Una madre primeriza, cuya vida pendía de un hilo después de que un problema cardíaco crítico la obligara a dar a luz antes de tiempo, vio cómo mejoraban sus signos vitales cuando le pusieron a su recién nacida en brazos. Tanto ella como su bebé lucharon por su vida, superando juntos su tribulación.
Veronica Williams, de Covington, Kentucky, se enteró de que ella y su marido, Sean, esperaban un bebé para agosto de 2021. Veronica no tuvo ningún signo de enfermedad cardíaca durante su embarazo, y la falta de aire y la hinchazón que experimentó «parecían síntomas normales del embarazo».
Sin embargo, el 8 de marzo, el Apple Watch de Verónica detectó una elevada frecuencia cardíaca en reposo. Al día siguiente, tuvo la misma alerta varias veces y su falta de aire empeoró. Por ello, acudió al hospital a las 5 de la tarde de ese día.
«Mi marido y yo pensamos que sería un viaje rápido», dijo Veronica, de 27 años, a The Epoch Times. «Tras escribir a mi médico a través de MyChart, me dijeron que fuera a urgencias. Por supuesto, hice caso, por estar embarazada y querer asegurarme de que mi hija estaba bien».
Con Sean, de 26 años, a su lado, Verónica fue ingresada en el hospital St. Elizabeth Healthcare de Kentucky para ser monitorizada.
«Durante todo este tiempo me sentí bien, e incluso estaba sentada con mi marido sonriendo y riendo en un programa de televisión que estábamos viendo», recuerda. «Lo último que recuerdo es que los médicos vinieron a pedir permiso para hacer una cesárea de urgencia».
Brooklynn Jean Williams nació por cesárea en el laboratorio de cateterismo del hospital el 9 de marzo, con un peso de 4 libras y 2 onzas (aproximadamente 1.87 kg). Con ocho semanas de antelación, Brooklynn fue trasladada a una incubadora de control en la UCIN para utilizar una máquina de oxígeno CPAP y una sonda de alimentación.
Mientras tanto, a Verónica le diagnosticaron miocarditis linfocítica, una enfermedad inflamatoria del corazón. Como su estado era crítico, los médicos tomaron una decisión.
«Los médicos se vieron impulsados a poner a mi hija en mis brazos debido a la incógnita —si saldría viva— y quisieron dar la oportunidad de que madre e hija se conocieran», dijo Verónica.
Según el equipo de atención de Verónica, cuando la bebé Brooklynn fue colocada en los brazos de su madre, los signos vitales de Verónica mejoraron.
La enfermera de recuperación de cirugía cardíaca Lindsay Calderon dijo a WCPO: «Esta es una de esas veces que el St. Elizabeth se levantó y aprovechó la oportunidad de hacer lo mejor para la madre y el bebé, y eso significó salir de nuestra zona de confort. Eso significó hacer cosas que nunca habíamos hecho».
Al ser testigo de la mejora del estado de Verónica, Calderón dijo que fue una «sensación increíble», simplemente ver.
Mientras Verónica yacía inconsciente, la presencia de su bebé atenuaba sus síntomas. «Fue algo que ninguno de ellos había visto nunca; no había ni un ojo seco en la habitación», dijo a The Epoch Times.
Cuando Verónica despertó, la habían trasladado al Centro Médico de la Universidad de Cincinnati con su marido y su padre a su lado. Estaba intubada y no podía hablar.
«Mi marido me dijo que nuestra hija había nacido y que estaba muy bien. Me enseñaba fotos de ella, así como carteles que el equipo de la UCIN había hecho para mí con fotos y pequeños mensajes de ella», recuerda Verónica. «Me sentí muy aliviada de que lo hubiera conseguido y de que fuera tan luchadora».
Tres meses después, tanto Veronica como Brooklynn están bien. Brooklynn ha duplicado su peso al nacer y no muestra signos de trauma tras su traumática entrada en el mundo. Verónica, que ha sido sometida a múltiples operaciones de corazón, avanza cada día.
«Pero todavía estamos esperando a ver si puedo recuperarme completamente y si necesitaré que me coloquen un desfibrilador», dijo. «Los médicos esperan que pueda recuperarme completamente en seis meses o un año, pero por ahora vamos paso a paso».
De baja en su trabajo a tiempo completo como coordinadora de captación de talentos en St. Elizabeth Healthcare, Verónica se está tomando la maternidad y la recuperación paso a paso.
El padre de Sean ha iniciado una recaudación de fondos en GoFundMe para ayudar a la joven familia a hacer frente a las facturas médicas y a los salarios perdidos. Verónica, que se siente «más que bendecida», compartió en Facebook: «Todo el amor y el apoyo que mi familia y yo hemos recibido durante este tiempo es increíble… el poder de la oración es realmente increíble, y me ha dado una segunda oportunidad en la vida que no será desperdiciada».
Veronica y Sean se conocen de toda la vida, ya que sus abuelos eran vecinos en su ciudad natal, Florence, Kentucky. Sin embargo, no empezaron a salir hasta su último año de instituto, en 2013, y se casaron en otoño de 2019.
Además del milagro del nacimiento de su niña y del impacto de su propia recuperación, Verónica espera que su experiencia anime a otras mujeres a tomarse en serio todos los síntomas.
«Me gustaría compartir con las lectoras que escuchen a sus médicos», dijo, «y que no ignoren nada que sea anormal para ustedes, especialmente cuando están embarazadas».
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