Una abuelita de Texas afirma no guardar ningún rencor al asaltante que la golpeó brutalmente y le robó su auto, en el que más tarde sufrió un accidente y falleció.
Shirlene Hernández, una abuelita de 72 años de San Antonio, Texas, sufrió un violento asalto el pasado 12 de abril por la mañana, mientras estaba en la gasolinera Shell en Southcross y la interestatal 35.
Como cada día, Hernández se dirigía a su trabajo hacia el lado noreste de la ciudad, pero se detuvo a comprar una Coca-Cola Light. Pero en el corto camino hacia su compra, un hombre la sujetó y comenzó a golpearla en el rostro varias veces mientras intentaba quitarle las llaves de su auto, explicó la anciana en entrevista a WOAI.
Aunque tres hombres intentaron defenderla, el asaltante logró escapar y llevarse el preciado auto, que es con el que cada día puede llegar a su trabajo.
No pasó mucho tiempo, cuando la policía encontró el auto destrozado en la misma interestatal con el asaltante muerto.
Hernández, quien quedó visiblemente lastimada y todavía se está recuperando, dijo que le entristeció escuchar la noticia.
«Hay mucha gente que diría que lo que pasa se convierte en karma», dijo la abuelita. «Yo no pensé eso. Me puse muy triste porque él había muerto. Es cierto que me había hecho daño, pero el Señor se encargó de sacarlo de su miseria».
Sin embargo, el asalto fue traumatizante para Hernández, quien dijo que todavía puede «ver a ese hombre en detalle, como una imagen en mi mente», pero al final, lo que más agradece es poder estar viva.
«Solo espero que si esta situación le sucede a alguien más, dé un paso adelante, corra hacia adelante y ayude a la persona que le está sucediendo», agregó.
Helen Garcia, nieta de Hernández, abrió una cuenta en GoFundMe, en la que explica que el auto de su abuela quedó arruinado en el accidente, dejándola «sin manera de llegar al trabajo», así que «cualquier donación la ayuda a recuperarse y es muy apreciada».
El objetivo era recaudar cinco mil dólares, pero la respuesta fue abrumadora y en cuestión de días recaudaron poco más de treinta mil.
«Estamos asombrados y muy agradecidos por las muestras de amor y apoyo. No sé cómo decir correctamente gracias a todos», escribió Garcia.
Un donante expresó la razón del por qué ayudar a la abuelita: «Doné porque esta dulce mujer necesita un coche. Y aunque ella nos diga que no es el karma, yo lo haré. […] está recibiendo lo que se merece: ayuda de personas que se preocupan».
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