La música y el amor fueron su medicina para el cáncer de mama

Por Verónica Alsina
19 de octubre de 2023 5:18 PM Actualizado: 19 de octubre de 2023 5:18 PM

Cáncer, una palabra de hielo que despierta miedo. Aquí una historia de afirmación a la vida de una mujer. Sí, se puede. Aun en la dificultad, es posible seguir y avanzar. El amor, lo fundamental.

Mariel Foraster es música, argentina, tiene 51 años y es paciente de cáncer de mama bilateral desde hace ocho años.

“Tuve [cáncer] en el 2015 y cuando recibí el diagnóstico fue como un estado de… como cuando te quedás con la respiración cortada, un estado que no podés pensar, con la mente en blanco”, contó Foraster en una entrevista exclusiva para The Epoch Times México.

A partir de entonces, empezó el proceso de aceptación y de hacerle frente. “Con mucho miedo al principio”, detalla, fue encontrando médicos que la orientaron, ganando confianza “en que eso se podía sanar”.

El cáncer se despertó tras una caída mientras hacía trekking en los cerros andino patagónicos argentinos, la región donde ha elegido vivir. El golpe en las dos zonas del pecho anticipó algo que “iba a aparecer más tarde”, le explicó su médico.

“Así que tengo que agradecer a ese golpe que me di porque [gracias a eso] realmente fue detectado a tiempo”, relató.

Mariel Foraster momentos después de sus sesiones de la quimioterapia en 2016. La foto fue tomada durante un viaje junto a un grupo de fotografía en una estancia cerca al Arroyo Chacay, provincia de Río Negro, Argentina (Cortesía Mariel Foraster)

“Con un buen equipo de profesionales fui encarando todo lo que implica el tratamiento: la operación de mastectomía de mama derecha, el cuadrante; un cuadrante que me sacaron de la [mama] izquierda, que esa es la conservada; y haciendo las quimios, haciendo también los rayos”, siguió relatando Foraster.

Cada quince días ella viajaba más de 500 kilómetros para recibir estos tratamientos. En las idas y venidas sus amigos fueron su sostén. “No tenía muchos familiares que en ese momento me puedan asistir, así que prácticamente fue una compañía de amistades”.

La música argentina también comprendió la importancia de abrirse con algunas mujeres que habían pasado por lo mismo “porque alguien que lo atraviesa sabe», lo ha vivido.

Foto de Mariel Forasterl y su sobrina Josefina, con la que tiene una relación muy especial. Están paseando por Lago Puelo, provincia de Chubut, Argentina, en septiembre de 2022 (Cortesía Mariel Foraster)

Gracias a la vida, en una fecha precisa hubo un renacer. Fue el 5 de octubre de 2015, recuerda Foraster. Ese día, mientras se despertaba de la anestesia de la operación, nacía su sobrina. Su única sobrina, Josefina.

“Fue para mí un regalo también. Un regalo y una bendición. Una alegría que me colmó por dentro: ser tía. Con mi situación yo no podía tener hijos ni iba a tener, porque ya venía de una endometriosis”.

Después de las operaciones y la reconstrucción mamaria, sigue la valiente mujer, “me contactaron con una colega que conocí hace muchos años para participar en un grupo de remo” que usaba la técnica del bote dragón, propio de la tradición china. Este deporte náutico contribuye al drenaje linfático después de una mastectomía y su práctica es en equipo.

“Es un trabajo colectivo donde todas remamos al mismo tiempo, respiramos al mismo tiempo, para poder sincronizar y darle el arrastre y el empuje al bote”, explica. “Hay mucha sincronicidad, mucho ritmo, mucho de la música”.

Foto del equipo de remo de bote dragón Nahuel Rosa, en el Lago Moreno, en el verano de 2019. (Cortesía Mariel Foraster)

La música ha sido otro de sus sostenes durante la enfermedad.

“Es una de las cosas que más me sostuvo, porque yo soy flautista», cuenta, «y he continuado estudiando durante esa etapa mientras podía. Tenía una amiga que me venía a dar unas clases y mi rutina consistía también en estudiar flauta durante el día unas horas”.

En ese durante además se preparó para concursar por un cargo en el Instituto de Formación Docente y… lo logró. “Eso también me dio mucha felicidad y mucha confianza”, enfatizó.

Pero la enfermedad ha tenido otras manifestaciones y en uno de sus últimos chequeos con su oncólogo, detectaron un lunar que “venía raro” y en diciembre del año pasado, nuevamente entró al quirófano. Esta vez para extirparle un melanoma en la parte dorsal.

“Me dolió mucho, tanto la operación como la cicatrización”.

Y, otra vez, no bajó los brazos, Foraster siguió tocando, haciendo ejercicio, natación, yendo a caminar por la montaña, “tratando de recuperar esa parte que me sacaron del músculo”.

Ahora es tiempo de profundizar en la raíz de la enfermedad y de ser posible compartir para prevenir a sus familiares.

“Como tuve tres tumores es muy probable que ya empiece a ver un genetista” para estudiar la línea de los abuelos y los padres, “para determinar si hubo enfermedades que tienen que ver con el cáncer, que se puedan presentar en algunos otros órganos, para prevenir y para también informar a la familia”.

Foto de Mariel Foraster tocando con el grupo Canciones en el Bosque, en el Colegio Vuriloche, en el 2017. Foraster tiene el pelo lacio pero después de la caída del cabello por el tratamiento de la quimioterapia, cuando le volvió a crecer, le aparecieron rulitos. Hoy ya recuperó su estado original. (Cortesía Mariel Foraster)

El hecho de no abandonarse, la disciplina, seguir con actividades, con esas ganas de querer superarse, también ha sido lo mismo para su espíritu. La mujer argentina cuenta que mientras sobrelleva estos procesos, por lo general, ha “tenido buen humor y pocos altibajos”.

Agradecida por ese temple, a su vez  agradece la amabilidad y el apoyo que recibió de su entorno y de sus amistades.

Después de madurar lo que ha pasado considera de vital importancia «el amor universal y la solidaridad». Y cree en cultivar «el amor por el prójimo, la empatía y la comprensión”.

Todo paso en la vida es necesario para trascender temores.

“Les recomiendo a las mujeres que no tengan miedo de hacerse un estudio y que solo se trata de prevenir; y que cuando uno está a tiempo puede sanarse. Eso es lo importante. Hacerse los estudios, prevenir, controlarse, estar actualizado”, aconseja.

Pese a las dificultades siempre hay posibilidades. Esta mujer, música y paciente de cáncer, también alienta a aquellos que están en tratamiento:

“Siempre se puede mejorar. Y se puede. Si bien algunos procesos son dolorosos, se puede. Se puede salir».

Del otro lado del túnel siempre hay una luz.


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