Una mamá quedó en shock al ver a su bebé nacer con los órganos fuera de su cuerpo como resultado de una rara condición.
A Ashlie Fowler, de 29 años, le dijeron a las 12 semanas de embarazo que su hijo —su primer hijo— iba a nacer con gastrosquisis, una rara enfermedad que afecta a 4 de cada 10,000 bebés.
Este defecto congénito afecta la pared abdominal. Durante el crecimiento en el útero, el bebé no logra fusionar correctamente la pared frontal de su cuerpo y, al no estar bien cerrada la zona, los órganos pueden empezar a salirse del cuerpo, a la derecha del ombligo, a medida que se desarrollan.
Esto puede suponer incluso que el estómago y el hígado se salgan del cuerpo en casos extremos.
«Estaba angustiada, obviamente no sabía qué era, el escáner solo indicaba que el intestino estaba en el exterior y mi corazón se desplomó», dijo Ashlie, quien se percató del estado de su hijo en gestación desde muy temprano. «No tenía ni idea qué significaba eso».
Ashlie, técnico de vehículos, admitió que no tiene ninguna formación médica, así que no tenía idea si era peor de lo que parecía.
«Cuando empecé a ver a los especialistas, estaban seguros que él se pondría bien», dijo Ashlie.
La pareja tuvo que acudir a un hospital especializado para dar a luz al bebé, ya que no podía nacer en un hospital normal, según Ashlie.
«Querían que fuera un parto natural, pero había una fisura, así que al final me hicieron una cesárea», dijo Ashlie.
Aunque Ashlie estaba preparada para lo que venía, quedó atónita cuando nació su bebé, Koa.
El equipo médico de Koa estaba estudiando la posibilidad de operarlo apenas cuatro horas después de su nacimiento y se lo llevaron inmediatamente después de nacer para ponerlo en una incubadora.
«Después de nacer, metieron todos sus órganos en una bolsa porque no querían que se secara, ni que perdiera calor, ni que se infectara», dijo Ashlie. «No creo que sufriera ningún dolor porque, cuando lo vi por primera vez, estaba todo envuelto y feliz en la incubadora».
Ashlie no pudo sostenerlo de inmediato porque Koa aún no estaba lo suficientemente estable y ella también se estaba recuperando después de la operación. Sin embargo, recuerda que Koa se veía feliz con su gorrito.
Inicialmente alimentaron a Koa a través de un catéter hacia su corazón durante una semana después de nacer, para evitar el uso de sus órganos.
«Estuvo con morfina durante tres o cuatro días, pero después solo tomó paracetamol», dijo Ashlie. «Solo estuvo en el hospital unas tres o cuatro semanas, lo que dijeron que era increíble, ya que se esperaba que estuviera unas seis».
«Si algún otro órgano se hubiera salido de su cuerpo, habría empezado a aumentar el riesgo, su estómago pudo haberse salido, por ejemplo y una sección de su vejiga ya se había salido».
Aunque Ashlie recibió el alta del hospital rápidamente, Koa tuvo que quedarse para poder adquirir fuerzas después de la operación. Ashlie se levantaba todos los días a las cinco menos cuarto para conducir el trayecto de casi una hora hasta el hospital y pasaba los días con su hijo a su lado mientras se recuperaba, o a menudo sola. Cuando Koa estaba en la UCI, fue difícil porque el padre de Koa, Carl, de 29 años, tenía que trabajar para mantener a su familia.
Hubo momentos difíciles, en los que la familia no podía visitarla debido a las restricciones de Covid, pero Ashlie estaba agradecida por el increíble trabajo del personal del NHS.
«El NHS se portó increíble. El hospital St Mary’s fue increíble», dijo Ashlie. «Si no fuera por ellos, en este momento él no estaría vivo. También vienen a verlo de vez en cuando para asegurarse que está aumentando de peso».
Koa ahora tiene más de 5 semanas y vive felizmente en su casa, cerca de Bury, en el Gran Manchester, Inglaterra, con mamá y papá.
«Ya está en casa y está bien, llegó a casa mucho antes de lo que esperaba», dijo Ashlie. «Se llama Koa, que significa luchador o guerrero en hawaiano».
«Mi pareja y yo hacemos surf, así que es un nombre que habíamos oído antes y le pusimos ese nombre antes de saber qué le sucedía, así que cuando lo supimos, nos pareció muy apropiado».
Actualmente, lo que más preocupa es su peso, dijo Ashlie, ya que debido a que tenía los intestinos fuera de su cuerpo, no le permitieron comer nada durante la primera semana.
Con información del personal de Epoch Times.
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