Una madre brasileña y su hija autista decidieron estudiar juntas durante la pandemia para ingresar a la universidad y su esfuerzo fue recompensado al obtener los primeros lugares en sus respectivas carreras.
Elizandra Silva de Moura y su hija Elena Moura, recibieron el pasado 5 de marzo los resultados de su examen de ingreso a la universidad. Elizandra obtuvo el segundo lugar para ingresar a la carrera de Geografía y Elena quedó en cuarto lugar para la carrera de Farmacia.
La madre de 47 años, residente de Campo Grande, Brasil, tuvo su primer hijo a los 22. Él tenía problemas pulmonares, por lo que tuvieron que pasar mucho tiempo en hospitales. Cuando nació Elena, pudo darse cuenta de que estaba saludable. Sin embargo, notó que había un problema de comportamiento, y tras un largo camino con diferentes médicos, finalmente la diagnosticaron con autismo, informó el diario local G1.
Para Elena, de 18 años, entrar a la universidad parecía una opción lejana, pues recuerda haber escuchado que las personas autistas «no ingresaban al mercado laboral», así que generó pensamientos negativos sobre sí misma.
«En la escuela, este era mi estereotipo. Estaba realmente agotada en ese momento, pero todavía había personas que creían en mí, como mi familia y mis profesores», recordó la chica.
Para Elizandra habían pasado 20 años desde que tomó un libro para estudiar, y había dedicado su vida a ser madre y esposa, pero siempre se mantuvo atenta a lo que ocurría en su entorno. En un principio, la idea era apoyar a Elena para que siguiera su sueño de estudiar Farmacia, pero el proceso fue de crecimiento mutuo.
«Mi agradecimiento es para Elena. Ella fue la que me dio más fuerza. Lo que pudo hacer las cosas más fáciles en el camino, lo hizo por mí. Pensé que estaba allí para ayudarla, pero fue ella quien me mostró lo contrario», recordó, de acuerdo al medio local Campo Grande News.
(Cortesía de Elena Moura)
Durante el año pasado, que ya había comenzado la pandemia provocada por el virus del PCCh, madre e hija decidieron estudiar juntas, entendiendo contenidos, realizando ejercicios virtuales y revisando la redacción.
Tanto para Elizandra como para Elena la experiencia ha sido un desafío. Por un lado la madre enfrentó su miedo a «ser mayor» y que su mente no respondiera igual, y la hija superó los pensamientos preconcebidos que la limitaban.
«Especialmente a mí, que soy autista, a veces ciertos contenidos me atrapan. En la escuela, me han llamado nerd, tonta. Eso duele. En los últimos meses, con mi madre, tuve la oportunidad de tener a mi lado a alguien que realmente me comprendía. Y, a cambio, yo también la comprendí. Nuestra relación solo se ha intensificado», dijo Elena.
Elena dedicó a su madre unas emotivas palabras de reconocimiento en su cuenta de Facebook, valorando el camino recorrido: «Quería decir que estoy muy contenta de ver tus progresos: 47 años, ama de casa, máxima nota en geografía y segundo puesto en el curso. No soy una profesora de verdad, pero nada pagó tan bien mi ‘sueldo’ como el día en que viste tu nota y tu colocación».
Por su parte, Silva reconoce en redes sociales las preocupaciones que enfrentó y el apoyo de su hija: «Es tan difícil creer en nosotros mismos, porque fueron muchos años de sueños que no tuve la oportunidad de realizar. Pero nada es eterno. Mi oportunidad llegó y la aproveché. No sabía cómo hacerlo, con poca perspectiva, me inscribí. En este apuro de preocupaciones llegó esta hermosa chica, con toda la paciencia para ayudarme en la redacción».
El pasado 11 de marzo Elizandra y Elena iniciaron su curso escolar, y la joven compartió a The Epoch Times: «Mis clases han comenzado y apenas puedo mantener mi ansiedad, estoy amando cada segundo dentro del curso».
Frente a los acontecimientos, la joven reflexiona: «Las limitaciones solo existen si las dejamos pasar, nunca es tarde para estudiar y correr detrás de lo que quiere. Que mi madre y yo seamos inspiración para otras personas que sueñan en grande».
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