Médico llora al tener en sus brazos a bebé de una pareja, tras acompañarlos en la pérdida de su hijo

Por Louise Bevan
23 de diciembre de 2021 4:51 PM Actualizado: 23 de diciembre de 2021 4:51 PM

Después de un encuentro inesperado en el hospital entre un médico y el padre de un bebé recién nacido, el médico recibió una invitación para sostener a la niña. Se emocionó hasta las lágrimas, ya que dos años antes hizo todo lo posible por ayudar al hijo de la pareja, que murió tan solo 36 horas después de nacer.

La madre de cuatro hijos, Dana Romano, de 35 años, compartió en Facebook la conmovedora foto del neonatólogo, el Dr. Jacob McPadden, sosteniendo a su hija recién nacida, Olivia, que nació en el Hospital de Yale New Haven, como reconocimiento a la increíble trayectoria de su familia y su médico.

El Dr. Jacob McPadden sostiene a su bebé Olivia por primera vez. (Cortesía de Dana Romano)

Dana y su esposo, Dan, de 38 años, que también son padres de Angelo, de 7 años, y Matteo, de 5, perdieron a su tercer hijo, Julián, el 4 de agosto de 2019.

«Le diagnosticaron hidropesía fetal, que es cuando se acumulan cantidades anormales de líquido en un feto, o recién nacido, en dos o más zonas del cuerpo (…) la hidropesía tiene una tasa de supervivencia muy baja», explicó Dana a The Epoch Times. «Julián tenía un edema en la piel desde la cabeza hasta los dedos de los pies, así como líquido en los pulmones y en el abdomen que, desafortunadamente, no se pudo detener».

Dana y Dan se enteraron por primera vez que Julián tenía acumulación de líquido en la ecografía de las 19 semanas. Dana recibió controles semanales y no se detectó hidropesía hasta después del parto. Sabían que su bebé pasaría un tiempo en la UCIN, pero no tenían ni idea que estaría más enfermo de lo que ninguno de sus médicos había previsto.

«Julian estuvo en silencio encima mío después del parto, durante 10 segundos, y luego se lo llevaron para empezar a drenar líquido inmediatamente», recuerda Dana. «Pensábamos que los médicos estaban trabajando para estabilizarlo y que luego podríamos subir a verlo, o eso creíamos».

Sin embargo, las cosas tomaron un giro diferente cuando su enfermera recibió una llamada pidiéndoles que se levantaran de inmediato.

Dana Romano con el Dr. Jacob McPadden y el bebé Olivia. (Cortesía de Dana Romano)

«Recuerdo que estaba sentada en la silla de ruedas, mientras la enfermera me llevaba. No había ningún bebé en mis brazos. No hubo lágrimas de felicidad, ni deseos de felicitaciones mientras subíamos», se lamentó. «En cambio, yo lloraba con fuerza cuando nos cruzábamos con gente en el pasillo, sus miradas apenadas me miraban mientras yo lloraba por mi hijo».

Al ver a un bebé tendido, con tubos por todas partes y máquinas pitando, Dana tardó unos minutos en darse cuenta que se trataba de Julián, ya que se veía «sin vida e hinchado».

(Cortesía de Dana Romano)

Al escuchar su diagnóstico, Dana cayó llorando en los brazos de su esposo. La pareja lloró mientras los médicos entraron para estabilizar a Julian.

El consuelo y la claridad llegaron de la mano del Dr. McPadden, que se tomó el tiempo necesario para explicar a los desconsolados padres lo que le estaba sucediendo a su hijo. Incluso cuando los niveles de oxígeno de Julian cayeron por debajo de los niveles que su cuerpo podía soportar, el médico insistió en intentar con un procedimiento más.

Dana Romano mientras estaba embarazada de Olivia. (Cortesía de Russell’s Photography Studio)

«Él nos advirtió que probablemente no funcionaría y que, en última instancia, nos enfrentaríamos a lo inevitable de perderlo, pero que entraría, una vez más, y lo daría todo», dijo Dana. «Y eso fue justamente lo que hizo».

Desgraciadamente, Julián no pudo salvarse. El Dr. McPadden se sentó con la devastada pareja y lloró con ellos. Se ofreció a quedarse con ellos en los últimos momentos de Julián, sabiendo el temor que tenían de despedirse.

También asistió al funeral de Julián, llamó para ver cómo estaban los Romano en muchas ocasiones y se reunió con ellos para hablar con un genetista y profundizar en el caso de Julián. «Su corazón se rompió igual que el nuestro», dijo Dana.

La pareja le estaba muy agradecida porque hizo todo lo que no tenía que hacer.

Dana Romano con su familia. (Cortesía de Russell’s Photography Studio)

Ahora, dos años después, ver al Dr. McPadden sosteniendo a Olivia causó un torrente de emociones a la mamá de cuatro hijos.

«Me hizo recordar a Julian», confesó. «Sabiendo que era el mismo médico que lloró con nosotros cuando nos despedimos por última vez, poder compartir ahora esta increíble cantidad de alegría, amor y gratitud que tenemos por que nuestra hija está aquí, está sana, está viva, fue realmente increíble».

«Sentí que Julian estaba con nosotros, viendo cómo se desarrollaba todo», reflexionó, «y en muchos sentidos, eso es lo que creo; él ayudó a que sucediera».

Para rememorar a Julian de forma física, Dana y Dan también tienen un oso de peluche de recuerdo hecho a mano con la ropa que llevaba puesta cuando dio su último aliento, y lo llamaron «Oso de Julian».

La bebé Olivia con el recuerdo de Julian. (Cortesía de Dana Romano)

Al compartir la foto del Dr. McPadden sosteniendo a Olivia con lágrimas en los ojos, Dana espera que otros médicos recuerden que no deben perder de vista por qué se dedicaron a su profesión, para empezar. «Un poco de amor y gracia llega muy lejos, y puede dejar un gran impacto en la vida de uno», explicó.

Dana, profesora de primaria, y Dan, trabajador social, viven con su familia en Branford, Connecticut. Además de ser esposa y madre, desde que perdió a Julian, la misión de Dana ha sido generar conciencia sobre la pérdida de los embarazos y los bebés. Desde entonces, ha canalizado su dolor en artículos escritos y se ha comprometido a seguir siendo la voz de «los padres que pierden a sus hijos en todo el mundo» cuando les cuesta encontrar las palabras. También comparte momentos de su vida en Instagram.

(Cortesía de Dana Romano)

El dolor y la alegría pueden coexistir, dijo, y el papel compasivo del Dr. McPadden en sus vidas les ha hecho sentir que la vida de Julian era importante. Reconociendo su dolor.

«Nunca olvidaré cuando el Dr. McPadden me dijo que nunca dejará de hablar de Julian», dijo a The Epoch Times. «Estoy segura que tanto Julian como el Dr. McPadden estarán contentos de saber que cumplí mi promesa, y que seguiré generando conciencia sobre la pérdida de embarazos y bebés, y hablando en nombre de Julian, hasta mi último aliento».


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