Una madre primeriza le atribuye a su bebé el mérito de haberle salvado la vida después que los médicos descubrieran un raro y mortal tumor del tamaño de una uva mientras estaba embarazada.
Rachel Bailey, de Southwark al sur de Londres, comenzó a sangrar inesperadamente a las 21 semanas de gestación. Inmediatamente se dirigió al Hospital St Thomas para un chequeo de emergencia.
Afortunadamente, la bebé estaba bien y saludable. Sin embargo, durante la exploración, los médicos descubrieron que la empresaria tenía una masa de 6 centímetros en su riñón y por lo tanto tuvo que someterse a más pruebas.
Una resonancia magnética y una biopsia revelaron además que la madre, que dirige un negocio de paseos de perros, tenía un raro tumor maligno del tamaño de una uva y se debía extirpar para salvar su vida.
Después de descubrir el tumor, los médicos querían operar a la futura madre en el segundo trimestre, pero existía el riesgo que se desencadenara un parto prematuro.
«No estaba dispuesta a arriesgar la vida de mi bebé por nacer, así que decidimos esperar hasta que pasara las 30 semanas», dijo Rachel a la Agencia Caters News.
La mujer de 28 años inició el trabajo de parto a las 38 semanas de forma natural y dio la bienvenida a su hija, Phoenix, el 11 de mayo, con un peso de 4 libras y 4 onzas (aprox. 2 kg). «Siempre había querido tener hijos y Phoenix es una gran bendición», expresó Rachel. «No hay duda que Phoenix me salvó la vida, puesto que el tumor canceroso no se habría detectado si no hubiera estado embarazada».
Debido a la pandemia del virus del PCCh, después del nacimiento de Phoenix, la madre se tuvo que aislar por dos semanas y luego regresó a someterse a una cirugía el 28 de mayo.
La cirugía robótica de 25 horas se realizó en colaboración con cirujanos del Hospital Guys and St Thomas y el Hospital London Bridge de la HCA. Pudieron extirpar una parte del riñón y el tumor, que ya había crecido hasta unos 9 centímetros, según Evening Standard.
«La situación de Rachel es rara. He hecho más de 1000 operaciones robóticas de riñón y solo he tenido otro caso similar», dijo Ben Challacombe, cirujano urológico consultor de Guys y St Thomas que operó a Rachel. «Si Rachel no hubiera estado embarazada, puede que su tumor no se hubiera detectado hasta más tarde, cuando el resultado podría haber sido diferente».
Challacombe habló en detalle sobre la cirugía y dijo que era una operación complicada porque el tumor había crecido bastante.
«Fue una de las mayores extirpaciones parciales que he hecho sin extirpar todo el riñón», añadió Challacombe. Rachel, que tenía mucho miedo de tener cáncer mientras estaba embarazada, agradeció a los cirujanos por haberle salvado la vida, ya que no tuvieron que extirpar un órgano.
«Entonces tuve que esperar para ver si necesitaba más tratamiento, como quimioterapia y radioterapia, pero afortunadamente estaba localizado y no se había extendido», dijo a la Agencia Caters News.
Además, Rachel recibió el apoyo en su viaje de Mummy’s Star —una organización benéfica dedicada a las mujeres y sus familias afectadas por el cáncer durante el embarazo.
«Sentí una sensación de alivio cuando pude hablar con mujeres que habían estado exactamente en la misma posición que yo», dijo la madre al respecto. «Es imposible no sentirse sola después de ser diagnosticada con cáncer durante el embarazo, pero Mummy’s Star es una organización benéfica increíble y no puedo agradecerles lo suficiente por el apoyo».
Ahora, Rachel está creando conciencia sobre el cáncer durante el embarazo compartiendo su historia.
En cuanto a Phoenix, que tiene 5 meses, Rachel dice que es «lo mejor que me ha pasado en la vida».
«No puedo esperar a mostrarle mis cicatrices en el estómago un día para que sepa cómo me salvó la vida», concluyó la mamá ahora libre de cáncer.
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