Mamá se negó a abortar a su bebé que nació con el 2% de su cerebro, ahora toca instrumentos musicales

Por Louise Bevan
28 de agosto de 2020 3:59 PM Actualizado: 28 de agosto de 2020 3:59 PM

Shelly Wall y su esposo, Rob, se alegraron mucho al saber que esperaban un niño en 2011. Pero esa emoción inicial se desbarató por completo con la noticia de que su bebé tenía espina bífida y el tejido cerebral dañado.

Sin embargo, a pesar de este diagnóstico tan desgarrador, la pareja de Cumbria, Inglaterra, se negó rotundamente a abortar a su hijo.

Ahora, ocho años después, lejos de sus sombrías expectativas, su hijo Noah Wall es un niño curioso, capaz y con grandes ambiciones. Su increíble cerebro, habiendo formado tan solo el 2 por ciento de su capacidad al nacer, creció sorprendentemente hasta el 80 por ciento cuando Noah cumplió 3 años.

Esta es su historia hasta el día de hoy.

(Cortesía de Noah Wall)

Un latido es todo lo que importa

«No fue hasta alrededor del ultrasonido de las 12 semanas que supieron que algo no estaba del todo bien», dijo Shelly a The Epoch Times en una entrevista en video. «Dije: ‘¿Tiene latidos de corazón el bebé?’ Y dijeron: ‘Sí’. Y dije: ‘Bueno, eso es todo lo que nos importa'».

Shelly y Rob fueron referidos al Hospital RVI en Newcastle, donde su bebé fue diagnosticado en el útero con espina bífida e hidrocefalia, además de otra impactante revelación: al bebé le faltaba una parte de su cerebro.

Un cuarto posterior de su cerebro estaba destruido y lleno de líquido, explicó Shelly. Tres semanas después, el otro lado había desaparecido por completo.

Los médicos no esperaban que el bebé sobreviviera y aconsejaron a la pareja que consideraran un aborto. Al negarse, Shelly dijo: «Y no quiero que me ofrezcan una interrupción cada vez que vengamos al hospital». Se les propuso el procedimiento un total de cinco veces antes de que los médicos cedieran.

(Cortesía de Noah Wall)

«Nos sentíamos absolutamente devastados», dijo Shelly, «pero siempre nos mantuvimos muy, muy positivos… todo lo que teníamos era esperanza, eso era todo».

Shelly y Rob decidieron planear el funeral de Noah antes de su nacimiento, sin saber cuánto tiempo podrían tener con su bebé después de que llegara al mundo. «Queríamos pasar todo el tiempo como una familia», dijo Shelly.

Elegir el nombre de su bebé también les dio un respiro.

Shelly quería un nombre real como Harry o Henry o George.

Y entonces entraron en una juguetería y entre los montones de juguetes, vieron un Arca de Noé en miniatura. «Nos quedamos allí, mi marido y yo, y lo miré y dije, ‘Ese es el nombre'», compartió. «Y lloramos, en medio de la tienda. Nos abrazamos y nos pusimos a llorar».

(Cortesía de Noah Wall)

El nacimiento del pequeño Noah

El 6 de marzo de 2012, Shelly tuvo una cesárea de emergencia en el Hospital Great North de Newcastle.

Describió el quirófano como «muy, muy tranquilo» ante la llegada de Noah. Y entonces Noah nació y soltó un grito de «afirmación de vida». «Pero entonces no oímos nada», recordó Shelly, «y simplemente lloramos al pensar, ¿era eso?»

Le pusieron oxígeno al bebé y lo pusieron de lado para proteger la lesión en la espalda ocasionada por la espina bífida. Estaba paralizado del pecho hacia abajo, pero estaba vivo y respiraba.

Cuatro horas después, Shelly pidió que la llevaran a la UCIN, donde introdujo su cabeza en la incubadora de Noah y se inclinó para darle un beso. «Su primer beso», recordó.

No fue hasta que Noah tenía 6 semanas que los médicos confirmaron que había nacido con solo el 2 por ciento de su cerebro. Hasta la fecha, Noah se ha sometido a más de ocho procedimientos para ayudarle con sus problemas de salud—Shelly y Rob han perdido la cuenta, refiriéndose al hospital como «como un segundo hogar».

(Cortesía de Noah Wall)

Su cerebro va creciendo

A la edad de 3 años, Noah fue operado para corregir la desalineación de sus pies. Ya con el niño anestesiado, los médicos decidieron hacerle una resonancia magnética para ver cómo se desarrollaba su cerebro.

«Podía ver, podía oír», dijo Shelly, hablando de los increíbles progresos de su hijo; «quería ayudarnos a vestirse y a ponerse la ropa, a lavarse los dientes, a bañarse… a charlar, a dibujar… estaba haciendo muchas cosas».

La resonancia magnética sorprendió a todos. El cerebro de Noah había crecido de un 2 a un 80 por ciento de capacidad en el curso de tan solo tres años. «Fue tan abrumador», dijo Shelly. «Estábamos simplemente sollozando y se sentía bien».

La doctora de la familia, la Dra. Claire Nicholson, les ofreció un sencillo consejo: seguir haciendo todo lo increíble que estaban haciendo, mientras admitía que no tenía ni idea de lo que era.

Shelly también da crédito a Ken y Nickie Ware, neurofisioterapeutas de renombre mundial de la Costa Dorada, Australia, que han trabajado con Noah en la increíble capacidad de su cuerpo para curarse a sí mismo.

(Cortesía de Noah Wall)

Shelly y Rob donan regalos y envían actualizaciones sobre la salud de su hijo a su estrecho círculo médico en cada fiesta y para cada gran paso. En el núcleo del esfuerzo colectivo está el propio Noah, que ahora tiene 8 años y ya está realizado.

Noah es felizmente educado en casa por sus padres. Toca el piano, la armónica, el ukelele, e incluso la batería. «Le gusta el ruido», explicó Shelly. «Intentamos alentarlo desde el primer día a que use ambas manos, porque si usa ambas manos, usa ambos lados del cerebro».

Noah es incluso un pequeño patrocinador de la organización británica sin fines de lucro Music Man Project. El fundador, David Stanley, ha llevado a Noah y a varios estudiantes con problemas de aprendizaje al London Palladium dos veces. Noah ama el escenario.

«Esperamos, con los dedos cruzados», compartió Shelly, «Noah y el Music Man Project van a ir a Broadway».

(Cortesía de Paul Fox Photography a través de Noah Wall)

Amar la vida completamente

Hoy en día, Noah tiene chequeos médicos regulares para controlar sus riñones y su vejiga. Sin embargo, su madre lo describe como «muy, muy saludable».

«Puede escribir su nombre», explicó. «Puede decir la hora, es simplemente fantástico. Ha estado haciendo paracaidismo, equitación, surf. Es increíble». Además, a Noah le gusta cocinar, e incluso cultiva una parcela de frutas y verduras en el huerto familiar.

Noah también tiene una hermana mayor llamada Steph. Y ha desarrollado un fenomenal sentido del humor. «Se despierta y me dice: ‘Finge que soy un robot'», compartió Shelly. «Luego, a la mañana siguiente, se despertará: ‘Hoy soy un extraterrestre’. Es muy divertido».

(Cortesía de Noah Wall)

A la luz de su extraordinario resurgimiento, Noah, su madre y su padre fueron invitados a participar en una conferencia científica en París en 2019; Noah, con el micrófono en la mano, respondió a las preguntas del público. Sorprendentemente, puede «hablar con cualquiera», dice su madre.

Aunque está en la mayoría de los casos en una silla de ruedas, la fisioterapia ha permitido a Noah empezar a mover las piernas y los dedos de los pies, y el niño de 8 años ha desarrollado una ardiente ambición de caminar y correr. Shelly y Rob le están poniendo un aparato ortopédico para ayudar a que eso suceda.

«[El aparato] lo mantiene en posición vertical», explicó Shelly, «tiene un pequeño marco para caminar, y luego puede lanzar sus piernas, ya sabes, para caminar de verdad… estamos trabajando en eso».

(Cortesía de Noah Wall)

Su hijo que está creciendo se considera «casi un hombre», Shelly sonrió y añadió: «Creo que es importante que su historia llegue a muchos otros. Solo porque te hayas enterado de que estás embarazada cuando el niño tiene quizás espina bífida, o defectos en el tubo neural, o lo que sea… ya sabes que están aquí por una razón».

«Noah ama la vida completamente. La ama completamente».


Apoye nuestro periodismo independiente donando un «café» para el equipo.


A continuación

Mamá comparte el secreto que liberó a su hijo del autismo

Cómo puede usted ayudarnos a seguir informando

¿Por qué necesitamos su ayuda para financiar nuestra cobertura informativa en Estados Unidos y en todo el mundo? Porque somos una organización de noticias independiente, libre de la influencia de cualquier gobierno, corporación o partido político. Desde el día que empezamos, hemos enfrentado presiones para silenciarnos, sobre todo del Partido Comunista Chino. Pero no nos doblegaremos. Dependemos de su generosa contribución para seguir ejerciendo un periodismo tradicional. Juntos, podemos seguir difundiendo la verdad.