La pareja británica Dan y Cara Farrant se dirigían a Escocia con sus cuatro hijos para celebrar el Año Nuevo el pasado invierno, cuando se dieron cuenta de que el humo salía por debajo del capó de su casa rodante.
Aterrorizados, la familia corrió a evacuar el vehículo en llamas. Pero después de que el papá Dan sacó a sus tres hijos de 5, 6 y 9 años de la casa rodante, la puerta del lado del pasajero se atascó con la mamá, Cara, su hija de 3 años, Thea, y la chihuahua de la familia, Coco, todavía dentro.
Frenética, Cara arrojó a Coco por la ventana de la puerta a un lugar seguro. Pero aunque ella y Thea pudieron escapar, la oscuridad y la confusión que se produjo en el lado de la autopista hizo que Coco no se diera cuenta de que su dueña y su hija estaban a salvo. La pequeña y tenaz cachorra corrió de regreso a la casa rodante, justo en el momento en que fuego del motor hiciera que toda la camioneta estallara en llamas.
Dan Farrant explicó al Daily Mail UK que las llamas habían comenzado a llegar al parabrisas después de que él sacó a sus tres hijos de la camioneta, y que él había estado tan concentrado en encontrar una manera de sacar a su esposa e hija de alguna manera que la familia había perdido el rastro de Coco hasta que fue demasiado tarde.
«Cara fue al auto que se detuvo a ayudar y se dio cuenta de que Coco no estaba con los niños y que había regresado corriendo a la casa rodante. Tratamos de volver corriendo, pero la casa rodante explotó con Coco dentro», dijo.
Después, la familia explicó que los bomberos que vinieron a apagar el incendio encontraron el cuerpo de Coco bajo el asiento delantero. Y aunque están contentos de que Cara y Thea hayan salido a salvo, a toda la familia le destroza el corazón que la perrita, que probablemente había regresado corriendo después de escuchar a mamá e hija gritando en el auto, no haya podido llegar también.
«Estaba a solo unos segundos de perder a mi esposa y a mi hijita Thea. En lugar de eso, perdimos a nuestra mejor compañera, nuestro ángel Coco», dijo Dan.
«Mis hijos están sufriendo y teniendo pesadillas. Sabían que ella había vuelto a entrar y vieron nuestro vehículo explotar delante de ellos con su amada perrita dentro. No tengo más sentimientos que entumecimiento. Mi familia casi termina de ser seis de nosotros a cuatro en menos de unos segundos».
Después, un amigo de la familia estableció un GoFundMe para ayudar a cubrir los gastos en los que se incurrió cuando la casa rodante explotó. No estaba temía seguro, así que perdieron la casa rodante llena de regalos de Navidad, junto con la ropa de sus vacaciones y sus asientos de coche.
Aunque los bienes materiales pudieron ser recomprados gracias a los amables corazones de los extraños, la angustia de la familia al perder a su querida amiga de cuatro patas es algo que no podrán superar en un futuro cercano.
«Tengo la suerte de que no fuimos ni mi hija ni yo los que perdimos la vida», dijo Cara, «pero nunca superaré la pérdida de Coco. Coco era quien unía a la familia. Si una de nosotras estaba triste o enferma, se quedaba con esa persona».
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