Un bebé milagroso que nació sin parte de su cerebro sobrevivió contra todo pronóstico para celebrar su primer cumpleaños.
Danielle Frater, de 28 años, dijo que le ofrecieron un aborto a las 20 semanas porque su hijo no nacido, Koen Curtis, no tenía cerebelo —la parte del cerebro que desempeña un factor crucial en el control motor, incluidos el movimiento y el equilibrio. También tenía hidrocefalia grave —una acumulación de líquido en el cerebro. La Sra. Frater dice que le dijeron que si seguía adelante con el parto, su bebé no viviría mucho.
Devastada, la Sra. Frater planeó el funeral de su hijo por nacer mientras estaba embarazada, pero decidió no abortar y optó por dejar que la naturaleza siguiera su curso. Cada vez que iba al hospital para hacerse una exploración, dice que los médicos le preguntaban si quería abortar, pero ella contestaba desafiante que no.
«No estoy de acuerdo con los abortos», dijo la señora Frater, de Stockton-on-Tees, condado de Durham, Inglaterra. «Si hubiera abortado… habría sido como asesinarlo».
Baby Koen nació a las 36 semanas. Necesitaba cirugía para colocarle una derivación en el cerebro y sobrevivió milagrosamente.
La Sra. Frater, que es una orgullosa ama de casa con cinco hijos, dice que su hijo de 1 año ya está en casa y puede sonreír y jugar —habilidades que los médicos pensaban que nunca aprendería.
«Lo está haciendo brillantemente, su coordinación de manos es brillante», dijo. «No pensaron que él sería capaz de hacer nada de esto. Nos dijeron que quedaría gravemente discapacitado».
«El neurólogo dijo que su progreso es asombroso. Sus reflejos no son un problema. No sabemos si caminará. Creo que lo hará con el tiempo. Desde el punto de vista del desarrollo, se encuentra en la etapa de un niño de 6 meses».
«Él todavía está aquí. Es un pequeño luchador. Todo el mundo dice: «Es un milagro». Me gustaría concienciar a otros padres que podrían estar enfrentando la misma situación para que no se den por vencidos con sus bebés, ya que mi hijo es la prueba».
La Sra. Frater se dio cuenta por primera vez de que las cosas no iban a ser fáciles cuando tenía 20 semanas de embarazo, en noviembre de 2022.
«No había esperanza para él», dijo. Me explicaron que si lograba superar el parto, tendría una vida corta y quedará gravemente discapacitado. Me derrumbé. Me senté en el autobús de vuelta a casa llorando.
«Iba a planificar su funeral mientras estaba embarazada. Quería tenerlo todo listo. No habría estado en el estado de ánimo adecuado para planearlo».
El 9 de marzo de 2023, dio a luz a Koen, un bebé de 7 libras, mediante cesárea. Para sorpresa de los médicos, Koen salió respirando, pero pronto fue «decayendo».
Los médicos le dijeron a la Sra. Frater que Koen necesitaba una cirugía de alto riesgo para colocarle una derivación ventriculoperitoneal. Drenaría el exceso de líquido de su cabeza hacia su estómago, donde podría ser absorbido. Le dijeron que se preparara para lo peor, llamar a su familia al hospital para darle el último adiós.
Dijo: «Simplemente me derrumbé. No podía pensar en absoluto. Pensé que íbamos a perderlo. No pensé que hubiera ninguna esperanza en absoluto. No pensé que sobreviviría la noche. Nos arriesgamos y lo operamos. Nos dijeron que no sobreviviría. Los bebés que tienen lo que él tiene no suelen sobrevivir».
Pero de alguna manera Koen lo hizo, y después de otra operación en el estómago, fue dado de alta a casa después de un total de siete semanas bajo cuidado.
El socio de la Sra. Frater, Delroy Palmer-Walker, un chef de 34 años, se tomó un tiempo libre para ayudar con Koen, quien necesitaba atención «las 24 horas». Según la Sra. Frater, el neurólogo que supervisa la recuperación de Koen dice que es un «bebé milagroso».
Dos meses después de ser dado de alta, Koen empezó a sonreír.
La Sra. Frater dijo que espera que surjan más discapacidades a medida que Koen crezca: «No saben cuánto tiempo vivirá. Estamos tomando cada día como viene».
Con información de The Epoch Times.
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