Mamá tiene un hijo con síndrome de Down a los 43 años y el vínculo con sus hermanas es conmovedor

Tras dar la bienvenida a un niño con síndrome de Down a la edad de 43 años, una madre de tres adolescentes temía que sus hijos no fueran capaces de establecer un vínculo afectivo. Cuatro años después, la conexión afectiva entre su hijo y su «pandilla de chicas» es más fuerte de lo que nunca creyó posible.

Jennifer Hogan, ama de casa de 48 años, conoció a su marido, Ryan, de 49, en la iglesia durante una excursión universitaria para esquiar. Casados desde hace 22 años, viven en Jacksonville, Florida, y tienen cuatro hijos: Claire y Caitlyn, gemelas de 18 años, Caroline, de 15, y Hudson, de 4.

Jennifer y Ryan sabían que Hudson —que ha sido la mayor sorpresa de sus vidas— probablemente tenía síndrome de Down, ya que una prueba prenatal realizada a las 12 semanas reveló una probabilidad del 97 por ciento. Al conocer la noticia se sintieron desolados, sin embargo, sus hijas no estaban tan preocupadas.

«En aquel momento pensé que era porque no lo entendían», declaró Jennifer a The Epoch Times. «Ahora, mirando atrás, ¡creo que su reacción fue perfecta! Estaban como, vale, esto es inesperado, ¡pero este niño va a ser muy divertido! No podían esperar a que llegara y se uniera a la pandilla».

Mientras esperaba a Hudson, Jennifer también estaba preocupada por cómo afectaría su llegada a la dinámica familiar. Le preocupaba que sus hijas se resintieran de la atención que él necesitaba y que no fueran capaces de establecer un vínculo con su hermanito debido a sus diferencias y a la diferencia de edad entre ellos.

También le preocupaba el estrés añadido que el cuidado de un niño con síndrome de Down supondría para su matrimonio y, a nivel personal, si podría querer a su hijo tanto como quería a sus hijas.

«Me avergüenzo profundamente de esos pensamientos, pero siempre he sido abierta al respecto porque siento que ayuda a otras personas que podrían encontrarse en mi lugar a ver lo capaces que son realmente», dice Jennifer.

Sin embargo, después de que Hudson viniera al mundo el 19 de julio de 2018, toda la familia se enamoró perdidamente y las preocupaciones iniciales de Jennifer quedaron atrás.

«Nos robó el corazón el día que lo conocimos y lo sigue teniendo. No hay nada que no haríamos por ese precioso niño. Nos ha unido a todos y nos ha conectado de una forma que no sabíamos que necesitábamos», dice Jennifer. «El vínculo que mis hijas tienen con su hermano es la mayor sorpresa y la bendición más dulce de todas».

Según Jennifer, las niñas se revuelcan por el suelo y juegan con Hudson todos los días por voluntad propia. Llevan a su curioso e intrépido hermano al parque y a la playa, se gastan el dinero en juguetes para él, juegan al escondite y a juegos de fantasía, celebran fiestas de baile y nunca les da vergüenza correr y jugar con Hudson en público.

A las hermanas también les encanta «enseñar» a Hudson a sus amigos. A su vez, el niño de 4 años adora a sus hermanas.

Jennifer dijo: «¡Hudson cree que sus hermanas colgaron la luna! Las echa de menos cuando están en el colegio y, cuando llegan a casa, corre a darles los abrazos más grandes y luego las arrastra para ir a jugar. Se me derrite el corazón cada vez».

Una de las actividades favoritas de Hudson es el «restaurante», un juego inventado por él mismo. Jennifer dijo: «Sentará a sus hermanas a la mesa, incluso les sacará las sillas, y luego fingirá que les toma el pedido… Hudson aún no articula bien las palabras para que se entienda todo lo que dice, ¡pero eso no le supone ningún impedimento! Puede que le cueste un par de intentos, pero al final los demás entendemos lo que nos dice».

Como madre, los momentos más gratificantes para Jennifer, según dice, son encontrar a Claire enseñándole los colores a Hudson, encontrar a Hudson montado en la espalda de Caitlyn mientras finge ser un dinosaurio y espiar a Hudson sosteniendo la cara de Caroline entre sus manos mientras ambos se sonríen con amor.

«Qué hice para merecer esto, nunca lo sabré», dijo Jennifer. «La verdad es que ser la mamá de Hudson es una bendición y un privilegio. No es en absoluto la carga que esperaba. Sentimos que nos tocó la lotería con Hudson, ¡porque así fue!».

A pesar de su increíble amor por la vida, la salud de Hudson no para. Tiene una comunicación auriculoventricular, una cardiopatía congénita que afecta al 50 por ciento de los bebés nacidos con síndrome de Down, y fue operado a corazón abierto antes de cumplir los tres años para repararle el corazón. Sigue acudiendo regularmente a consultas de cardiología.

Hudson también padece hipotonía, que es una disminución del tono muscular que afecta a los músculos y ligamentos de todo el cuerpo. Esta afección es frecuente entre las personas con síndrome de Down.

«Por eso se retrasan muchos hitos como gatear y andar, pero también por eso el habla es más difícil», dice Jennifer. «Hudson ha estado en terapia del habla, física y ocupacional la mayor parte de su vida. La verdad es que nos encanta ir a terapia y nos alegra trabajar para conseguir sus objetivos».

Hace tiempo, a Jennifer le preocupaba quién cuidaría de Hudson cuando Ryan y ella ya no estuvieran. Hoy, al ser testigo del abundante amor de Claire, Caitlyn y Caroline por su hermano, ya no se preocupa.

Jennifer hace crónicas de la vida con su hijo y su «pandilla de chicas» en Instagram y TikTok.

«Hudson tiene un propósito, su vida tiene sentido y valor, y tenemos la suerte de formar parte de ella», dice Jennifer. «No hay nada especial en mí o en Ryan que nos haga mejores candidatos para amar y criar a un niño con síndrome de Down … realmente, amar a alguien con síndrome de Down es un privilegio y un regalo. Pero ser amado por alguien con síndrome de Down, bueno, eso es pura magia».

Vea el video:

(Cortesía de Jennifer Hogan Jones)

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