Una mujer que vive en una remota cabaña en Alaska, donde las temperaturas descienden hasta los -40 grados, dice que le «encanta», a pesar de no tener agua corriente ni calefacción.
Karma Wilcox, de 19 años, se mudó de nuevo a la casa de su infancia en Homer, Alaska, en marzo de 2023, pues admite que anhelaba la sensación de «libertad».
Nacida en California, la Sra. Wilcox vivió por primera vez en la cabaña cuando era niña con su padre, creador de Altruist Relief Kitchen, una organización sin ánimo de lucro que ayuda a personas en zonas devastadas por la guerra en todo el mundo.
Cuando cumplió 8 años, se mudó de nuevo a San Francisco con su madre, una coach de vida, pero también vivió en el centro de Hollywood durante un tiempo.
Tras cumplir 18 años, Wilcox decidió volver a la cabaña, que tiene más de 100 años y no dispone de agua corriente ni calefacción.
Dice que le encanta y que no querría vivir en ningún otro sitio.
«El aislamiento no es el mejor, los troncos están cortados y dispuestos alrededor de la cabaña con musgo y palos clavados entre ellos para mantener algo de calor», explica la Sra. Wilcox, creadora de contenidos.
«Mi principal fuente de calefacción es la leña, que está encendida las 24 horas del día, y gasto como una caja de troncos al día».
Le gusta hacer snowboard «casi todos los días» cuando nieva (que es a menudo) y le encanta hacer jardinería alrededor de la cabaña cuando el tiempo lo permite.
«La cabaña es un lugar muy bueno para crecer de niño porque no tienes preocupaciones», dijo. «Solíamos jugar en el jardín y hacer excursiones muy largas; y desde que regresé es agradable revivir los recuerdos».
El padrino de su padre alquilaba la cabaña a gente de la zona y la había convencido para que se mudara ella misma cuando tuviera edad suficiente.
«La cabaña en sí es propiedad del padrino de mi padre, Tom, y es a él a quien pago el alquiler mensualmente», dijo.
Wilcox regresó a la cabaña en 2023 en busca de una sensación de libertad.
Es una cabaña de dos plantas: la de abajo es la sala de estar, con la cocina y el salón, y la de arriba tiene dos dormitorios.»
Wilcox utiliza 5G para estar conectada y no necesita pagar por wifi, ya que tiene buena señal a pesar de estar en plena naturaleza.
«La gente cree que Alaska está muy aislada, pero no es así: mi 5G funciona perfectamente», afirma. «Es un lugar precioso para vivir y me encanta».
«La cabaña lucía muy diferente cuando vivía aquí antes, y mi padre ha instalado un techo nuevo, pero yo tengo más habilidades de diseño interior que él».
A pesar de que le encanta su estilo de vida actual, Wilcox no cree que vaya a vivir en la cabaña para siempre.
«No puedo vivir sin agua corriente toda mi vida, pero probablemente me quede aquí un año más antes de ir a la facultad de medicina», dijo. «No quiero quedarme en Homer, pero me gustaría volver allí en el futuro».
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