Era el año 2003 y Saartjie Geurts, una joven holandesa de 23 años, comenzaba sus estudios de comunicación.
En una ocasión se sintió mareada y sin coordinación ni capacidad para concentrarse, estado que se repitió durante varios días antes de ir a dormir. Saartjie permaneció en su dormitorio escolar unos cinco días antes pasar su experiencia cercana a la muerte (ECM), o su «experiencia del infierno» como ella la nombra.
Estaba en la cama y sentía la cabeza tan pesada que no podía levantarla. «Cuando me di cuenta que no podía salir de la cama, entré en pánico», dijo en una filmación de NDEvideos.com.
Todos sus sentidos estaban hiperalterados: veía colores brillantes, saboreaba infinidad de sabores, percibía una variedad de olores, escuchaba muchos sonidos.
Vio claramente flores, montañas y edificios.
Dijo que «sentía una especie de amenaza ominosa». También vio su propio cuerpo postrado en la cama y podía verlo desde arriba, algo que comúnmente reportan las ECM. Estaba asustada.
Después sintió ir hacia atrás y vio a su madre en la sala médica de un hospital. Su madre estuvo internada en un hospital en el 2001, debilitada por el cáncer de colon, antes de fallecer.
Saartjie sintió dolor, luego fue llevada a través de un túnel que cada vez se hacía más estrecho.
«Entonces llegué a una puerta… Tuve que tomar una decisión», dijo la joven. Su madre estaba al otro lado de la puerta. Avanzar significaría la muerte, añadió Saartjie. Y tuvo que dejar ir a su madre cuando la puerta se cerró.
Su vida corrió ante sus ojos, empezando por su nacimiento. Fue «una experiencia fotográfica», dijo Saartjie. También pudo ver las imágenes de los miembros de su familia a lo largo de los años. El recuento de la vida también se informa a menudo en las ECM.
Sabía que algo peor estaba a punto de suceder; estaba agotada y no sabía si podría manejarlo. «Yo lo llamo la experiencia del infierno», dijo.
«Había muchas manos, y muchos gritaban que había hecho algo mal», dijo ella. «Y entonces, de repente, la imagen de un hombre, una sombra, y no podía nombrarla». Comenzó a gritar.
Despertó encontrando a un policía y a un paramédico en su dormitorio.
Fue una experiencia aterradora, pero le ayudó a aceptar la muerte de su madre y a reflexionar sobre su relación y su propia moralidad.
Mientras las manos la agarraban y las voces gritaban, sentía que estaban empujándola «a lo que la gente llama el infierno». Ella se disculpaba y preguntaba «¿por qué?», relató.
Pensó en el porqué. Cuando era niña, a menudo se enfrentaba, avergonzada y temerosa, ante las debilidades de su madre. Entonces la joven recordó el período anterior a la muerte de su madre.
«De repente me di cuenta que nunca la llamé durante mi viaje de 10 meses a Australia», dijo Saartjie. Se preguntó por qué nadie se había dado cuenta de que su madre estaba enferma. “¿Por qué tuvo que atravesarlo sola?”.
Algunas otras lecciones que tomó de su «experiencia del infierno», fueron que nunca debía mentir ni tener celos. Sentía muchos celos de sus hermanas.
Saartjie concluyó: «La ECM fue como una persona bien intencionada que me preguntaba por qué había sido tan hostil con mi madre, una especie de interrogatorio».
Mira el video a continuación:
Su espíritu abandona su cuerpo cuando decide quitarse la vida
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