Una mujer de Los Ángeles fue elogiada por ir más allá de su acto de bondad habitual. Ella no solo se acercó a un hombre sin hogar necesitado, sino que también ayudó a reunirlo con su familia después de estar separados durante 20 años.
A menudo, las personas sin hogar son vistas con desazón, una realidad incómoda a la que nos enfrentamos cuando volvemos a casa del supermercado o cuando pasamos por el centro de la ciudad.
Pero imagínese mudarse a una nueva ciudad solo para que sus sueños y sus finanzas fallen; imagínese ser echado a la calle sin nadie a quien llamar, y sin manera de llegar a casa con su familia, mientras sus seres queridos están muy preocupados, preguntándose qué le pasó.
Esta es la historia que Randi Emmans escuchó una noche fuera de su apartamento en Los Ángeles.
Escuchó a un hombre sin hogar cercano hablando solo. Pero en lugar de pasar por delante mientras evitaba hacer contacto, Emmans lo escuchó.
El hombre, que más tarde supo que se llamaba Pedro Reid, murmuraba hablando solo, «Imagina que nadie se detiene a saludar. Todos se quedan mirando. Pero nadie sabe lo educado que soy, lo inteligente que soy, todo lo que ven es un hombre que no tiene un hogar y no tiene a nadie a quien llamar».
Sus palabras tocaron el corazón de Emman, y ella trajo a su novio, John Suazo, para hablar con Reid.
Pronto se enteraron de que se había mudado a Los Ángeles en 1999, cruzando el país desde Carolina del Sur para una relación que no duró.
«Terminamos hablando con él durante una hora», escribió Emman en las redes sociales. «Él explicó que está en las calles desde hace 8 años (…) se mudó aquí por una chica y la relación no funcionó y no tenía dinero para conseguir su propio lugar o para volver con su familia en NY o Charleston».
Al poco tiempo, su lucha contra las drogas y el alcohol lo dejaron sin hogar. A los 54 años, no ha visto a su familia en 20 años. No tenía identificación y se hacía llamar Franklin Mitchell.
Estos factores hicieron casi imposible que la familia de Reid lo encontrara a lo largo de los años.
«Lloré toda la noche», escribió Emman. «Estoy llorando otra vez escribiendo esto. No puedo imaginar por lo que este hombre ha pasado, ni a nadie en las calles».
Emman, que dirige una organización benéfica local para personas sin hogar, le dio a Reid una mochila llena de provisiones, pero no parecían suficientes. Así que, hizo un pedido de donaciones en su página de Facebook, con la esperanza de reunir fondos para que Reid tuviera un lugar donde quedarse mientras intentaban reunirlo con su familia.
Después de solo tres días, Emman había recaudado 6500 dólares.
La pareja anotó los nombres de los miembros de la familia de Reid y la dirección de su abuela, y luego se pusieron a investigar y llamar a la gente, buscando a su familia.
Después de muchos callejones sin salida, el tío de Reid, Pierre Grant, volvió a llamar a Suazo.
Grant dijo al Washington Post que tan pronto como Suazo le contó su encuentro con Reid, supo que su sobrino perdido desde hace tiempo había sido encontrado.
«Durante más de 20 años, habíamos estado rezando y creyendo que un día lo encontraríamos, y el día finalmente llegó. Esto es un milagro», dijo.
Entre otras cosas, las donaciones que Emman y Suazo recogieron financiaron los vuelos para Grant y la prima de Pedro, Mia Green, que se reunieron con Reid el 7 de agosto.
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