Contra todo pronostico, la fuerza del amor de una madre por su hijo es tan poderosa que hace que lo imposible sea posible y sucede lo que llamamos milagro. Esta conmovedora historia de una hermosa joven ilusionada con la llegada de su primer hijo, es la prueba de la manifestación más pura de fe y valentía.
Sharista Giles de Sweetwater, Tennessee, tenía 20 años cuando cursaba su cuatro meses de embarazo. Todo era perfecto hasta que tuvo un accidente automovilístico en diciembre 2014. La joven sufrió graves lesiones y un daño cerebral que la dejó en estado de coma, pero su bebé seguía con vida
El 27 de enero de 2015, Sharista, aún en estado de coma, dio a luz a su bebé prematuro que fue llevado de inmediato a la unidad de cuidados intensivos neonatales del Centro Médico de la Universidad de Tennessee.
El bebé, al que llamaron Leighton, pesaba menos de 900 gramos cuando nació, así que también empezó su batalla por sobrevivir, al igual que su mamá que tenía un pronostico reservado.
Incluso cuando los médicos le dijeron a Anna Moser que su hija embarazada nunca despertaría del coma, ella sabía que no era verdad. Siempre tuvo fe de la valentía de Sharista.
En una publicación del 7 de abril que su mamá compartió en una cuenta de Facebook creada para Sharista, escribió: «Echamos de menos esa hermosa sonrisa…….. tienes miles de personas rezando por ti todos los días. Dios tiene tu mano, nena….. agárrate fuerte y no la dejes ir…..».
Los médicos le dieron a Sharista pocas posibilidades de sobrevivir, pero el 8 de abril, cuatro meses y dos días después del accidente, abrió los ojos en el centro de rehabilitación donde estaba siendo tratada, según publicó ABC News.
Sharista despertó para conocer a su bebé y vivió otros tres años.
Aunque el pequeño luchador había superado los momentos más críticos, Sharista tenía un cuadro complicado, pero su familia confiaba en que su gran fortaleza les permitiría salir adelante.
El día que le mostraron la foto de su bebé, sus tía contó que ella lo siguió con la mirada, giró su cuello y toda su cabeza para intentar ver su foto.
Durante el calvario, las redes sociales se inundaron de comentarios de apoyo para Sharista y su familia:
“Que grande la fuerza de una madre, traspasa el universo”, comentó un usuario.
“Sé que ella tiene un testimonio maravilloso. Espero que lo publique. Dios bendiga a su «bebé L» y a su familia. Yo estuve en un trágico accidente. Vi la luz más veces de las que se pueden contar. El Señor me dijo que no era mi momento, pero que tenía que volver. Ellos me necesitan”, comentó.
Lastimosamente, el 21 de mayo de 2018, Sharista falleció por complicaciones de salud. Ella nunca se recuperó por completo, pero ganó un valioso tiempo para estar con su hijo en sus primeros años de vida, algo que de seguro Leighton atesorará en su corazón por siempre.
La fe hace milagro, el amor de Sharista fue inmensurable, después de luchar por 3 años, tal vez su presencia era necesaria para su hijo y su familia por un poco más de tiempo. De seguro Leighton crecerá sabiendo cuánto lo amaba su madre.
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