Una madre soltera de siete hijos tuvo un «momento con Dios» cuando una vecina le hizo un pedido masivo de pastelería de catering. El pedido representaba su oportunidad de salir de la pobreza, pero la madre en dificultades solo contaba con 5 dólares.
Utilizó los 5 dólares para comprar material de repostería. 12 meses después, Mignon Francois tenía un negocio, The Cupcake Collection. Hoy, la empresa factura millones al año.
«Abrí mi negocio con una batidora KitchenAid y un refrigerador tipo dormitorio», dijo Francois a Southern Living. «No tenía ni crédito ni dinero (…) La misma casa en la que se encuentra mi pastelería de Nashville estaba en venta por ejecución hipotecaria el día que abrí mis puertas para el negocio».
Francois se casó joven después de ser madre adolescente, y estaba al borde de la indigencia en el momento en que se divorció. Ella se describe a sí misma como «todo lo que se supone que no se debe ser para tener éxito».
En 2005, se trasladó a Nashville, Tennessee, con su entonces esposo e hijos. Pero el nuevo trabajo de su esposo fracasó y se puso a trabajar como capataz. Los ingresos eran limitados, y la familia tenía muchas dificultades económicas.
Pasaba los días a oscuras para que sus hijos —desde los más pequeños hasta los adolescentes— tuvieran electricidad cuando regresaban del colegio. Sin servicios públicos, compraba agua para que sus hijos pudieran bañarse, y compraba alimentos a granel, a menudo comían los mismos productos básicos durante una semana, reportó Insider.
Una tarde de 2007, una vecina llamó a su puerta para pedirle algo. Francois —que aprendió a cocinar de su abuela— había decidido hornear después de escuchar en la radio que las ventas de pasteles podían ayudar a aliviar las deudas. La vecina quería 600 pastelitos a un dólar cada uno.
Como no tenía presupuesto para comprar los ingredientes de 600 pastelitos, Francois se comprometió a hacer la primera tanda de 60, invirtiendo sus últimos 5 dólares, el presupuesto familiar para la cena, en los ingredientes.
«Cuando cerré la puerta, tuve un verdadero momento de encuentro con Dios y me dije: ‘¿En serio? ¿Me ofreces esta oportunidad cuando no tengo dinero? Tengo literalmente 5 dólares para alimentarnos'», dijo Francois.
«Ese día convertí esos 5 dólares en 60 dólares, y esos 60 dólares en 600 dólares al final de la semana», dijo Francois a Nashville Lifestyles. «He convertido esos mismos 5 dólares en más de 5 millones de pastelitos vendidos».
Desde que fundó The Cupcake Collection a finales de 2008, la repostería de Francois se ha ampliado desde los pastelitos artesanales hasta las tortas de cumpleaños y de boda, y ahora la empresa registra casi un millón de dólares en ventas cada año. La batata, dijo, es el sabor más popular de la pastelería.
Pero la trayectoria de esta madre trabajadora, que pasó de la repostería casera a un imperio de pasteles, se debe a algunas estrategias presupuestarias.
Francois explica que en su comunidad se ha acostumbrado a rechazar los bancos. «Si hubiera tenido mi dinero en una cuenta bancaria en esa época, si hubiera metido la pata aunque fuera un dólar, me habría causado un sobregiro bancario», reflexionó; «eso es simplemente un círculo vicioso que se convierte en una bola de nieve de forma negativa».
Siguiendo los consejos del experto en finanzas personales Dave Ramsey, Francois adoptó un sistema de sobres, asignando dinero para sus «cuatro paredes» (vivienda, servicios públicos, transporte y comida) y luego para otros gastos, el «dinero de la diversión» y los ahorros. Los beneficios de las ventas pagaron los artículos de su creciente lista de deseos para la cocina.
Reducir los gastos y ahorrar dinero se convirtió en un juego para François y sus hijos, y en poco tiempo pudo abordar sus préstamos estudiantiles y su deuda médica.
Utilizó el «método de la bola de nieve» —hacer solo los pagos mínimos, empezando por las deudas más pequeñas— para avanzar. Las cartas enviadas a los cobradores le permitieron resolver hasta el 80 por ciento de sus facturas médicas.
La renovada alegría de François se refleja en su gran pelo y en los vivos colores de su vestuario. «Intento ser una existencia brillante en el mundo», dijo a Southern Living. «Hay una luz en el interior que brilla para que los demás la vean».
Su viaje para salir de la pobreza también la inspiró a convertirse en asesora. Esta próspera empresaria, que ahora tiene una segunda panadería en Nueva Orleans, ayuda a otras personas a alcanzar sus objetivos financieros como integrante de la junta directiva y mentora de la Nashville Convention and Visitors Corporation, el Entrepreneur Center, el Pathways Women’s Business Center y la Escuela de Negocios de la Universidad de Lipscomb.
The Cupcake Collection financia una beca en la Universidad Estatal de Tennessee, y también colabora con varios grupos comunitarios que ayudan a combatir la inseguridad nutricional.
El negocio de Francois es tanto un legado de repostería como un testimonio del poder del trabajo duro. Su misión actual, afirma, es «ser un faro en la comunidad para servir de ejemplo de cómo son los buenos negocios».
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