La Dra. Kaycee Bills, que tiene autismo, luchó mucho para obtener su doctorado ante las voces de los que no creían en ella. Ahora, armada con su doctorado y un nuevo profesorado auxiliar, se ha convertido en una inspiración para aquellos como ella.
«Me intimidaban todo el tiempo», admitió Bills a WTVD. «Mis profesores se lo decían a mis padres todos los años. (…) Que la universidad no era una meta para mí». Tal vez debería aprender un oficio, dijeron.
Sin embargo, Bills estaba decidida a desarrollar su potencial. «Aunque vivía en medio de un pequeño maizal, tenía grandes sueños», explicó Bills, originaria de Columbia City, Indiana, a The Female Lead, una organización benéfica educativa. «Era un poco rebelde, así que encontré la fuerza aprendiendo a ser mi propia defensora».
Su travesía comenzó cuando envió por primera vez su solicitud de ingreso a la universidad, incluso después que le dijeron que no lo hiciera.
Bills obtuvo una licenciatura en trabajo social en la Universidad de San Francisco, eligió la asignatura porque quería convertirse en defensora de los discapacitados.
En 2014, salió de su casa y volo más de 4000 millas hasta la Hawai Pacific University para hacer una maestría en trabajo social.
Los profesores de Bills rápidamente se dieron cuenta de su potencial como asistente de investigación en la Universidad del Pacífico de Hawai. Por primera vez en su vida, cursar un doctorado parecía posible. «Me dijeron que era inteligente y buena en el trabajo académico», recordó. «Me dijeron que debía solicitar programas de doctorado, y así lo hice».
Sin embargo, Bills fue rechazada de varios programas de doctorado, pero encontró uno perfecto para ella en 2016. La Universidad de Tennessee (UT) en Knoxville le ofreció a Bills una beca completa.
El trabajo de tesis de Bills profundizó en temas de su propio pasado. Según un posteo del Colegio de Trabajo Social de la UT en Facebook, escribió sobre la relación entre la participación en actividades extracurriculares y el acoso a estudiantes con discapacidades. Al graduarse en 2019, Bills ya había acumulado experiencia trabajando con clientes con discapacidades y prestó servicio en las Reservas de la Marina de Estados Unidos.
Después de obtener un puesto como profesora asistente de trabajo social en la Universidad Estatal de Fayetteville, Carolina del Norte, Bills ahora disfruta de la vida académica con la que soñaba. «Sé que hay otros niños ahí fuera. (…) que tienen el mismo problema de que la gente diga: ‘Tiene una discapacidad, no va a lograr esto'», le dijo Bills a WTVD, «y quiero ser esa voz que nunca tuve».
Bills, que se llama a sí misma una «académica accidental», bromeó con que ve la ironía en una estudiante otrora tímida que tenía miedo de sentarse en grandes aulas liderando sus propias clases universitarias. Pero su objetivo superó su miedo.
«Soy profesora en una universidad históricamente negra con mucho potencial», explicó. «Trabajo con estudiantes que se enfrentan a la opresión, y la primera vez que escuché a un estudiante decirme que quería obtener un doctorado gracias a mí, se me llenaron los ojos de lágrimas».
Bills cree que las escuelas nunca deben desanimar a los estudiantes de lograr lo que realmente quieren.
«A ningún estudiante se le debe decir que algo está fuera de su alcance», afirmó.
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