Modelo sufre las terribles secuelas del vapeo: «Sentía que me moría con cada paso»

En el resplandeciente mundo de Los Ángeles, donde los sueños se persiguen bajo el sol californiano, una joven modelo se enfrentó a una pesadilla que ninguna pasarela podría haber preparado. Con apenas 20 años, vio cómo su vida daba un giro dramático, no por los flashes de las cámaras, sino por el tenue brillo de un pequeño dispositivo que prometía más de lo que entregaba.

Lo que comenzó como un acto de rebeldía adolescente en los baños de la escuela se convirtió en una batalla épica contra su propio cuerpo. Vanessa von Schwarz nos lleva en un viaje íntimo a través de los oscuros pasillos de la adicción al vapeo, revelando cómo un hábito aparentemente inofensivo puede desencadenar una tormenta de consecuencias que ningún filtro de Instagram puede ocultar.

Corría el año 2017 cuando von Schwarz, entonces con 15 años, dio su primer paso hacia un abismo que no sabía que existía. «Por alguna razón, cuando empecé a vapear, la ingenuidad me aseguró que toda mi vida estaba cambiando», confesó con una mezcla de nostalgia y arrepentimiento. «Sentía que me daba algo que no tenía antes; estaba más delgada, más segura de mí misma, y estaba segura de que esta nueva yo era todo gracias a este pequeño aparato de metal que llevaba en el bolsillo».

Los pasillos de su instituto se convirtieron en el escenario de una transformación silenciosa. Cada pausa del almuerzo, cada visita al baño, se volvía una oportunidad para unirse a ese círculo de chicas «cool» que compartían algo más que secretos adolescentes. «Todas las chicas y los chicos ‘cool’ de mi escuela fumaban, era algo normal», recordó la joven, ilustrando cómo la presión social puede disfrazarse de normalidad.

Lo que comenzó como una curiosidad pronto se convirtió en una necesidad imperiosa. La joven describe vívidamente cómo el vapeo se apoderó de su vida: «No podía dejar de pensar en el dispositivo y en lo satisfecha que podría estar si tuviera uno propio». La ilusión de control se desvanecía con cada inhalación. «Bueno, no son cigarrillos, así que no puedo oler a nada, mis padres no lo sabrán nunca porque es muy pequeño y secreto, y lo tiraré antes de hacerme adicta», se decía a sí misma, en un intento de justificar lo injustificable.

Pero la realidad tenía otros planes para von Schwarz. Lo que parecía ser una salida para su ansiedad se convirtió en su peor pesadilla. «Me gustaba el estímulo físico que me producía el vapeo. Cada vez que aspiraba mi vape, sentía que estaba inhalando una gran y profunda bocanada de aire, que realmente satisfacía mi cuerpo y me relajaba», explica, revelando la trampa psicológica que la mantuvo atrapada.

Los sabores «aptos para niños» fueron el cebo perfecto. «Definitivamente creo que los sabores ‘aptos para niños’ hicieron que el uso inicial del vape fuera tan tentador», admitió. «Sabía a caramelo y era realmente delicioso». Pero pronto, esos dulces sabores se tornaron amargos en su boca y en su vida.

La caída fue tan gradual como implacable. Una mañana, experimentó su primer desmayo después de vapear. «Estaba claro que me había desmayado, y estaba bien, pero fue muy extraño porque nunca me había pasado eso en mi vida», recordó con escalofríos. Este incidente fue solo el preludio de una sinfonía de síntomas alarmantes: debilidad en las rodillas, adormecimiento en los dedos, y un corazón que parecía querer escapar de su pecho.

El año 2018 marcó un punto de inflexión en la vida de von Schwarz. Las migrañas y las náuseas se volvieron sus compañeras constantes. Su cuerpo, antes su herramienta de trabajo como modelo, se convirtió en su prisión. «Además de las constantes migrañas y náuseas, de repente era incapaz de doblar las piernas completamente sin sentir un dolor inmenso», relató. «Llegaba a casa del trabajo con una agonía absoluta, llorando por lo mucho que me dolían las piernas».

La debilidad se extendió como una plaga por todo su cuerpo. Acciones cotidianas se convirtieron en desafíos monumentales. «Empezó a dolerme el simple hecho de hacerme una coleta, o incluso sostener una botella de agua era demasiado pesado para mis manos», confesó von Schwarz, pintando un cuadro vívido de su lucha diaria.

El 5 de noviembre de 2019 quedará grabado en la memoria de von Schwarz como el día en que su cuerpo dijo basta. Un tropiezo en los escalones del balcón la llevó al hospital, donde la verdad que había estado ocultando salió a la luz. «Tuve que hablar seriamente conmigo misma sobre si estaba o no preparada para dejar esta adicción», recordó, describiendo el momento en que tuvo que enfrentar su realidad ante los médicos.

A pesar de las advertencias, von Schwarz continuó vapeando durante un año más, aferrándose a estudios en Internet que minimizaban los riesgos. «Eso me bastó para seguir consumiendo, a pesar de los dolorosos síntomas que continuaba sintiendo», admite, ilustrando el poder de la negación en las garras de la adicción.

El 2020 trajo consigo una intensificación de los síntomas que ya no podía ignorar. «Estaba en público dándole a mi vape, y de repente mi corazón empezaba a latir con fuerza en mi pecho, me sentía extremadamente mareada, empezaba a temblar mientras mis músculos se tensaban, y sentía náuseas a la vez», describió von Schwarz, llevándonos al momento en que tocó fondo.

Fue entonces cuando decidió dar el paso hacia la recuperación, buscando ayuda médica y utilizando parches de nicotina para aliviar la ansiedad. El camino no fue fácil, pero cada día sin vapear era una victoria. «Ya no tengo que preocuparme constantemente por perder mi vapeador o por lo que haré si no puedo vapear durante más de una hora», dijo con alivio, describiendo la liberación que sintió al romper las cadenas de su adicción.

Hoy, von Schwarz lucha contra la dermatomiositis, una condición que le causa dolor y debilidad muscular extrema. Aunque sigue enfrentando desafíos, su determinación brilla con más fuerza que nunca. «Cualquiera que pueda estar luchando contra cualquier tipo de adicción, debe saber que hay ayuda», afirmó con convicción, extendiendo una mano a aquellos que puedan estar atravesando situaciones similares

El Dr. Ernst von Schwarz, padre de Vanessa y médico-investigador, arroja luz sobre la gravedad de la situación. «Inicialmente, [el vapeo] se introdujo como una forma de dejar de fumar, pero ahora el papel ha cambiado enormemente porque se ha puesto un poco de moda y atrae a muchos jóvenes», explicó, subrayando la urgencia de abordar este problema social.

La historia de Vanessa von Schwarz es un testamento de la resiliencia humana frente a las adversidades más inesperadas. Su viaje desde las profundidades de la adicción hasta la luz de la conciencia nos recuerda que incluso en nuestros momentos más oscuros, existe la posibilidad de redención y renovación.

Mientras continúa su lucha diaria contra la dermatomiositis, su voz se alza como un faro de esperanza y advertencia. Su mensaje resuena más allá de los confines de Los Ángeles, llegando a los corazones de jóvenes en todo el mundo que podrían estar al borde de tomar decisiones que cambiarán sus vidas.

En un mundo donde la línea entre la tendencia y el peligro a menudo se desdibuja, la historia de von Schwarz nos insta a mirar más allá de la superficie brillante de las modas pasajeras. Nos recuerda que la verdadera belleza y fortaleza no provienen de un dispositivo electrónico, sino de la capacidad de enfrentar nuestros demonios y emerger, si no ilesos, al menos más sabios y compasivos.

Que su valentía al compartir su historia sea una chispa que encienda conversaciones, inspire cambios y, quizás, salve vidas. Porque en su viaje, en su lucha y en su determinación de advertir a otros, encontramos un recordatorio poderoso de que cada bocanada de aire, cada movimiento sin dolor, y cada día vivido plenamente, es un regalo que no debemos dar por sentado.

Con información de SWNS.

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