Cuando llegas a la corte, siempre tienes la opción de dar una explicación al juez y que pueda exonerarte, pero que la mirada de los hechos pase por el ojo de un niño, que es tu hijo y además es el que determina la sentencia, ¡no te da chances para discutir el veredicto!
Un hombre acusado por exceso de velocidad se presentó en la corte del Juez Frank Caprio en Providence, Rhode Island (Estados Unidos), donde la justicia se vive de una forma diferente y en gran parte se debe a que este magistrado es famoso por sus piadosas y compasivas sentencias.
El acusado, según Likemag, llegó de África hace 3 años y comentó en el programa Caught in Providence: «Recibí mi licencia de conducir de EE.UU. hace apenas seis meses». Tal como podrás verlo en video al final de la nota.
Al interrogar a la esposa del hombre, el juez comenzó a divertirse haciendo una observación humorística sobre “poner en peligro a los niños”. Los padres, sonriendo por el giro que dio el procedimiento, parecían encontrar un poco de alivio en su sentido del humor.
Pero el juez aún caminaba sobre una fina línea entre la justicia y la comedia, haciendo a todos cuestionarse hacia dónde iba todo, hasta que decidió preguntar al acusado el nombre de su hijo, saludar al pequeño y pedirle que suba al estrado.
Mientras el magistrado pedía su opinión a Menalik por el exceso de velocidad de su padre, se desarrolló una situación familiar graciosa y conmovedora, hasta que el pequeño finalmente le respondió la pregunta.
“Estamos hablando de tu padre ¿sí? Vas a decir ‘culpable’ o ‘inocente’, ¿qué dices?”. Esa fue la pregunta formulada por el juez Caprio con buen sentido del humor a este encantador e inocente niño. Y la honesta respuesta del niño fue: “¡CULPABLE!”.
Todos los presentes estallaron en risas ante la inesperada respuesta de Menalik, especialmente sus padres.
“¡Un niño honesto!”, dijo el juez mientras daba la mano al pequeño y lo despedía. Con una sonrisa y brillo en sus ojos, el juez de buen humor agregó: “Es oficial: ¡eres culpable!”.
El padre del niño respondió con una sonrisa mientras afirmaba: “Él no sabía qué decir, no sabe qué está diciendo”. No obstante Caprio lo elogió por tener una familia honesta y lo dejó ir con una advertencia.
“Bueno, tienes una maravillosa familia. Gracias. Voy a darte crédito por tus buenos antecedentes conduciendo en África. Solo ten cuidado ahí fuera”.
“Lo tendré”, prometió el hombre aliviado mientras que la familia y los presentes quedaron con una sonrisa y un profundo sentido de humanidad del juez.
Mira la sentencia completa:
Este niño quiere a sus amigos sin hacer distinciones ¡Qué corazón más puro!
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