «Tengo que ser muy disciplinada con la gestión del tiempo», dice. «Si supieras que solo tengo un poco de tiempo a la semana para dibujar, podrías pensar que puedo dibujar muy rápido».
Nakajima tiene claro lo que quiere, y su plan es retirarse de su empleo y convertirse en artista a tiempo completo en los próximos años. Esto le daría más libertad, dice. Explorando también la creación de una línea de productos basada en sus obras y diferentes plataformas online para mostrar su talento, parece que las posibilidades de imaginar son ilimitadas.
Vea más obras suyas a continuación:
Con la colaboración de Arshdeep Sarao.
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