El misterioso caso de la desaparición de Emanuela Orlandi continua sin resolverse desde hace 36 años, pero las pistas de su investigación siguen siendo de lo más polémicas, ya que involucran al Vaticano. Ahora, un mensaje anónimo reabre las hipótesis que estaban guardadas desde hacía mucho tiempo.
La familia de Emanuela, una chica italiana desaparecida en 1983, recibió una carta anónima en marzo de este año que mostraba la foto de un ángel sobre la lápida dedicada a la princesa Sofía y al príncipe Gustavo von Hohenlohe: «Busquen donde indica el ángel», decía el mensaje según publicó la BBC.
Un tribunal estatal del Vaticano autorizó que dos tumbas se abrieran para saber si los restos de la adolescente se encontraban allí, una de las tumbas corresponde a la princesa Sofía von Hohenlohe, fallecida en 1836. La otra es la de Carlota Federica de Mecklemburgo, quien murió en 1840.
El hermano de Emanuela, Pietro Orlandi, que desde hace décadas intenta averiguar qué le pasó, acusó al Vaticano de permanecer en silencio.
Según Pietro, aunque el Vaticano había dado por cerrado el caso hace tiempo, «con el papa Francisco, el muro se hizo más alto. Lo conocí unos días después de que fuera electo (en 2013) y me dijo: ‘Emanuela está en el cielo'».
«Yo pensé: ‘El papa Francisco sabe algo’. Luego rellené todo tipo de solicitudes para reunirme con él de nuevo para obtener una explicación. Pero nunca quiso verme otra vez».
Otra controvertida pista ya había tenido lugar cuando el Vaticano pidió abrir la tumba de un reconocido gánster de la ciudad para resolver la desaparición de la adolescente.
La tumba de Enrico De Pedis está vinculado a la desaparición hace casi 30 años, él era uno de los jefes de la llamada Banda della Magliana, que operaba en Roma y que murió en 1990. Está enterrado en la basílica de San Apolinar en el corazón de Roma, el lugar de descanso de una serie de cardenales y altos cargos del el Vaticano.
«Hace varios años las autoridades italianas recibieron información de un personaje anónimo que sugería que dentro de la tumba de Enrico había elementos que explicarían la desaparición de la chica. Después de décadas de la desaparición de la adolescente, la fiscalía italiana decidió ordenar la exhumación», comentó el corresponsal de la BBC, Alan Johnston.
En la tumba se encontraron objetos e imágenes que forman parte de la investigación.
Otra pista que generó polémica en 2018 fue la aparición de restos óseos en una propiedad del Vaticano, cuando realizaban trabajos de restauración en la Nunciatura Apostólica en Roma.
Enseguida se comenzó una investigación que reabrió las sospechas sobre si esos hueso eran de Emanuela.
Pero los restos también podrían pertenecer a Mirella Gregori, que desapareció en Roma 40 días antes que Emanuela también a la edad de 15 años, según medios locales. Ambos casos podrían estar conectados, aseguran los detectives a la BBC.
Su caso también fue vinculado tanto con el crimen organizado como con un intento de forzar la liberación de la cárcel de Mehmet Ali Agca, el turco que intentó asesinar al papa Juan Pablo II en 1981, según la BBC.
El 22 de junio de 1983, Emanuela regresaba a casa luego de su clase de música. La última vez que la vieron estaba en una parada de autobús en el centro de Roma. Pero simplemente desapareció. Nadie la ha visto desde entonces.
Pietro no descarta la remota posibilidad de que su hermana esté viva, pero hay algo que no borra de su mente de ese día:
«Tuvimos una pelea porque ella tenía una clase de música. Hacía mucho calor, me negué a ir con ella porque tenía otras cosas que hacer. Ella cerró de un portazo y se fue, y ese es el último recuerdo que tengo».
«A menudo pienso, ¿qué habría pasado si me hubiera ido con ella?», recordó con angustia Prieto.
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