Madre obligada a entregar a su hijo recién nacido 66 años atrás, lo encuentra gracias a prueba de ADN

Por SWNS
03 de noviembre de 2021 2:40 PM Actualizado: 07 de noviembre de 2021 3:43 AM

Una madre que se vio obligada a dar en adopción a su hijo recién nacido lo encontró viviendo en Australia, 66 años después.

Issy Carr, de 86 años, de Bentham, en North Yorkshire, Inglaterra, se separó de su pequeño hijo, George, ahora llamado Keith, en 1955, cuando tenía 20 años.

Durante décadas pensaba a menudo en su hijo perdido, pero en la Navidad de 2018 alguien le sugirió realizar un rastreo de sus antepasados y comenzó su búsqueda. Su muestra de ADN coincidió con una mujer de 43 años llamada Kym en Perth, Australia, que estaba buscando a su padre.

Las pruebas posteriores revelaron una coincidencia del 99,59% y que Kym era la nieta biológica de Issy y que George la tuvo cuando era joven, después de mudarse al extranjero, pero nunca la había conocido. Issy también se enteró que tenía dos bisnietos.

«Resultó que mi hijo había emigrado a Australia con su familia a los 15 años, conoció a alguien pero se separó», dijo Issy.

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La abuela y su nieta, que contaron con la ayuda de la sobrina de Issy, Angela Bowskill, y de su pariente, Janet Staveley, emprendieron un proceso de búsqueda de George en las redes sociales con la información que tenían: su nombre de nacimiento, su fecha de nacimiento y un posible apellido. Después se realizó una laboriosa búsqueda en los registros de la biblioteca que reveló un apellido Garrahy y una dirección.

Se descubrió que George se había criado a tan solo 16 kilómetros de Issy y se había trasladado a Australia con su familia adoptiva a los 15 años.

En mayo, Kym fue con su esposo a la casa de George y le preguntó su fecha de nacimiento. Entonces, le dijo: «¡Soy su hija!».

Unos días después, Issy vio a su hijo por primera vez en 66 años en una emotiva llamada por Zoom. Madre, hijo y nieta han pasado los últimos dos meses conversando y conociéndose.

«Descubrí que teníamos mucho en común y un sentido del humor similar», dijo Issy. «Keith es la viva imagen de mí y su hija es preciosa. Incluso tiene un gato llamado Bonnie, como yo».

Issy, que a sus 86 años sigue dirigiendo un pequeño parque de casas rodantes en North Yorkshire, dio a luz a George en una residencia de ancianos el 13 de junio de 1955.

Al recordar el pasado, Issy dijo que amó a su hijo «desde el primer momento» y le puso el nombre de George, pero una enfermera le dijo que «no debía verlo ni sostenerlo».

«Se lo llevaron rápidamente y nunca más lo volví a ver», dijo Issy. «Mi madre me dijo que pronto me olvidaría de él, pero nunca lo hice e intenté muchas veces averiguar dónde había ido, pero no lo logré. Nunca perdoné a mis padres, fuera cual fuera su razón».

Después de la terrible experiencia de intentar renunciar a él, trabajó muchas horas en la granja de sus padres hasta que conoció a John Makinson Carr, con quien se casó en 1962. Issy y John no tuvieron hijos propios, pero tuvieron un matrimonio feliz antes que él muriera en 1991.

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Después de la segunda pérdida trágica de su vida, los pensamientos de Issy volvieron a dirigirse a su hijo perdido, preguntándose dónde estaría y si estaría bien. Hasta este año, después de una investigación que se extendió por todo el mundo realizada por su sobrina y su primo, logró encontrar a George.

«Además, descubrí cuando fue adoptado que fue criado en Kirkby Lonsdale, delante de mis narices», dijo Issy.

Issy dijo que nunca superará el trauma de verse obligada a entregar a su hijo.

«Sentí que fue muy cruel, pero no había nada que pudiera hacer», dijo Issy. «Esto me convirtió en una persona fuerte y al final encontré un buen hombre en John, pero faltaba una gran parte de mi vida y lo más difícil de soportar era no saber».

Kym dijo que ella y su padre se emocionaron al saber que su familia genética estaba en Inglaterra.

«Él dijo que estaba muy contento de tener una bonita familia ahora y que estaba muy feliz de haber encontrado a su madre», dijo Kym. «Estoy muy feliz de haber encontrado a mi abuela, fue algo tan inesperado. Y la alegría que siento al saber que tengo más familia en Inglaterra. No puedo esperar a conocerlos a todos».

«Estaba muy emocionada y nerviosa cuando conocí a mi padre, pero no tenía de qué preocuparme. Y haber ayudado a mi abuela Issy a encontrar a su hijo me hizo sentir muy bien».

«Mi padre y yo no podemos esperar a viajar a Inglaterra cuando terminen las restricciones del COVID».

Con información del personal de Epoch Times.


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