Murió el adolescente con una enfermedad terminal que había donado los ahorros de su vida, 1.000 libras (aprox. 1.350 dólares), a un niño de 6 años enfermo de cáncer al que no conocía. Además, había creado un fondo en el que se han recaudado otras 59,000 libras (unos 80,000 dólares) para el pequeño.
A Rhys Langford, de 19 años, le diagnosticaron en octubre de 2020 un osteosarcoma, un tipo de cáncer óseo que comienza en las células que forman los huesos pero que, con el tiempo, se extiende a otras zonas del cuerpo.
El adolescente enfermo conoció el estado de Jacob Jones, de 6 años, tras leer su historia y darse cuenta que ambos se encontraban en la misma ciudad de Ebbw Vale, al sur de Gales, Inglaterra. Jacob había pasado por un agotador tratamiento para librarse de un raro cáncer llamado neuroblastoma, pero los médicos creen que volvió a aparecer.
«Rhys encontró la historia del pequeño Jacob en Internet y me llamó arriba para mostrármela», dijo la mamá de Rhys, Catherine Langford, de 38 años. «Me dijo: ‘Quiero donar algo de dinero para él, sería increíble que alguien lo salvara'».
Catherine se quedó sin palabras al saber que su hijo pensaba en otra persona cuando él mismo estaba a las puertas de la muerte.
«Aunque nuestros corazones se rompen porque nuestro hijo se está muriendo, al mismo tiempo estallan de orgullo», dijo Catherine.
Rhys, que trabajaba como obrero para un proveedor de agua antes de enfermarse, decidió donar de inmediato 1000 libras (aprox. 1350 dólares) de sus ahorros para el tratamiento de Jacob.
Sin embargo, no se limitó a eso, sino que fue más allá para ayudar a Jacob creando un fondo de crowdfunding, que desde entonces se ha hecho viral.
Rhys era un talentoso atleta antes que su batalla contra el cáncer lo dejara postrado en la cama.
A los 16 años, Rhys se había convertido en una de las personas más jóvenes del Reino Unido en conseguir un cinturón negro en artes marciales, Krav Maga, en la categoría de adulto.
También ascendió tres veces al Snowdon, la montaña más alta de Gales, y había soñado con subir algún día el Ben Nevis, la montaña más alta de Escocia y del Reino Unido.
El primer síntoma de un problema de salud de Rhys empezó a manifestarse cuando participó en una carrera de velocidad con amigos, perdió el equilibrio y se cayó.
Catherine y su esposo, Paul, 45 pensaron que Rhys tenía una distensión en la ingle. Sin embargo, cuando lo vieron cojeando las siguientes ocho semanas, empezaron a preocuparse.
Aunque, incluso después de esto, Rhys seguía trabajando, llegó a un punto en el que incluso le costaba salir de un camión. En octubre de 2020, después de varias pruebas, Rhys y su familia recibieron el impactante diagnóstico.
Los expertos del Royal Orthopaedic Hospital de Birmingham encontraron un tumor de 18 centímetros en su cadera derecha.
«El mundo se rompe cuando uno escucha la palabra ‘cáncer'», dijo Paul. «Recuerdo a Rhys diciendo: ‘Papá, solo es un cáncer, me pondré bien, papá, me pondré bien’; fue muy valiente en todo momento».
Los consultores informaron a los padres de Rhys de que su tasa de supervivencia era de un 50/50.
«Sabíamos que quedaría gravemente discapacitado, pero siempre pensamos que lo superaría», dijo Paul. «Cuando la gravedad de la enfermedad cayó en la cuenta de Rhys, empezó a preguntarse qué había hecho mal en la vida y por qué le estaba pasando esto».
De repente, Rhys se dio cuenta de que no volvería a dar patadas a un balón ni a conducir un auto, y eso lo golpeó bastante.
Luego le hicieron una serie de transfusiones de sangre y se sometió a quimioterapia intensiva, con lo que perdió rápidamente 52 libras (aprox. 23.5 kg).
Después de 10 semanas de quimioterapia, Rhys permaneció en el Hospital Royal Orthopaedic durante tres semanas para una operación en la que le extrajeron todo el hueso desde la rótula hasta la cadera derecha.
Esta operación implicaba que Rhys necesitaría siempre dos bastones para caminar, pero la familia esperaba que le salvara la vida.
Hasta agosto de 2021, Rhys se sometió entonces a otras 20 semanas de quimioterapia, que inicialmente pensaron que había curado su cáncer. Durante este tiempo, Rhys intentó recuperar su vida.
Sin embargo, en octubre, un año después de su diagnóstico, la pierna derecha de Rhys comenzó a hincharse, creciendo tres veces su tamaño normal. Pasó casi un mes en varios hospitales, recibiendo tratamiento para la sepsis en el período previo a la Navidad hasta que, trágicamente, los expertos encontraron una masa cancerosa en su muslo.
Aunque los consultores de Birmingham discutieron la posibilidad de una amputación completa de la pierna, el 4 de enero de 2022, la familia de Rhys recibió la noticia de que no se podía salvar.
«Había tres cirujanos diferentes esperándonos», dijo Paul. «Nos dijeron: ‘tenemos que ser francos con ustedes. El cáncer regresó y no está solo en el muslo. Está en la ingle, la espalda, el sistema linfático y los pulmones'».
Desafortunadamente, no había nada más que pudieran hacer para salvar su vida.
«Como padre, si alguien le da a uno un 1% de posibilidades de vida, uno lo aprovecha, pero no había nada que se pudieran hacer», dijo Paul.
Al escuchar esto, Rhys se enfadó y buscó a alguien a quien culpar, ya que sentía que le habían mentido.
«Pasó por una etapa oscura, pensando que no había nadie esperándolo al otro lado», dijo Paul.
La familia Langford nunca había sido religiosa, pero descubrieron que la única fuente de consuelo para Rhys eran las visitas del reverendo Roy Watson, capellán del Hospicio de los Valles.
«Él no veía ningún sentido en el asesoramiento, pero parecía encontrar la fe cuando el reverendo venía a la casa», dijo Paul. «El reverendo le leía pasajes de la Biblia sobre la curación y la vida después de la muerte junto a su cama y él se queda perplejo».
Paul añadió que, a pesar de todo el sufrimiento por el que pasó su hijo, «Rhys siempre ha sido un chico muy cariñoso y desinteresado, siempre pensando en los demás».
Desafortunadamente, Rhys falleció la noche del 8 de febrero en casa, acompañado de su familia.
En una publicación de Facebook, su mamá confirmó su muerte.
«Mi guerrero, mi héroe, mi hijo, mi bebé, ha renunciado a su lucha», escribió Catherine en el posteo. «Tenemos el corazón roto. Mi vida nunca volverá a ser la misma».
Ante la lamentable noticia, en la cuenta de Facebook de Jacob se publicó un mensaje diciendo que los pensamientos estaban con la familia de Rhys «en este momento tan triste».
«Vuela alto Rhys y todos estamos muy orgullosos y agradecidos por lo que hiciste por nuestro Jacob», decía la publicación.
Con información del personal de Epoch Times.
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