Mamá se angustia por crisis de su hijo autista en avión, pero pasajeros y tripulación salvan el día

En agosto de 2019, Lori Gabriel y su hijo Braysen, de 4 años, volaron en un avión de United Airlines desde San Diego hasta Houston por tres horas y media durante sus vacaciones familiares. Sin embargo, justo antes del despegue, Braysen, que es autista, se sintió abrumado.

Justo antes que el avión 2210 de United despegara, Braysen, a quien generalmente le encanta volar, salió de su asiento y quiso sentarse en el piso.

«Era hora de despegar y Braysen se había quitado el cinturón de seguridad y quería sentarse en el piso», dijo su madre Lori, de Magnolia, Texas, a Fox News. «Entonces, estábamos tratando de llevarlo de vuelta a su silla y volver a ponerse el cinturón de seguridad, y fue entonces cuando tuvo su colapso y comenzó a patear, gritar y golpear».

«Estaba esperando que la gente comenzara a quejarse», dijo Lori más tarde a Today Parents. «Estoy acostumbrada a recibir muchas miradas y comentarios desagradables».

Mientras intentaba devolver a Braysen a su asiento, una azafata se acercó y le informó que el vuelo no podría despegar hasta que su hijo estuviera sentado. Preocupada de que fueran expulsados del avión, Lori se disculpó y explicó que sufría de autismo.

En lugar de lanzar miradas críticas, varios compañeros de viaje y la tripulación de United Airlines adoptaron un enfoque comprensivo.

Al escuchar la explicación de Lori, la azafata se fue y regresó con otros dos miembros de la tripulación, que se ofrecieron a ayudar. «Me permitieron sostener a Braysen en mi regazo», compartió Lori.

Lori luchó para sostener a su hijo, quien se negó a sentarse en su silla. Incapaz de ser sujetado, el niño terminó sentado en el suelo después de que se apagó el letrero del cinturón de seguridad.

Como Braysen era implacable, la tripulación de vuelo satisfizo sus necesidades y le permitió sentarse donde quisiera con su manta de seguridad. Las azafatas también usaban bandejas en lugar de carretas para que el joven no tuviera que levantarse.

Durante el vuelo, un pasajero masculino sentado en primera clase se hizo amigo de Braysen, a pesar de que estaba «jugando» con su asiento. Más tarde, la madre compartió lo que había sucedido en una publicación de Facebook, junto con su agradecimiento:

«Al hombre en el asiento 6C de primera clase le agradezco que haya jugado con Braysen y que no le haya molestado las patadas en su asiento o los juegos [de Braysen] ¡Le encantaron tus choca esos cinco!».

Hacia el final del vuelo, una mujer abrazó a Lori y le dio una nota manuscrita de aliento, que decía:

“Nunca dejes que nadie te haga sentir como si fueras una molestia o una carga. El es una bendición. Dios bendiga tu paciencia, tu amor, tu apoyo y tu fuerza. Continúa siendo una súper mujer».

Lo que podría haber sido una experiencia humillante, además de lo que ya era una situación estresante, se convirtió en un encuentro significativo con varios desconocidos que se convirtieron en amigos. La madre compartió su agradecimiento con todos los que ofrecieron su comprensión, incluyendo a la tripulación de United Airlines, en su publicación de Facebook.

«Muchas gracias a United Airlines», escribió. «Se adaptaron a sus necesidades, se aseguraron de que todos estuviéramos bien, trabajaron donde él eligió sentarse».

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