Una mujer de Ohio y un hombre radicado en Virginia se reunieron 33 años después de darlo en adopción al nacer, gracias a la prueba de ADN que ambos se hicieron.
Greg Vossler, de 33 años, viajó 300 millas desde Winchester hasta Wadsworth a visitar a su madre biológica, Melanie Pressley, en junio de 2021.
Melanie, de 53 años, no había visto a su hijo desde el día en que nació. Sin embargo, nunca lo apartó de sus pensamientos durante todos estos años.
Nacida y criada en Canton, Ohio, Melanie quedó embarazada a los 19 años en 1987. Se hizo una prueba de embarazo en el trabajo para ocultárselo a sus padres. Aterrada por el resultado, se reunió y le informó a su novio que quería abortar.
Cuando Melanie sintió que no era capaz de hacerlo, el padre del bebé se marchó. Luego, le contó la noticia a sus padres con el apoyo de su hermana, LeeAnn.
«Mi madre estaba bastante enfadada y mi padre se quedó callado», dijo Melanie a The Epoch Times, recordando la situación de entonces. «No tardé mucho en decidir que iba a dar a mi bebé en adopción (…) Sabía que no podía mantener económicamente a un niño, y quería que tuviera una mamá y un papá. Quería que tuviera una familia».
Después de un intenso y agotador parto con su madre al lado, Melanie dio a luz en el Hospital Timken Mercy de Cantón el 17 de junio de 1988. Las enfermeras se llevaron al bebé inmediatamente, pero al día siguiente, LeeAnn se opuso.
«Ella fue a explicarle a una enfermera que yo no había podido tomar a mi hijo en brazos y que me gustaría tener esa oportunidad por una sola vez», dijo Melanie, describiendo a la enfermera como «un verdadero regalo de Dios» por aceptar la petición. A continuación, Melanie fue trasladada a una habitación privada con su bebé y dispuso de todo el tiempo que fuera necesario.
«Necesitaba mi tiempo para abrazarlo y despedirme de él», reflexionó.
LeeAnn tomó una foto de ese precioso momento, que Melanie ha vuelto a ver cada año desde entonces en el cumpleaños de Greg. Luego, Melanie firmó los papeles de la adopción, pero se sintió vacía.
«Durante 33 años, estuve de luto», dijo. «Sabía que ya no era la misma persona; tenía un agujero en el corazón y nunca se podría reparar».
El bebé fue adoptado por Rich y Patrice Vossler, quienes lo llamaron Gregory, y en una conmovedora carta dirigida a Melanie se comprometieron a ser los mejores padres.
Después del nacimiento, Melanie obtuvo un nuevo trabajo y se reencontró con un amigo del colegio, con el que se casó y tuvo un hijo, Brian, que ahora tiene 30 años.
Sin embargo, el matrimonio se disolvió. Melanie obtuvo un nuevo trabajo en el sector financiero y conoció a Tim, su actual esposo desde hace 25 años, con el que tiene dos hijas: Rachel, de 24 años, y Jessica, de 22.
Con el paso de los años, los hijos de Melanie comprendieron la profundidad de su dolor. Como regalo de cumpleaños y Día de la Madre en mayo de este año, una de las hijas de Melanie le compró un regalo: un kit de pruebas de ADN de 23andMe con la esperanza de encontrar a su hijo.
«Para ser honesta», confesó Melanie, «en el fondo de mi mente, yo también esperaba encontrar a mi hijo, pero también era consciente de cuáles eran las probabilidades de que ambos nos hiciéramos la misma prueba de ADN».
Por su parte, Greg estaba formando una familia y trabajando en contabilidad en Green Bay Packaging Inc. cuando decidió hacerse una prueba de ADN para conocer su historial genético. Desde los 8 ó 9 años sabía que era adoptado, pero nunca había explorado sus raíces en profundidad.
«Al convertirme en padre, me di cuenta que tenía que investigarlo», dijo. «Curiosamente, la prueba de ADN de 23andMe fue un regalo de mi madre».
«Tengo mucha, mucha suerte de tener unos padres que me apoyan y una familia que me apoya a cada lado impulsándome a explorar esto».
Melanie abrió sola los resultados de su prueba y quedó asombrada al ver una línea dibujada desde su nombre hasta otro: Greg Vossler. Contactó a Greg preguntándole su edad y haciéndole saber que creía que era su madre biológica.
Luego, planteó una trascendental pregunta con la cual Greg que se dio cuenta que se había preocupado profundamente por él desde el día en que nació: «¿Eres feliz?». Los dos empezaron a hablar desde entonces.
«Para ser sincero, no podía creer que fuera real», dijo Greg. «Incluso al día de hoy, me pellizco porque creo que estoy soñando».
Melanie conoció a Greg, a su esposa, Chelsea, y a sus dos hijos pequeños, Gregory y CJ, por primera vez el 26 de junio. Hablaron «durante lo que parecieron 15 minutos», según Greg. Pero en realidad, fueron cuatro horas.
«Fue hermoso», dijo Melanie.
Greg conoció a su extensa familia en un amoroso alegre encuentro. Después de que madre e hijo se conocieron, LeeAnn dijo: «Recuperé a mi hermana. Durante 33 años no fuiste Melanie, pero ahora has vuelto».
La hija de Melanie, Jessica, y su prometido, Max, invitaron a Greg y Chelsea a su boda en octubre, y la pareja aceptó. Cuando Melanie supo esto, dijo: «mi corazón creció 10 veces más».
Desde entonces, Melanie visita a los padres adoptivos de Greg en Virginia. Ella y Greg están decididos a mantenerse en contacto y hablan casi todos los días.
«Tenía tanto miedo de encontrarlo y de lo que pensaría de mí, que me impedía intentarlo», dijo Melanie. «No sabía que tenía un hijo que había sido criado extremadamente bien, con mucho amor para dar».
«También aconsejaría a cualquier madre joven que decida dar a su hijo en adopción: después de entregarlo, escriban una carta», aconsejó Melanie. «Escríbanla con toda honestidad y con todos sus sentimientos, y luego guárdenla (…) si llega el día y se reencuentran con su hijo, entréguenle la carta».
Esta carta puede darle al niño una visión de la experiencia de sus padres biológicos.
Greg espera que al compartir su increíble historia y la de Melanie ayude a muchas personas de todos los ámbitos a erradicar el estigma de la adopción.
«Mi objetivo en la vida es causar siempre un impacto, por grande o pequeño que sea, en la vida de alguien cada día», dijo. «¡Espero que esto haga precisamente eso!».
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