Zach Briseno soñaba con ser policía desde que era un niño. Cuando perdió sus piernas en un bombardeo en la carretera de Irak en 2007, parecía que este sueño se había acabado para siempre.
Pero Briseno ha llamado la atención nacional, tras convertirse en el segundo oficial de policía de EE.UU. con piernas prostéticas.
«Mirando hacia abajo, ya sabes, solo se ven los pies», dijo en una entrevista con la NBC. «De repente no están allí, y estás como, ‘Hombre, mi vida se ha acabado»‘.
Como marine de EE.UU., era el resultado de que sabía lo que arriesgaba. Sin embargo, siempre parece que le sucederá a otras personas, y se quedó tambaleándose después de perder ambas piernas.
Cuando el Humvee de Briseno fue alcanzado por una bomba en la carretera durante su segunda misión en Irak, pensó que iba a morir. Le pidió a sus compañeros de batalla que le enviaran un mensaje a su hija de 2 años.
«Solo recuerdo haberles dicho: ‘Oigan, díganle a mi hijo que la amo’, porque era el único hijo que tenía», dijo Briseno.
Sin embargo, sobrevivió e incluso fue premiado con un Corazón Púrpura por el Presidente Bush.
Aún así, su vida parecía estancarse incluso después de recibir nuevas prótesis de piernas. Le llevó tiempo volver a la vida normal y aún más tiempo antes de que aprendiera a caminar sin una cojera evidente.
Pero, Briseno sabía que no podía dejar su vida en suspenso para siempre. Finalmente decidió perseguir su sueño de la infancia.
«He querido ser un oficial de policía desde que era un niño», dijo.
No iba a ser un camino fácil, pero sabía que no podía rendirse.
«Esa parte de la gente que dice que es una discapacidad, eso está todo en tu mente», dijo. «Te estás volviendo loco en ese punto si lo dices, ‘Tengo este problema’. No. ¿Qué tanto lo quieres? ¿Qué tan duro quieres trabajar por ello?».
Estaba claro que Briseno lo deseaba. Después de someterse al mismo entrenamiento riguroso que los otros oficiales de la academia, se graduó junto con otros 23 que acaban de unirse al Departamento de Policía de Fort Worth el 11 de diciembre.
Durante las ceremonias de graduación de la policía, los instructores dan un premio al recluta «más dedicado» y «más decidido». Briseno recibió ambos premios.
Su hijo de 15 años, ayudó al ahora padre de cuatro hijos, a fijar su nueva insignia. Uno de los antiguos compañeros de la Marina de Briseno, que estaba con él la noche de la explosión, voló para ver la ceremonia.
Ahora, el sueño de Briseno se ha hecho realidad, y anima a la gente a seguir alcanzando sus sueños sin importar lo difícil que sea.
«No te rindas», dijo. «Deja el pasado en el pasado y sigue avanzando. Nuestro tiempo de mañana no siempre está asegurado. Tienes que hacer lo mejor hoy».
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