Pamela De Almeida es la madre de una feliz y cariñosa niña llamada Sophia, que es un poco diferente de otros niños de su edad. Sus principales diferencias se manifiestan en muchas de sus interacciones, tanto con niños como con adultos. Sin embargo, un encuentro en una cafetería le recordó a Pamela que no todos los niños con esas características tienen problemas para superar esas diferencias.
Como cualquier otro niño pequeño, Sophia le sonríe a todo el mundo, pasa mucho tiempo explorando el mundo que la rodea y, lo más importante, le encanta pasar tiempo con su madre.
Sin embargo, nació con síndrome de Down, por lo que no siempre recibe la más cálida de las bienvenidas.
El síndrome de Down es una condición genética causada por una tercera copia parcial o completa del cromosoma 21. Las personas con síndrome de Down son conocidas por tener una naturaleza abrumadoramente amable y pueden ser funcionales en la sociedad con diversos grados de facilidad o dificultad.
Recientemente, una mujer joven con síndrome de Down incluso compitió por el concurso Miss Minnesota en EE. UU., y hay muchas personas con este trastorno con alta funcionalidad que pueden tener trabajos normales y asistir a la educación postsecundaria.
Sin embargo, su trastorno causa retrasos en el desarrollo y patrones de habla anormales, y lo más notable en las personas con ese trastorno es que se caracterizan por tener rasgos físicos muy distintivos.
Según le dijo Pamela al Daily Mail, estaba sentada con Sophia en Tim Hortons (una franquicia de cafeterías) y sintió las miradas que su hija suele atraer a donde quiera que vaya.
Si bien es común que Sophia se enfrente a rudas miradas y susurros de gente que la juzga, Pamela admitió en una publicación de Facebook que dos mujeres que murmuraban y miraban groseramente a su hija aquel día, la molestaron más de lo normal.
Luego vio a una pareja mayor acercándose hacia ellas y, pensando que solo querían echarle un vistazo a Sophia, Pamela estaba lista para reprenderlos. Pero la frustrada madre no tuvo tiempo para hacer eso.
En su lugar, lo que dicha pareja hizo la hizo llorar.
El hombre mayor se acercó a Sophia para chocar “los cinco” y darle un apretón de manos y la trató como la mayoría de los adultos trataría a cualquier otro niño pequeño.
Luego, se dirigió hacia Pamela. «Tengo una historia que contarte», comenzó, «pero me temo que no puedo terminarla sin sentir un nudo en la garganta». En ese momento Pamela era todo oídos.
El hombre le contó que recientemente había visto a una mujer en las noticias defender su derecho a dar a luz a su bebé que había sido diagnosticado con graves defectos en el útero. Su médico, le había explicado y había sugerido varias veces que terminara el embarazo; pero en lugar de hacer eso, ella quería que el mundo supiera cuán firmemente quería tener a ese bebé.
En base a esa historia, quiso felicitar a Pamela por Sophia. «Nunca sabes el impacto de una persona en el mundo», explicó, «hasta que les das la oportunidad».
Pamela compartió su encuentro con aquella pareja más tarde en las redes sociales, porque la había conmovido hasta las lágrimas. Reveló que ese hombre, fue el primer «completo extraño» que la felicitó por su hermosa hija. Nunca antes había conocido a un extraño que la elogiara por el nacimiento de Sophia y eso la conmovió más allá de lo que creía posible.
«Su VALÍA, su VALOR, su BELLEZA», escribió la madre, eso fue lo que aquel hombre mayor vio en Sophia y aunque muy pocos reconocen eso, fue una experiencia muy positiva para la madre.
Aunque Pamela no se ofreció a invitarle un café y no se sentaron a conversar durante horas, a pesar de lo breve que fue su encuentro, aquel hombre tuvo un impacto inconmensurable ese día tan peculiar. Eso, como explicó Pamela, es verdadera bondad.
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