Advertencia: Este artículo incluye imágenes gráficas que pueden resultar perturbadoras para algunos lectores.
Este niño nació con una grave afección llamada nevo congénito gigante, que provocó que más del 80 por ciento de su cuerpo esté cubierto de marcas de nacimiento. Pero no era la apariencia de la piel del niño lo que en realidad preocupaba a los médicos, sino la amenaza que la enfermedad representaba para su vida.
Hace siete años Dylan llegó al mundo con una grave afección, cuya apariencia conmocionó a su madre cuando lo vio por primera vez, ya que alrededor del 80 por ciento de su cuerpo estaba cubierto de marcas de nacimiento. Lo más impresionante fue un lunar rojo sangre gigante cubriéndole la espalda.
Los médicos les informaron que Dylan tendría que someterse a varios procedimientos quirúrgicos a una temprana para extirpar los lunares, ya que representaban un grave riesgo de convertirse en cáncer de piel.
Además, como su espalda iba a necesitar injertos de piel para cubrir la herida que quedó luego de extirpar el lunar gigante, le colocaron implantes (similares a los implantes mamarios) para que la piel se desarrolle.
El pequeño Dylan tuvo que retener los implantes durante tres meses y posteriormente someterse a más de 18 cirugías, según su posteo en Facebook, y así poder extirpar la mitad de los lunares de la parte superior de su espalda, cuello y hombros.
«Nos aferramos a la esperanza que los lunares nunca se activen ni se vuelven malignos, pero él podría desarrollar cáncer en cualquier momento», dijo su madre, Kara, según reportó Telegraph. «Se somete a cirugía cada tres a seis meses, dependiendo de la zona del cuerpo».
Kara comenta que la gente suele ser bastante comprensiva y curiosa, aunque también hay algunos comentarios egoístas e hirientes. «Una vez en un supermercado, el gerente de una tienda nos pidió que nos fuéramos porque uno de sus clientes estaba molesto por haber visto a nuestro hijo, lo que fue muy incómodo», agregó.
«No tengo miedo de sacarlo y no quiero que se preocupe o piense que hay algo que lo debería avergonzar».
Dylan es un guerrero y siempre está dispuesto a sonreír.
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