Mamá se niega a abortar a bebé con «1% de probabilidad» de sobrevivir

Por SWNS
24 de noviembre de 2021 1:29 PM Actualizado: 09 de diciembre de 2021 8:06 PM

A una madre embarazada que rompió fuente a las 20 semanas de gestación le aconsejaron abortar. Pero se negó, y 10 semanas más tarde dio a luz a su hijo, y su pequeño luchador ha prosperado a pesar de que se le daban un 1 por ciento de probabilidad de sobrevivir.

A Ann Rice, mamá de tres hijos y de 36 años, de Cardiff, Gales, en el Reino Unido, le dijeron que iba a abortar de forma natural en las 48 horas siguientes de romper fuente, y la enviaron a casa con antibióticos. Sin embargo, como no abortó, varios médicos le aconsejaron que interrumpiera su embarazo por el riesgo de contraer sepsis.

Ann afirma que le dijeron que su bebé solo tenía un 1 por ciento de probabilidad de sobrevivir.

El bebé Chester Rice nació pesando sólo 1 libra y 8 onzas (aprox. 679 gramos) —menos que una bolsa de azúcar— y ahora es un feliz niño de 9 meses.

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Ann, que también es madre de Connor, de 7 años, y de Riley, de 19 meses, dijo que recibir la noticia fue «horrible», pero que ella y su marido Chris, de 38 años, tomaron la decisión de continuar con el embarazo.

El bebé Chester nació por cesárea de emergencia el 23 de diciembre de 2020 y al poco tiempo le diagnosticaron una enfermedad pulmonar crónica. Pasó cuatro meses en la unidad neonatal del hospital después de nacer, y Ann y Chris se turnaban para visitarlo.

Ann dice que hubo al menos cuatro ocasiones en las que su estado era crítico y los médicos no creían que fuera a sobrevivir. Aunque sigue conectado a oxígeno las 24 horas del día, Chester ha superado los pronósticos y está con sus padres y sus hermanos mayores en casa.

Describe a Chester como un «niño encantador» que siempre está sonriendo y riendo, a pesar de todo lo que ha pasado.

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Ann dijo: «Ahora está empezando a desarrollar su personalidad y siempre está sonriendo, incluso después de todo lo que ha pasado. No creo que yo pudiera hacer lo mismo».

«Es feliz, está bien, [y] es un niño encantador. Pero si me hubiera guiado por lo que me dijeron los médicos, lo habría liquidado y me habría perdido lo que es ahora».

«Solo quiero crear conciencia para otras madres que puedan pasar por lo mismo. Me enviaron a casa con antibióticos y me dijeron que descansara hasta que abortara, y luego me dijeron que mi bebé no sobreviviría más de 48 horas».

«Otro médico me dijo: ‘le aconsejamos que interrumpa el embarazo’, ya que mi vida corría peligro si tenía sepsis. Otro dijo: ‘tiene un 1 por ciento de probabilidad de que el bebé sobreviva a la semana’, y en una semana abortaría».

«Sé que los médicos tienen que ser muy claros con las probabilidades, pero para nosotros, un 1 por ciento de probabilidad seguía siendo una posibilidad. Hablamos con mi esposo y pensamos que, si va a suceder, va a suceder, pero también podíamos intentarlo y seguir adelante».

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Ann también describió las 10 semanas que transcurrieron entre la ruptura de aguas y el nacimiento de Chester como un periodo «realmente extraño».

«Cuando uno se acerca al final del embarazo, está esperando y deseando que empiece el trabajo de parto, porque sabe que va a ocurrir pronto», dijo.

«Con Chester, fue así durante 10 semanas. Fue un momento muy extraño. Estuve esperando durante 10 semanas y tratando de guardar reposo en la cama todo lo que podía mientras cuidaba de otro bebé de 8 meses».

Sin embargo, Ann dijo que cada semana que avanzaban en el embarazo era como «una pequeña victoria», porque era otra semana en la que su bebé por nacer «se hacía más grande y más fuerte».

«Para nosotros fue muy importante pasar la marca de las 24 semanas, porque es cuando el embarazo se considera viable», añadió. «Si hubiera nacido antes, los médicos no habrían intervenido para salvarle la vida si lo necesitaba».

«La montaña rusa emocional fue increíble. Nada lo prepara a uno para eso».

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Ann dijo que en esos cuatro meses, Chester tuvo sepsis cuatro veces, recibió una transfusión de sangre y casi tuvo que ser operado de una perforación intestinal, «pero por suerte se arregló solo».

«Pudimos llevarlo a casa en abril, pero tan solo dos semanas después, contrajo bronquiolitis, que se convirtió en otros cuatro virus respiratorios, por lo que tuvo que volver a la UCI», dijo.

«Estuvo allí cuatro días en estado crítico. Parecía un paso adelante, dos pasos atrás, todo el tiempo. Enferman tan rápido, pero también mejoran tan rápido».

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Chester pesa ahora 16 libras y 14 onzas, lo que está muy por debajo del promedio de 22 libras de los bebés de su edad.

Ann dice que sus fisioterapeutas están «contentos» con su desarrollo desde que nació, y añadió que no habría podido superar sus primeros meses sin el apoyo de la organización benéfica Little Heartbeats.

La organización benéfica fue creada por una madre que pasó por lo mismo que Ann con Chester, pero que desafortunadamente perdió a su bebé.

«Fue increíble», dijo Ann. «Me dio toda la información que los médicos no me dieron. Me envió folletos informativos y paquetes de cuidados con cosas como crema de manos y osos de peluche».

«Y después que Chester nació, se mantuvo en contacto y me envió mensajes preguntando cómo estaba».

«Estoy muy contenta de haber encontrado esa organización benéfica, fue una gran ayuda con todo lo que pasamos».

Con información del personal de Epoch Times.


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