Durante los veranos, las temperaturas son muy altas en todo el país. Aunque todos sabemos que dejar los perros en los coches calientes puede ser mortal, con temperaturas que se acercan a niveles similares a los del horno en solo unos minutos, la gente no suele pensar en lo calurosos que pueden llegar a ser los espacios interiores durante una ola de calor.
Para una niña de 3 años de edad, a mediados de julio del 2017, el simple hecho de tomar una siesta casi se convierte en algo mortal. Su preocupada madre se conectó a Internet para advertir a otros padres sobre el escenario letal.
Era mediados del verano del 2017. Para los residentes de Edmonton, Alberta, ese julio les trajo altas temperaturas que muchos nunca habían sentido. El promedio más alto en la ciudad canadiense en esa época del año es de apenas 23 grados Celsius. Así que cuando una fuerte ola de calor llegó y llevó el mercurio a más de 32 grados Celsius, la madre Jennifer Abma llevó a sus hijos adentro lejos del sol.
Pensó que estaba haciendo lo correcto. Sus hijos, Anastasia de 3 años, y Ariel de 1 año, salieron del calor y jugaron un rato antes de acomodarse para sus siestas de la tarde. Aunque todos se sentían calientes ese día, Jennifer no tenía ni idea del calor que haría en las habitaciones de sus hijas sin ventiladores ni aire acondicionado para enfriar las cosas.
Cuando Jennifer entró en la habitación de Anastasia, que tenía las ventanas y las puertas cerradas como siempre, la temperatura era de 50 grados Celsius, como lo informa TODAY, más caliente que el promedio más alto en el Valle de la Muerte durante el mes de julio. «No tenía ni idea de lo caliente que era su habitación hasta que fui a despertarla empapada de sudor, cara roja [y] fiebre», escribió en Love What Matters, advirtiendo a otros padres.
Entonces vio a Anastasia y supo que algo estaba muy mal. Como dijo Jennifer TODAY: «Fue horrible». En lugar de ver a su hija durmiendo tranquilamente, Jennifer encontró que su hija no respondía a su tacto. La pequeña Anastasia estaba en medio de un caso mortal de insolación.
Su madre intentó repetidamente que volviera de su coma por calor, pero no pudo. Como escribió en Facebook, «No hay nada más aterrador que no poder despertar a tu bebé».
Después de varios intentos de despertarla, Jennifer llamó a los paramédicos, que pudieron revivir a Anastasia con azúcar. Mientras que un nivel normal de glucosa en una persona es de 4 gramos, Anastasia apenas alcanzó 1.2, como dijo Jennifer.
Encontraron que la temperatura corporal de la niña era de 40 grados Celsius. «Tuvo mucha, mucha suerte. Probablemente estaba a minutos de sufrir daños permanentes», dijo Jennifer a TODAY.
Mientras Anastasia se recuperaba por completo, Jennifer estaba absolutamente aterrorizada por la rapidez con la que se había producido el golpe de calor sin previo aviso.
«No es algo que uno pensaría que sucedería en el dormitorio de tu hijo», explicó a TODAY. Afortunadamente, Anastasia fue revivida y enfriada antes de que algo peor pudiera pasar, pero Jennifer quería que otros padres entendieran lo fácil que era perder a sus hijos.
«Esperemos que otros padres puedan tomar algo de esto y asegurarse de que estás revisando las habitaciones de tu casa porque pueden ser tan peligrosas como un auto caliente», escribió para Love What Matters.
Así que en verano, no son solo tus perros los que están en peligro por el calor excesivo, sino son las personas las que más significan.
¡Manténgalos a salvo!
¡La reacción de esta chica cuando «tiene pelo» de nuevo no tiene precio!
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