Una madre australiana que perdió dos noches de sueño quedó eternamente agradecida con dos increíbles electricistas que decidieron ayudar a arreglar la luz nocturna de sandía rota de su hija, y pagaron las piezas.
«La luz nocturna de sandía rota lo arregló todo», dijo Natalee Leach, de 47 años, a The Epoch Times. «Me permitió ser beneficiaria de un increíble acto de bondad, que devolvió la luz a una habitación oscura, revivió nuestro sueño y devolvió la fe en la humanidad en los tiempos más oscuros».
Todo comenzó el 25 de agosto, cuando Natalee, de Melbourne, llegó a una tienda de suministros eléctricos —que estaba abierta principalmente para apoyar a los electricistas y comerciantes para los servicios esenciales durante el cierre— para arreglar una luz nocturna de sandía rota.
«Voy a decir ahora que la luz nocturna de sandía rota era esencial, nuestras vidas dependían de ella», dijo Natalee, gestora de nóminas en el sector de los servicios.
La luz nocturna de sandía, explicó Natalee, pertenecía a su hija menor, Ebony, que nació durante el encierro en abril de 2020.
Ebony, según Natalee, ha tenido una estricta rutina en las noches con la luz nocturna de sandía, que se utiliza como una señal para indicar que llegó la hora de dormir.
Entonces, cuando la luz nocturna de la sandía dejó de funcionar, la pequeña niña de espíritu libre decidió no dormir, lo que significó que tampoco dejó dormir a sus padres, Natalee y Stuart.
«Esto continuó durante dos noches», recuerda Natalee. «Estaba hecha un desastre. A la mañana siguiente, me senté en la mesa de la cocina y lloré. Lloré por una luz nocturna de sandía rota».
Natalee se describió a sí misma en esos días como una persona «desvelada, llorando y con alto contenido de café», y llegó a la tienda y habló con el equipo de atención al cliente sobre la luz nocturna de sandía rota.
«Empezaron a decir algo sobre la reconexión y solo los miré sin comprender nada, entraba y salía de la neblina del café», dijo Natalee.
Sin embargo, afortunadamente para Natalee, cuando el equipo mencionó la palabra «recableado», entraron dos electricistas y decidieron ayudar a la madre de dos niños.
Los electricistas empezaron a dirigir al representante del cliente para conseguir los transformadores y los cables. «Hicieron magia con la luz nocturna de sandía y lograron que volviera a funcionar», recuerda Natalee.
Sin embargo, no terminó ahí. Después de arreglar la luz nocturna, uno de ellos se dirigió al mostrador y pidió al representante que ingresara la factura en su cuenta «devolviendo el favor a alguien», incluso antes de que Natalee pudiera tomar el dinero de su bolso.
«¡Qué increíble acto de bondad!», dijo Natalee. «Me sentí eternamente agradecida, a lo que normalmente daría lugar a un abrazo de gratitud, aunque mantuvimos la distancia de Covid-19 y simplemente me limité a decir repetidamente gracias, creo que unas 20 veces».
Agradecida por todo, Natalee compartió su experiencia en Facebook, que conmovió a los internautas, generado casi 6000 reacciones.
Reflexionando sobre la situación, Natalee dijo que no lloraba por la luz nocturna de sandía rota, sino por la falta de sueño. Dice que no era racional, debido a todo el miedo que la situación del Covid-19 ha generado.
Natalee, un poco afectada por los cierres, que han durado más de 18 meses en su ciudad, se siente fatigada. Además, criar a un bebé encerrado durante este tiempo, dice, también ha sido un reto, ya que Ebony es «apegada» y «busca atención», ya que quiere salir a la calle pero no puede debido a las estrictas restricciones del cierre.
Sin embargo, la experiencia en la tienda de suministros eléctricos le dio a Natalee la oportunidad de pensar en devolver el favor a alguien más.
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